jueves, 18 de mayo de 2023

Gracias, P茅rez Royo y eldiario.es!!!!馃憤馃憤馃憤馃憤馃憦馃憦馃憦馃憦馃檹馃檹馃檹馃檹

 CONTRACORRIENTE

Una canallada anticonstitucional


El portavoz del Partido Popular en el Senado, Javier Maroto, muestra una portada de El Mundo en el Senado, ante la mirada de Alberto N煤帽ez Feij贸o el pasado 9 de mayo.

Javier P茅rez Royo


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Quiero dedicar este art铆culo a Luis R. Aizpeolea, 脌ngels Barcel贸, Xavier Vidal Folch y Aimar Bretos, a los que sigo desde siempre, es decir, a unos desde hace muchos a帽os y a otros desde menos porque cada uno de ellos tiene la edad que tiene. Yo soy mayor que todos ellos.

He o铆do o le铆do los comentarios que han hecho en la Cadena Ser o en El Pa铆s a prop贸sito de la reacci贸n producida por la inclusi贸n en las listas electorales de Bildu de 44 candidatos condenados, siete de los cuales lo fueron por delitos con derramamiento de sangre. 

Estoy de acuerdo con lo que han dicho o escrito, aunque he echado a faltar un punto que es el que quiero exponer en este art铆culo.

El art铆culo 25 de la Constituci贸n reconoce el principio de legalidad penal en unos t茅rminos que, visto lo ocurrido, resulta imprescindible reiterar de manera expresa. Tras reconocer el principio en el 25.1, la Constituci贸n a帽ade en el 25.2 lo siguiente: “Las penas privativas de libertad (…) estar谩n orientadas hacia la reeducaci贸n y la reinserci贸n social”.

El constituyente de 1978 rechaz贸 de manera rotunda, haciendo uso del imperativo “estar谩n orientadas”, que la condena por un acto constitutivo de delito que pueda conllevar la privaci贸n de libertad pueda convertirse en “la muerte civil” de la persona condenada. El principio de legalidad penal constitucionalmente reconocido est谩 dirigido a lo contrario: a que la persona condenada pueda ser reeducada y se pueda reinsertar en la sociedad.

Desde la entrada en vigor de la Constituci贸n no ha habido un solo caso comparable de aplicaci贸n de pol铆tica penal orientada a la “reeducaci贸n y reinserci贸n” como el protagonizado por los nacionalistas aberzales que militaron en ETA y que fueron condenados en su d铆a a penas privativas de libertad. El 茅xito de la Constituci贸n ha sido extraordinario. Cuantitativa y cualitativamente.

La renuncia a la lucha armada y a la pr谩ctica del terrorismo; la constituci贸n de un partido pol铆tico, Bildu, cuyos Estatutos pasaron el control del Registro de Partidos del Ministerio de Interior; la disoluci贸n de ETA, y una ejecutoria ininterrumpida de participaci贸n en el sistema pol铆tico de manera inequ铆vocamente democr谩tica han sido el mayor homenaje que se le ha hecho a la Constituci贸n desde su entrada en vigor. 

Que personas que han luchado contra la democracia espa帽ola de la forma en que ellos lo han hecho hayan reconocido expresamente que lo que hicieron fue un error, hayan pedido perd贸n a las v铆ctimas por el da帽o causado y el dolor infligido y hayan manifestado su voluntad de actuar dentro de la Constituci贸n de la que abominaban, que es lo que la democracia espa帽ola les ha venido exigiendo desde los a帽os ochenta del siglo pasado, es un 茅xito gigantesco. Desde hace doce a帽os esa exigencia ha sido aceptada por el nacionalismo aberzale. Es la mejor prueba del 茅xito del imperativo de la “reeducaci贸n y reinserci贸n” querida por el constituyente.

La inclusi贸n de los 44 candidatos condenados por sus conductas como miembros de ETA, tras haber cumplido 铆ntegramente las penas que les fueron impuestas y tras haber transcurrido el tiempo de inhabilitaci贸n que conllevaban, es un paso m谩s en la aceptaci贸n de la Constituci贸n. No es una falta de respeto a las v铆ctimas, sino todo lo contrario. 

La reacci贸n que se ha producido por parte del PP y Vox ha sido una canallada anticonstitucional, que pone al descubierto la hipocres铆a de sus dirigentes, que no dejan de autocalificarse de constitucionalistas mientras incumplen de manera manifiesta la Constituci贸n. En la renovaci贸n del Consejo General del Poder Judicial y en lo que sea.

Es posible, mejor dicho, es seguro que Bildu ha pecado de ingenuidad y no ha explicado a la opini贸n p煤blica el sentido que ten铆a la presentaci贸n de esas candidaturas antes de formalizarlas. Pero hay que ser muy canalla para reaccionar de la forma en que lo han hecho Alberto N煤帽ez Feij贸o, Isabel D铆az Ayuso, Santiago Abascal… 

El nacionalismo vasco y catal谩n forman parte de la Constituci贸n material de Espa帽a, que no podr谩 ser gobernada democr谩ticamente sin su concurso. Cuanto m谩s tiempo tarden en reconocerlo las derechas espa帽olas tanto peor nos ir谩 a todos. Pero est谩 claro que, dada la reacci贸n producida en estos d铆as, queda mucho camino por recorrer. 

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