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Comentario del blogg:
No obstante, tenemos que seguir caminando. Nos merecemos un mundo mucho más justo, compasivo, cooperante y constructor de nuevos valores, no esperemos que los estados y pirámides ejecutivas decidan por nosotros, en realidad las bases sociales somos la base de todo y nada ni nadie puede impedir que nos tomemos la vida de otro modo: por ejemplo, no siendo esclavos de las modas que se nos imponen, ni de las redes sociales que nos secuestran la libertad de mirar y aprender de lo que pasa en nuestro entorno y de relacionarlo con lo que sucede en el mundo, en vez dejar que lo que sucede en el mundo nos impida conocer y descubrir lo que podemos realizar en nuestro entorno; una población despierta en la luz nunca votará a partidos que duermen en la oscuridad, ni elegirá gobernantes drogados por el poder y la ambición de mandar y disponer de las vidas ajenas como disponen de objetos o de animales. Está muy bien la tecnología como ayuda pero jamás como único referente de una cultura y de una civilización. Es genial la comunicación que en realidad está imitando las capacidades de fusión y comunicación de la energía humana bien desarrollada. Todos los inventos que nos unen y nos relacionan (radios, teléfonos, internet, impresoras, fotografías, cine, música, escritura, lectura, ciencias...) son signos indudable de la riqueza fraternal y comunicadora que tenemos dentro, como los medios de transporte para viajar y descubrir la vida en sus diversas formas y variedad.
Ese potencial maravilloso no se merece un uso tan zafio y demoledor, limitado al negocio y a la especulación de tanta egopatía e inmadurez, sino un cambio de perspectivas y de conciencia, que nos vaya revelando en el día a día las posibilidades únicas y preciosas de reconocernos como familia humana; una vez que se experimenta la riqueza espléndida de la participación, del compartir y del crear lo impensable, juntos y hermanados, lejos de competir, juzgar, envidiar, odiar temer, y también como seres diversos y diferentes, pero armonizados en los mismos valores y sorpresas.
A ese "pueblo" nuevo y liberado de lo peor de sí mismo, se refiere la revelación final del Apocalipsis. A la plenitud de una "ciudad" cuyas piedras y material de construcción son los seres humanos que la habitan, por eso en ella nadie es extraño ni incómodo y lo que se llama "dios" es el resultado de esa plenitud y del encuentro constante con el Amor que somos en realidad y que se hace presente cuando vamos superando las locuras y la prostitución deshumanizadora de los imperios, teniendo en cuenta que prostituiirse no es solo un tema de sexo, sino sobre todo de venderse a sí mismos para destrozarse solo por tener y poseer bienes o privilegios que acaban siendo cadenas y ataduras exterminadoras, como por ejemplo: la enfermedad contagiosa, la guerra, la miseria y la muerte, los cuatro jinetes de marras, que nunca llegarían a existir ni dañar, si el ser humano no lo hiciera posible cuando se empeña en cultivar las tinieblas del autoengaño en vez de disfrutar la luz de la verdad sencilla y tan lejos de fanatismos y obsesiones.
¿Qué pasaría si dejásemos de ser escalv@s de un teléfono móvil? ¿Y si dejásemos de lado las redes sociales? ¿Y si en vez de engancharnos a las series televisivas saliésemos a pasear y a charlar con nuestra familia humana, refugiada, necesitada de cariño, de ayuda, de atención de escucha, de amparo, de ánimo y de vitaminas psicoemotivas? ¿Y si además los árboles, las aves, los animales secuestrados por sus amos, la mariposas, la brisa, la lluvia, el sol, las estrellas, las nubes, los niños, las niñas, l@s abuel@s, los mendigos y mendigas, l@s vecin@s y l@s desconocid@s se convirtieran en la mejor película de nuestra vida? Y una vez fundid@s en ese océano sin límites, salpicar con nuestras gotas de luz al mundo entero, empezando por Rusia y Ucrania, Palestina e Israel, Siria y Siria, Turquía y Kurdistán, Irán, Irak, Pakistán,Afganistán, los Emiratos, y cómo no, los USA y sus fans, of course... que necesitan renacer de sus propios basureros contagiados al resto del mundo...Tanta enfermedad junta necesita mucha medicina. Y una humanidad sana y objetora de conciencia es el mejor remedio de tanto mal rollo con tan horribles consecuencias si le seguimos el juego. La paz y el amor sin límites son la mejor rebelión y revolución. Sin duda alguna.
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