Lo del cambio de modelo turístico, ya si eso para la próxima pandemia

Tenemos un debate pendiente sobre el modelo turístico español SEMANA SANTA DE RÉCORD, la excesiva dependencia que tiene España del sector turístico LA MEJOR SEMANA SANTA DE LA HISTORIA. Ya vimos durante la pandemia lo vulnerable que es nuestra economía EL TURISMO INTERNACIONAL REPUNTA UN 50%, que cayó entonces más que la media europea por el cierre turístico EN FEBRERO BATIMOS EL RÉCORD DE GASTO PREPANDEMIA. Además de esa dependencia, el turismo masivo tiene consecuencias indeseables ESTE AÑO SUPERAREMOS LOS 85 MILLONES DE TURISTAS INTERNACIONALES, como la precariedad, los salarios bajos, la subida del precio de la vivienda PODEMOS BATIR LOS 100 MILLONES DE VISITANTES AL FINAL DE LA DÉCADA, la turistificación de las ciudades y los daños medioambientales, especialmente en las costas.
La riqueza que genera el turismo no se redistribuye a la población EL PIB TURÍSTICO SUPERÓ EN 2022 AL DE 2019, y ahí está el ejemplo de Canarias, la comunidad con más pobreza severa pese a su desarrollo turístico ALCANZAREMOS EN 2023 LOS 100.000 MILLONES DE GASTO. Pero además, el modelo turístico es insostenible UN 12% MÁS DE GASTO QUE ANTES DE LA PANDEMIA en un horizonte de crisis climática, sequía, olas de calor y desertización PRIMER TURISTA MUERTO HACIENDO BALCONING ESTE AÑO, lo que hace más urgente replantear nuestro modelo económico 2023 SERÁ EL MEJOR AÑO DE LA HISTORIA PARA EL TURISMO EN ESPAÑA.
Qué difícil hablar de turismo y cambio de modelo económico mientras el locutor del carrusel deportivo grita los goles, los récords, el aumento de turistas, las cifras superadas, las previsiones históricas. A nadie se le pasa por la cabeza hablar en serio del asunto mientras las cajas registradoras de hoteles, bares, empresas de transporte, comercios y servicios en general hacen “clin, clin, clin”… Ningún gobernante quiere ser el aguafiestas que cuestione el sector turístico cuando este tira del PIB y el empleo. Como mucho, discursos vagos, buenas palabras, decir mucho sostenibilidad, resiliencia, circularidad, gobernanza, digitalización, transición verde y demás palabras bonitas. Ahí está la Estrategia de turismo sostenible 2030, anunciada para esta legislatura y todavía pendiente de contenido más allá de las buenas palabras. Y algunas medidas parciales muy importantes, sí, como la regulación del trabajo de las Kellys en Baleares, pero que no cuestionan el modelo.
Para hablar del tema, por lo visto, hace falta que frene de golpe la industria turística, caer en picado, pasar de cien a cero, entrar en pánico. Una pandemia, vaya. Entonces sí, como pasó en 2020, cuando se cerró la movilidad mundial y de pronto nos dimos cuenta de lo vulnerables y dependientes que éramos del turismo, de lo necesario que era cambiar de modelo, no solo por la pandemia sino por problemas previos y otros previsibles en el futuro. A todos se nos llenó la boca hablando del “cambio de modelo”, la necesidad de “superar el sol y playa”, impulsar otras industrias, reinventarnos, apostar por turismo de proximidad, sostenible, de calidad, etc. Más o menos como cuando otro bofetón, el del reventón de la burbuja en 2008, nos forzó a repensar el modelo inmobiliario y de la construcción, ¿os acordáis?
Pues nada, esperemos a la próxima pandemia, o a que el calor extremo aleje a los turistas hacia destinos más septentionales, y ya si eso le damos una pensadita o una repensadita al tema, venga.
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Comentario del blog
Parece
mentira que con lo religiosa que es la sociedad española no se recuerde
un conocido relato bíblico del Antiguo Testamento, en el que José, un
judío prisionero en Egipto al que sus hermanos vendieron como esclavo a
la corte del faraón, porque tenían envidia y celos de su talento y de lo
que el padre de todos ellos, Jacob, le valoraba, supo prevenir al
interpretar un sueño del faraón y, así le dio las pistas ad hoc
para que durante los siete años de abundancia que estaban disfrutando en
ese momento se aprovechasen para prevenir, ahorrar y organizarse para
afrontar los siguientes siete años de sequía y falta de cosechas, que el
sueño presagiaba, como así sucedió... El faraón hizo caso a José y todo
salió genial, y no se sufrieron la miseria, la hambruna y la ruina de
siete años sin poder cosechar. Por eso, precisamente, José pasó de ser
esclavo a ser ministro asesor del estado y de ese modo, también , en
agradecimiento a su servicio magistral, su pueblo errante y emigrante
desde que Abraham salió de Mesopotamia en plan refugiado nómada, pudo
llegar a Egipto y establecerse durante muchos años, saliendo de la
inseguridad de la miseria y del nomadismo. Demostrando, también, cuánto
talento desaprovechado aporta la emigración a los países que la acogen
como esclava laboral.
La
historia de la humanidad no está ahí sólo para memorizarla como
cuentos y anécdotas, ni para dejarla enmarcada en los relatos y las
crónicas momificadas, sino para aprender en paralelo a reflexionar, a
discernir, a ver similitudes, paralelismos y diferencias entre las
decisiones y actitudes de los seres humanos, en situaciones que tantas
veces se repiten, en diferentes épocas históricas, en diversos paisajes
temporales y culturales, pero con idénticos problemas básicos. Las
necesidades fundamentales para nuestra especie siguen siendo las mismas.
Y eso no hay tecnología ni ciencia ni ppoder ni ppastón, que lo pueda
evitar. Una sequía que dure años, un diluvio imparable, incendios
incontrolables y arrasadores, epidemias y pandemias inesperadas pero
siempre posibles como las crisis financieras y sus guerras en diversos
campos y formatos, que causan la avaricia y sus rapiñas bulímicas,
fenómenos atroces y tantas veces imprevisibles en el cuando, en el como y
en el donde, pero siempre más que probables, y que sólo la intuición de
la inteligencia verdadera y en común, puede intuir y prevenir por
adelantado, observando, reconociendo y descifrando la pesadilla
somnolienta de una realidad alucinógena, como ahora lo es el mundo
interconectado malamente, -en sentido ético y lucido- en que estamos y,
seguramente, sin querer, cooperamos a que el pifostio globalizado siga
en pie y acabe con todo. Nos vendría genial, ser un poco más "josés" y
mucho menos hermanos envidiosos, mezquinos y torpes, a la hora de
distinguir sueños premonitorios de pesadillas confirmadas materialmente.
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