EPIFANÍA TOTAL
A ver si lo consigo. Que lo tuyo y lo mío
no puede encadenarse entre palabras.
Intento esta mañana escribirte una carta desde ahora,
desde la mismidad de este momento,
desde la exactitud de esta dulzura que me roza la piel
mientras me envuelve toda la ligereza de los pájaros.
Ya son casi las diez y yo casi un trasluz
si me arriesgo y te nombro sabiendo que no cabes
en ese disco duro
donde intenta archivarte la lógica pequeña de las cosas.
A ti lo de los nombres no es que te importe mucho,
te gusta ser así, dócil en el amor y al mismo tiempo
loco e irreverente con tu propia grandeza (es un lujo
celeste que tan sólo la luz y el latir del infinito se pueden permitir)
Pero en esta mañana se me juntan los tiempos,
la búsqueda y el llanto,
oscuros purgatorios donde lloré tu ausencia
sin caer en la cuenta de que tú y el vacío
sois una realidad incompatible, un mismo no saber
que nada hay que obtener sino vivirte. Y vivirme también,
simplemente vivirme. Descubrirme presente
y descubrirte. Y al mismo tiempo amar, amarte, amarse, amarnos
(suave conjuración de tiempos y pronombres), sumándose a la voz
de la ternura y a la prueba del nueve
en esa matemática infinita con la que tú armonizas, inventas
y dibujas galaxias y universos.
De repente aquí estás, enredado en mis manos, como una invitación
para el concierto de un desorden rarito e imprevisto,
como una partitura a medio terminar , como un poema
al que sólo le quedan los espacios en blanco. los renglones
en clave de silencio. Siempre múltiple y Uno,
gigantesco en los átomos, diminuto en el Cosmos,
en esencia y detalle.
Yo me había sentado a escribirte una carta, a recordar los tiempos
que ya fueron memoria y se acabaron.
Contaba con tu voz para engarzar los días en todo lo que fue.
Pero tu plan es otro. Será que yo propongo y tú dispones...
Porque ya no me queda ni rastro del pasado, ni el árbol de la noche,
ni una herida ni un premio ni una satisfacción
para engancharme al tren de los ayeres.
Te revelas así. No queda otra. El pasado acabó, es evidente.
El futuro no importa porque nunca será algo más que presente.
Lo que es Es Ahora. Aquí como mañana, suavidad, sábado,
abrazo, nube, tostada, desayuno, flor en aquel rincón,
niños al fondo, nostalgia en el armario de la niebla
pequeño impresionismo del instante.
Me detengo y respiro, sin razón, sin historia,
leo, pero se difumina cada letra en la divina sombra
reposo de tu luz.
Un viejo pensamiento desgastado en costumbre
intenta decir "dios" mientras suspira y el silencio
susurra: "No mires mientras arden los reinos que no fueron;
si los miras ahora te absorberá la sal de nadas y tristezas persistentes"
(reconozco tu voz que viene a sorprenderme entre comillas)
Y me quedo sin versos, sin relato ni historia,
sin lógico y coherente discurso argumental.
Pero vale la pena abandonar el rumbo establecido
y dejar Al Que Es la libertad de Ser y demostrarlo.
Y vuelvo a respirar
toda la mansedumbre de la Luz
mientras te siento.
Mira que lo sabía. Y que sin conocerte te conozco.
Es inútil que hable, que te piense o te escriba.
Lo que hay entre Tú y yo no es cosa de palabras.
Sólo amor, luz y vida, traducen el lenguaje....
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