Trump como el nuevo Capitán América
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El magnicidio del presidente Kennedy sigue sin aclararse. Aquella bala mágica lo fue sobre todo para descartar la presencia de más francotiradores. La foto trucada del asesino posando con su fusil contenía una sombra muy sospechosa. Oliver Stone lo cuenta en su “JFK” de 1991 y en su documental de 2021 “Caso revisado”. A Bobby Kennedy ni siquiera le dejaron llegar a las elecciones presidenciales, cambiando con ello el curso de las mismas. En ambos casos las motivaciones de los dos asesinatos parecían obedecer a múltiples factores, que quizá se lleguen a conocer algún día con alguna filtración de documentos clasificados como máximo secreto.
Hay que repudiar el atentado contra Donald Trump y celebrar el hecho de que haya salido prácticamente indemne del mismo. Toda violencia es repudiables de suyo, incluso si es cometida contra quien apadrinó un asalto al Congreso estadounidense donde hubo víctimas mortales. Reagan también sobrevivió a los disparos perpetrados por un demente con una obsesión inaudita. En este caso hemos asistido a una repetición invertida del de Dallas contra John F. Kennedy. Aquí el francotirador estaba perfectamente localizado y resultó abatido al instante por los agentes de servicio secreto que custodiaban al expresidente. Incluso hay quien dice haber avisado a la policía de su presencia unos minutos antes del tiroteo.
Un chaval de veinte años, votante según se dice del partido republicano, se ha inmolado para tirotear al candidato que presenta su propia opción política. Será interesante investigar lo que puede haberle inducido a cobijar ese odio y el fanatismo que le ha inducido a tomar una decisión tan demencial. Que las armas pululen por el país como si fueran caramelos y la mentalidad alimentada por ciertos discursos proclives a tomarse la justicia por su mano, al modo en que lo hacían los linchamientos durante la conquista del oeste, pueden haber contribuido en algo a este fatal desenlace y es una lástima no contar con el testimonio del fallecido protagonista.
El gesto de levantar el brazo en este trance, gritando además con voz potente “U.S.A.” parece sacado de un guión cinematográfico
Dividir a la sociedad en dos bandos irreconciliables puede tener este tipo de consecuencias. No reconocer las victorias electorales ajenas y entender que todo vale para revertirlas, tampoco añade al panorama muchas dosis de cordura. Creerse por encima de la ley es algo impropio del sistema democrático, puesto en jaque por todas estas cosas y otras que sería muy prolijo enumerar. Con ello no se pretende justificar en absoluto los hechos, pero no estaría mal encontrar algunas explicaciones que sirvieran para corregir el rumbo hacia ninguna parte y prevenir este tipo de violencia en el futuro.
El gesto de levantar el brazo en este trance, gritando además con voz potente “U.S.A.” parece sacado de un guión cinematográfico. Reaccionar así en una situación como esa parece cosa del Capitán América. Mientras Biden confunde nombres, no termina las frases y camina con suma torpeza, Trump es capaz de reponerse como un superhéroe con el rostro ensangrentado y bajo el estrés de que podían haberte matado. La contienda electoral ya no tiene vuelta de hoja, salvo que los demócratas logren convencer a su venerable y achacoso candidato que se aparte a un lado. Mal deben quererlo quienes le aconsejan lo contrario. Podría surgir una tercera vía que tampoco se sabe a quien podría favorecer.
Putin lo tiene muy claro. Prefiere con mucho a su amigo Trump, al que ya ha echado una mano en ocasiones anteriores. Ucrania y Europa están expectantes ante cuál pueda ser el resultado, porque la política internacional perdería unos contrapesos que van manteniendo cierto equilibro inestable. Con Le Pen ocupando el Elíseo dentro de nada, la combinación resultante del eje Moscú, Paris y Washington daría lugar a un triunvirato con tintes autoritarios. De momento nos hemos acostumbrado a tener dos conflictos bélicos permanentes, como si tal cosa. Las violaciones del derecho internacional con la fuerza de las armas no han conllevado nada bueno en términos históricos. Pero cunde la desmemoria y eso hacer repetir las tragedias como farsas.
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