jueves, 11 de julio de 2024

Hablando de Homeopatía, nuestro hermano, médico, maestro, amigo y conocedor en primera línea del organismo humano y sus funciones, como de sus fallos, necesidades y remedios, es decir, un verdadero médico, Gonzalo Fernández-Quiroga, nos pone al día en un tema cada vez más recurrente debido a nuestra forma de vida, de alimentación y a la alteración de factores mentales y psicoemotivos, en un mundo donde el estrés, tantas veces la indecuada alimentación y las preocupaciones llevan la batuta en todo. Un trabajo espléndido, tan completo como generoso. Muchas gracias, querido Gonzalo, por esa luz siempre al servicio de quienes más la necesitan.🙏🙏🙏

 

sibo homeopatia

¿Cómo puede ayudar la homeopatía en el tratamiento de enfermedades intestinales como el SIBO y la disbiosis?

El SIBO (Small Intestinal Bacterial Overgrowth) y todo lo que tiene que ver con la microbiota (antes flora intestinal), se ha puesto de actualidad.

Innumerables estudios buscan hacer un mapa de los billones (más de 100 billones) de microorganismos presentes en nuestro organismo. No solo un mapa sino también sus funciones y su relación con numerosas patologías tan importantes como cáncer, Alzheimer, Párkinson, depresión o diabetes.

En este post analizaremos qué es el SIBO, cuáles son sus síntomas y sus causas, cómo se diagnostica y cuál es el papel de la homeopatía en su tratamiento.

Anatomía

El intestino es la porción del tubo digestivo que se encuentra entre el estómago y el ano. Su función es la absorción de nutrientes de los alimentos.

El intestino se divide en intestino delgado y grueso, El delgado se subdivide, a su vez, en duodeno, yeyuno e íleon y el grueso en ascendente, transverso, descendente,  sigmoideo, recto y ano.

Intestino delgado

Vamos a referirnos al intestino delgado porque es aquí donde se da el SIBO.

El intestino delgado puede medir unos 6-7 metros y es donde se absorbe la mayor parte de nutrientes para el organismo. Para aumentar la superficie de absorción la mucosa intestinal forma lo que se denominan vellosidades intestinales, cada una de las cuales está formada a su vez por microvellosidades.

Para calibrar aún más su importancia, mencionemos que más del 70% del sistema inmune se encuentra en el tejido linfoide intestinal que reconoce las células propias de las que no lo son. Quizás por ello, se le llama también, el “segundo cerebro” .

Hoy día se sabe que los trastornos intestinales están involucrados de una manera u otra en problemas neurológicos, autoinmunes, hormonales, etc. 

Pasemos ahora a aclarar algunos términos que muchas veces se prestan a confusión.

¿Qué es la disbiosis intestinal?

Es una alteración del equilibrio de la microbiota intestinal, o sea, del conjunto de microorganismos presentes en el intestino.

¿Qué es el intestino permeable?

La permeabilidad, es la capacidad que tienen las membranas del intestino para dejar pasar según qué nutrientes y bloquear el paso de otras, como sustancias, bacterias o virus que podrían ser perjudiciales. 

Si esta capacidad se ve dañada y el revestimiento del intestino se vuelve más poroso, como “agujereado”, entrarían estas sustancias dañinas al torrente sanguíneo que pueden producir enfermedades de diferente gravedad.

¿Qué es el SIBO?

Llegamos, entonces, a nuestro tema de hoy, el SIBO (Small Intestinal Bacterial Overgrowth) que sería un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, o sea, bacterias que no deberían estar ahí, en esa parte del intestino, por diferentes causas.

Así que bien podemos decir que el SIBO es un tipo de disbiosis intestinal con afectación de la permeabilidad del intestino.

¿Cuáles son las causas del SIBO?

Las causas pueden ser múltiples y de diferente tipo:

  • Anomalías estructurales: diverticulosis del intestino delgado, alteraciones de la válvula ileocecal (comunica intestino delgado y grueso).
  • Causas quirúrgicas: adherencias tras cirugía, tras cáncer de colon, enfermedad de Crohn, etc. 
  • Disminución de secreciones gástricas, bilis, sales pancreáticas, etc. por infecciones como Helicobacter pylori, gastritis crónicas, toma de medicamentos…
  • Medicamentos de forma recurrente, como opioides, antibióticos, laxantes… Aquí debemos mencionar también a los inhibidores de la bomba de protones, los mal llamados “protectores gástricos”, como el omeprazol.
  • Disminución del movimiento intestinal, estreñimiento, Parkinson, neuropatías, opiodes…
  • infecciones o parásitos gastrointestinales.
  • Enfermedades como celiaquía, parasitosis, hipotiroidismo.
  • Intoxicaciones alimentarias que pueden dejar más tarde un trastorno autoinmune que afecta al propio intestino.
  • Falta de enzimas digestivas.
  • Estrés crónico, que afecta la microbiota. 
  • Mala alimentación.

