Los tres pies al gato | 'Avalancha de 'okupas' en España', por Ana Pardo de Vera
publicado el 03 de Marzo de 2023
¿A ti también te han dicho que si te vas un fin de semana de tu
casa, cuando vuelvas, puedes encontrarte a una familia ‘okupando’ tu
sofá, las camas de tus hijos y la caseta del perro? ¿Eres de los o las
que escuchan permanentemente en televisión, en la publicidad de empresas
de seguridad, por la radio o lees en la prensa que no se puede dejar
una casa sola en España porque te la ‘okupa’ enseguida gente que se
lleva la vida bajo el brazo para instalarse en casas ajenas y después no
hay quien la eche?
Yo sí, yo soy de las que escucha a diario
que la población española se divide en dos tipos: los dueños de casas y
los ‘okupas’ de las mismas. Así que esto que te voy a contar, te
interesará, porque esta semana he comprobado que hay una información muy
interesante que ha pasado desapercibida; y las mismas teles,
publicidades, empresas de seguridad o medios que te han metido el miedo
en el cuerpo para que te ates al sillón o a la cama, no te la han
contado.
La semana pasada conocimos por el Ministerio del
Interior, mediante la contabilidad de delitos de este tipo que hacen las
fuerzas y cuerpos de Seguridad nacionales, autonómicas y locales, que
esa ‘okupación’ que te quita la casa y el sueño se ha frenado por
primera vez en siete años. ¿A que no lo sabías y, lo que es peor, el
dato no ha salido más que en cuatro periódicos rojos y satánicos que
defienden el derecho constitucional a la vivienda digna?
Pues
hay más: la ocupación de viviendas, en realidad, llevaba subiendo desde
2016, aunque nadie te lo dijo entonces, y lo hizo con gobiernos de PP y
PSOE, hasta 2022, que ha empezado a frenarse, con un 3,2% de casos
menos, concretamente, 16.726 ocupaciones. Y tampoco te lo dicen. De
estos cerca de 17.000 casos, además, ha habido usurpaciones, la inmensa
mayoría, y allanamientos de morada, que son cifras marginales y aquellas
con las que te aporrean la publicidad y el amarillismo.
Las
usurpaciones son las entradas en pisos vacíos, abandonados en manos de
bancos y fondos buitre y que muchas veces, es cierto, las aprovechan las
mafias para hacer negocios
criminales, sea narcotráfico,
subarriendos ilegales o trata de mujeres. Los macro-propietarios se
desentienden de esas usurpaciones y también se desentienden de los
problemas que puedan causar a su alrededor por razones obvias.
Los
allanamientos, por su parte, son las ocupaciones residuales en
viviendas habituales o segundas viviendas, mientras la publicidad y el
amarillismo, insisto, te aporrean con ellas, ya sabes: “¡No bajes a
comprar el pan, que te ‘okupan’ la casa y te quedas en la puta calle!”.
Se
trata, y es un clásico de la manipulación política, de meterte el miedo
en el cuerpo y que criminalices a quienes necesitan una vivienda, por
migrantes o por pobres, da igual, y de paso,
criminalices a quienes defienden su derecho a ella, los demócratas. Acuérdate de esto cuando asomen la patita los alarmistas.
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