lunes, 2 de septiembre de 2024

Mil gracias, querida hermana Ana Pardo de Vera, por estas imprescindibles y urgentísimas reflexiones, dando en el clavo por completo, algo, que por cierto, forma parte de tu ética periodística y de tu conciencia siempre despierta y atenta. Has descrito la realidad que soportamos, con una precisión y una lucidez totales. Porque, en efecto, el problema más grave, es que las preguntas más fundamentales están "missing" en nuestra sociedad, seguramente porque aún no hemos desarrollado una conciencia comunitaria e individual en el mismo pack ontológico, y aún arrastramos como "libertad" el hecho de que todo depende de "los que mandan" porque están forrados, es decir, la antítesis de una auténtica democracia, en la que casi nadie se implica desde la base social, que en realidad es el sustento y el origen del concepto: demos/kratós=poder social. No sólo grupal. Ni Institucionalizado, sin más, como un mandamiento religioso y fanático, a cargo de grupos de élite que el pueblo no ha elegido, sino que son montajes de grupos forrísticos, oligócratas y manipuladores, "señoritos del cortijo" de siempre, desde los Poderes Estatales apalancados sobre la base social, y hasta elegidos por ella, tomayá, para la que deberían ser SERVIDORES decentes, éticos, equilibrados y psicoemocialmente sanos, en vez de vivales, amorales, corruptos, indecentes y mediocres, inútiles para todo lo que signifique Bien Común auténtico y sin excepciones ni beneficios para amiguetes y cómplices del lodazal. Si un pueblo sometido a una monarquía impuesta por un dictador, sin que se haya convocado un referendum, no sólo para aprobar una Constitución ad hoc, como simulacro, sino sobre todo, para elegir el modelo de Estado, porque ese modelo ya se impuso mediante el miedo y el pasotismo costumbrista, hijos del odio en conserva a cargo de la mediocridad y su resignación, produto comodísimo de un 'virtuoso' y miserable sistem in failure; un país, una sociedad o un mundo en ese plan, es incapaz de hacerse preguntas: ya se le han dado las respuetas desde casa, el barrio, la escuela, el cotilleo y "lo de siempre": ppatrias en mogollón, convicciones fanáticas, sálvese quien gane, buenos negocios, juergas y devociones "ppoppulares", mentiras a tutiplén, pero , eso sí, con muy buena intención, los "malos" y l@s equivocad@s siempre son l@s otr@s y nunca "nosotr@s", faltaría más! ¿Cuándo piensa despertar la base social -la inmensa mayoría- y ponerle el cascabel al gato ppodrido del ppoder al que jamás le ha dado por SERVIR al pueblo que le ha votado y le paga una millonada al mes por hacer todo al revés...un pareado de la más triste verdad-, y no sólo en España, como estamos comprobando constantemente...Si no despertamos un@ por un@ y, al mismo tiempo, nos fundimos e integramos conscientemente en el Nosotr@s del Bien Común -¡sin excepciones!- nunca habrá preguntas ni respuestas que nos alumbren el camino, pues sólo se quedan mayoritariamente encadenad@s en elegir qué red social es más violenta, mediocre, estúpida, escandalosa y "divertida", -un término que en su origen latino no significa "agradable, ocurrente y graciosa", sino "perdida", "desparramada", "confundida" y por ello, "inútil"-. 😱😱😱😱😭😭😭😭 ...Un verdadero marrón hereditario, como la historia más triste e imbécil...Hale, ya toca despertar, famila, antes del finiquito y del finipongo cuyos rifirrafes tendrán siempre los mismos resultados si no cambiamos ¡Ya! nuestra orientación humana, un@ por un@, contagiando luz, empatía, inteligencia, serenidad, equilibrio y amor por toda la humanidad, abrazada en un Nosotr@s auténtico, sin juicios miserables e hipócritas, sino sano, responsable, generoso de verdad, y por ello verdaderamente ¡Acertado y Feliz! Sin olvidar jamás 'que quien esté libre de errores y de culpas, tire la primera piedra lapidadora' de malos y perversos. La humildad es la madre de todo lo mejor y más inteligente de cada un@ de nosotr@s. 👍👍👍😍😍😍🙌🙌🙌👏👏👏 . Un besazo para Ana, Público y para toda la Familia Humana, sin exclusiones ni preferencias...🙏


Dominio público

¿Y si ni siquiera tenemos las preguntas?

Ana Pardo de Vera

No hemos resuelto el asunto sobre los límites de la libertad de expresión en las redes sociales cuando estamos debatiendo sobre la imputación y detención en Francia de Pavel Durov, fundador de Telegram, y el cierre de la red social X, antes Twitter, en Brasil por orden del Supremo, y no de cualquier juez, sino de Alexandre de Moraes, símbolo de la lucha judicial contra la desinformación en el país.