¿Cuáles son los síntomas del SIBO?

Enumeraremos los más frecuentes:

  • Distensión abdominal, eructos, hinchazón, flatulencia, sobre todo después de las comidas y que va aumentando a lo largo del día… El dolor abdominal también va aumentando con el día.
  • Digestiones pesadas, náuseas, reflujo, acidez.  
  • Alteración del ritmo intestinal (diarrea/estreñimiento), heces explosivas.
  • Malabsorción, intolerancias sobre todo a los carbohidratos (lactosa, fructosa, sorbitol).
  • Malabsorción de nutrientes como vit. B12, vit. A, Vit. E, hierro, etc. con lo que se pueden producir cuadros de cansancio, anemias, etc. 
  • Pérdida de peso.
  • Intestino permeable, que habíamos definido anteriormente. El intestino es como si tuviese “agujeros” (“learygut”) que dejará pasar sustancias tóxicas que pueden, a su vez, producir mucha otra sintomatología extradigestiva como alergias, dermatitis, depresión, enfermedades autoinmunes (rosácea, psoriasis, artritis reumatoide), etc. 

¿Cómo se diagnostica el SIBO?

Por ser una prueba no invasiva,la que más se utiliza es el test de aliento tras administración de lactulosa o glucosa. Después, se miden los gases Hidrógeno (H2) y Metano (CH4) comparando la composición en ayunas y hasta 120 minutos después de ingerir los carbohidratos.

En algunos casos, ya se está evaluando, también, el sulfuro de hidrógeno (H2S).

Es importante medir, por lo menos, los dos gases, hidrógeno y metano, porque si no pueden haber falsos negativos.

Esta prueba del aliento requiere unos preparativos específicos en cuanto a la ingesta y la toma de medicamentos que se especifican al paciente antes de su realización.

¿Cómo se trata el SIBO?

  • Medicamentos: lo más importante es tratar la causa y ya hemos visto que pueden ser muchas y variadas.

Según ésta, se pueden dar medicamentos procinéticos (que aumentan la movilidad intestinal), enzimas si faltan, antibióticos, etc.

En cuanto a los antibióticos se utiliza la Rifamixina al que se puede añadir metronidazol o neomicina dependiendo del gas predominante.

La fitoterapia también se ha visto que es efectiva (algunos estudios la equiparan a los antibióticos y sin sus efectos secundarios)… Se utilizan componentes como orégano, canela, tomillo, ajo, gengibre, azafrán, etc.

  • Dieta

Es muy importante y básica. Hay diferentes tipos de dieta para el SIBO pero la que más consenso suscita es la baja en FODMAP (oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables).

Se trata de una dieta específica baja en estos carbohidratos que debe estar supervisada por un profesional y empleada en cortos períodos de tiempos (5-6 semanas).

¿Cómo puede ayudar la homeopatía en el tratamiento del SIBO?

Ya hemos explicado muchas veces la versatilidad y compatibilidad de los medicamentos homeopáticos. Por ello, siempre podemos prescribirlos en casos de SIBO, normalmente acompañados de dieta y fitoterapia (o antibióticos).

Pero, como siempre en homeopatía, hay que hacerse la pregunta: no solo es “un caso de SIBO” sino que hay alguien en concreto, una persona, que es diferente de otra, que padece esta afección. 

Y ahí es donde la homeopatía analiza no solo las causas físicas sino también las emocionales y de estrés crónico que pueden afectar al paciente. 

Por ello, el medicamento homeopático debe tener en cuenta la globalidad del paciente para que organismo pueda recuperar el equilibrio. 

Así que cualquier medicamento homeopático puede ir bien para el SIBO siempre que encajen los síntomas característicos del paciente, porque las circunstancias y vivencias de cada uno son, también, diferentes.  

Dicho lo cual, mencionaré por su especial relevancia en este tema, los denominados Nosodes intestinales, medicamentos homeopáticos derivados de la microbiota intestinal desarrollados por médicos homeópatas hace más de 100 años. 

Mencionemos, por ejemplo, a Mutabile, Morgan, Morgan Pure, Sycotic Co, Dysentery co, Proteus, Gaertner, etc. 

Espero dedicar un post a estos medicamentos tan interesantes en muchas afecciones gastrointestinales.

Para acabar recordaré la frase de Hipócrates de hace más de dos mil años “que tu alimento sea tu medicina y la medicina tu alimento”.

Cuidemos, en lo que nos sea posible, nuestra alimentación porque así estaremos contribuyendo a nuestra salud y bienestar. 

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