En medio del ambiente político que estamos soportando, tanto en España como en el resto del Planeta, creo que este reconfortante episodio de la vida de Francesco d'Assisi, musicado y relatado divinamente por Angelo Branduardi, puede orientar mucho a cada un@ de nosotr@s a la hora de enfrentarnos al lobo de cada situación difícil y, aparentemente, imposible de resolver, como ante la evidencia inevitable de que un lobo pueda entender el lenguaje humano y de que el lenguaje humano pueda traducir y comprender la situación de un lobo, cuyo sustento y cuya vida sólo dependen de lo que pueda cazar y devorar, sin más. Algo similar a la política entendida del revés. O sea, la animalización de las cualidades humanas convertidas en atropello cuando son nuestras mejores herramientas para evolucionar, cambiar a mejor e ir co-creando en común nuevas formas de vida y entendimiento, es decir, aprendiendo a Sumar de verdad, todo lo bueno que tenemos, que es muchísimo, y que emerge y se maniofiesta mediante la comprensión del conocimiento y el amor que la comprensión y el conocimiento hacen posible.
Esta es la traducción del texto al español/castellano:
IL LUPO DI GUBBIO
En aquel tiempo Francisco en Gubbio vivía
cuando en los caminos del condado
apareció un lobo feroz
que hombres y bestias despedazaba
y al que nadie osaba enfrentarse.
Francisco se compadeció de aquella gente,
de su miedo tan humano,
por eso se echó al camino
buscando el lugar donde el lobo habitaba
y sin llevar consigo ningún arma
(con que defenderse en caso de ataque).
Cuando por fin al lobo apareció
aquel encuentro se convirtió en amenaza
pero Francisco lo paró y elevando la mano
le dijo: "Tú hermano lobo eres ladrón y asesino,
sobre esta tierra has traído miedo.
Pero entre ti y esta gente yo pondré la paz,
el mal será perdonado, de ellos y desde ahora
tú siempre tendrás alimento
y por ello nunca más en tu vida tendrás hambre,
porque más miedo que un lobo, da el infierno
(que produce vivir con la agresividad y el pánico)
Así cuentan que Francisco habló
y en aquella tierra puso paz
y en los años siguientes nadie sufrió
(ni el lobo ni los habitantes de Gubbio
que se comprometieron con Francisco
a dar de comer al animal
cada vez que aparecía en el pueblo)
***
Porque en realidad da mucho más miedo una mala vida llena de pánicos, rabias, odios, mentiras, venganzas y violencias, que ese hipotético infierno, que nos fabricamos los seres humanos con nuestra naturaleza primitiva y cegata, nada que ver con "la justicia de Dios", que jamás crearía un invento semejante., y para colmo eterno... El verdadero infierno y demonios es la especie humana cuando sólo dis-funciona desde la animalidad, sin alma, sin conciencia y por ello, sin luces ni verdadera inteligencia ni verdadero valor. Monstruitos de usar y tirar...si no despertamos,claro. Y eso depende de nuestra decisión y libre albedrío. Eccome!
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