Una fiesta total. Disfrutar el evangelio en la sencillez de l@s limpi@s de corazón, en boca de almas y conciencias fundidas en el Infinito del cada día...No hay nadie más capaz de descubrir el tesoro total, que l@s bienaventurad@s, sencill@s, felices y enormes en su pequeñez, capaces de hacer maravillas con cada pasito o cada zancada que dan, sin darse importancia, ni querer mandar, ni hacerse l@s am@s de nada ni de nadie, ni tener más "lucha" que vivir en paz...
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