El tema de los límites de la libertad de expresión, que a los periodistas nos aterra por razones obvias, sobre todo, porque no todos los políticos y jueces tienen un criterio basado en derechos humanos para tomar las decisiones que les son propias, se ha quedado pequeña frente a las informaciones falsas y manipulaciones que circulan por las redes sociales y que tanto daño hacen a las democracias, por su intencionalidad y por la vastísima difusión que consiguen. Lo de menos, en este momento, parece ser el contenido fake de un tuit o de un canal de Telegram, mientras la preocupación nuclear se va a la intención y la estrategia que amparan los miles de millones de bulos diarios alojados y difundidos profusamente tanto en X como en Telegram, pero también en Tik Tok o Facebook, entre otras.

¿Está Elon Musk, trumpista convencido, detrás de un plan perfectamente organizado mediante algoritmos y otras oscuras herramientas para tratar de convertir las democracias en un sistema que le satisfaga a él y a quien él decida, como argumentan muchos de los análisis que respaldan la decisión del magistrado De Moraes? ¿Puede demostrarse todo esto o la antigua Twitter es tan endiabladamente opaca que resulta imposible saber, por ejemplo, si la difusión de mensajes de odio racista, xenófobo, misógino u homófobo en X está siendo mucho mayor que los mensajes que apelan a los derechos humanos, la igualdad o las libertades fundamentales? Es verdad que desde que Musk se hizo con Twitter, la cloaca de esta red apenas deja respirar y se ha convertido en un medio de propaganda que favorece, sobre todo, a quienes están dispuestos a cargarse las democracias, precisamente, porque no atienden a sus consensos fundamentales. ¿Tienen más difusión los fascistas porque no tienen límites a la hora de atacar o mentir o realmente están organizados, aunque muchos no sean conscientes de que se les está utilizando? ¿Se puede demostrar el plan de Musk, en su caso, y la desigualdad de condiciones que existe en X entre demócratas y antidemócratas o tenemos que hacer un ejercicio de fe en un juez, por muy íntegro que parezca que es? ¿El dueño de X actúa como cómplice potenciando el odio en su red con herramientas ex profeso o lo tolera saltándose las normas democráticas expuestas, por ejemplo, en el Reglamento de Servicios Digitales de la Unión Europea (UE)?

Lo mismo, aunque más allá del terreno de la desinformación, puede una preguntarse sobre Durov y las acusaciones que la Justicia francesa mantiene sobre él: las autoridades galas acusan al consejero delegado de Telegram de negarse a colaborar con ellas en casos de terrorismo, pornografía infantil, tráfico de drogas y lavado de dinero. Todas y todos sabemos que en Telegram, los delitos están a la orden del día: salvando las distancias, como ocurrirá en muchos de los bares de las ciudades, criminales de todo pelaje se citan en esta red para cerrar negocios, menudeo y tráfico de drogas, tramas de trata de personas, tráfico de órganos, pederastia,... Sin olvidar que el funcionamiento de Telegram da pie también a la difusión de bulos, mensajes de odio, estrategias violentas,... ¿Identifica el dueño del bar a esos criminales y hace la vista gorda o colabora con alguna de estas organizaciones que utilizan su establecimiento para cometer delitos tan graves? ¿O simplemente, sabe que los hay -porque habelos, hailos en lo real y en lo virtual-, pero no los tiene identificados?  ¿Y si la Justicia de un país localiza a una organización criminal determinada que va a un bar, por ejemplo, a dar luz verde a sus delitos sentados en torno a una mesa con cervezas y agentes policiales los localizan y piden información al dueño del bar y éste sabe, porque ve y oye, pero se niega a hablar ante la policía de turno? ¿Pueden las fuerzas de seguridad detenerlo por obstrucción a la Justicia si tienen pruebas de que sabe y, no digamos, si las poseen de que colabora con los criminales?


Ojalá fuera todo sencillo y no estuviera la solución completamente opacada por la falta de control en la que se dejó crecer y empoderarse a estas redes y otras desde las instituciones del mundo, sobre todo, las que se dicen democráticas. Es posible que todas las preguntas que he planteado aquí se puedan responder con más o menos argumentos, de mayor o menor acierto. El problema más grande son todas aquellas preguntas que no podemos siquiera hacernos porque no somos capaces de visualizar lo que hay realmente tras las plataformas de seres tan inmensamente ricos y oscuros como Durov o Musk. Si es que a ellos no se les han ido ya de las manos semejantes herramientas, aunque nos parezca lo menos probable ... e incluso, lo más peligroso.

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