Cuando
las posibilidades se han agotado y el mundo se convierte en un
laberinto sin salida y cada día más absurdo, solo nos queda cambiar
desde dentro para que sea posible cambiar por fuera. Es evidente que
cambiar solo de indumentaria y estética superficial sin que los usuarios
cambien de visión, orientación ética, criterios básicos mediante
experiencias y conciencias, es imposible que se solucione algo
fundamental en la humanidad y en sus componentes, o sea, en tod@s
nosotr@s, sobre todo si la percepción de lo fundamental, solo se reduce a
pellizquitos de monja cacareante, que protesta por lo que le pasa, pero
sigue haciendo posible que pase lo que pasa. Pura contradictio in terminis convertida en el día a día. Es decir, oximoron existencial en su salsa y a tutiplén. Una canción recién compuesta y grabada que me enviaron ayer y publico ahora.
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