Juan Carlos Monedero duda de si Yolanda Díaz "puede representar el espacio político" de Podemos
"No estoy diciendo que no esté a favor de Yolanda, estoy diciendo que estoy en un conflicto", afirmó el 19 de noviembre pasado.
Público
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Era de esperar que esto acabase así. De donde no hay es imposible sacar algo más que el vacío, los enredos, el postureo y la confusión. O sea, lo que suma a la inversa: del barrio obrero al casoplón de la ética missing, una vez desmontado el 15M, eliminados los círculos y aposentados en los escaños. Como tiene que ser, xd!
Pero todo será para bien, no te preocupes, partisano podemita, afortunadamente quienes prefieren sumar a montar pollos y enredos lo harán mucho mejor. No os quepa duda, carinyets, porque peor imposible. Quienes tienen conciencia despierta lo comprenderán y darán un suspiro de alivio hasta dentro de Podemos. Será una liberación acabar con las mascletás y quemar la falla, dar un paso al frente y decir adiós, por fin, al sinsentido, con menos futuro que la ética del emérito.
El problema básico de Podemos es que es un andamio suelto sobre un edificio en construcción social en el que al mismo tiempo que se construye, el andamio se cae y no puede sostenerse, porque nadie sabe cómo unir obra y andamio. El edificio está en el chasis igual que cuando el andamio se comenzó a levantar en paralelo, pero separado de los muros y cimientos, es decir, que lo que se intenta construir se derrumba por falta de consistencia y de experiencia laboral y eso enfrenta constantemente a los albañiles y constructores, mientras con la obra paralizada, los futuros habitantes que están pagando por adelantado con sus impuestos la obra y los sueldos de la empresa constructora, no tienen techo, durmiendo en tiendas de campaña que les prestan Caritas y las ONGs, esperan a que el edificio se acabe de construir para poder habitarlo, pero todo está paralizado porque quienes deben construirlo se tiran los ladrillos y andanadas de la mezcla del cemento fresco, unos contra otros, porque no atinan ni pueden colocarlos a tanta distancia y a grito pelado se echan en cara el desastre descooperativo, es más cuando la innovadora arquitecta Yolanda, intenta contactar con los que esperan acceder a sus nuevas casas, por mero derecho a una vivienda digna y necesaria, y así ayudarles a buscar y encontrar nuevas soluciones, lejos del caos, los constructores fallidos la miran fatal y hasta le echan en cara que ella tiene trabajo gracias a su fabulosa empresa y a que ellos la contrataron, no para orientar y asistir a los sin casa, sino para que les ayude a ellos a sostener el andamio de marras, que, obviamente, no sirve para nada dado su pésimo, caótico y desastroso diseño.
Así está el percal. Valga la alegoría para que se entienda el enredo que se montó desde que se puso en pie el Gobierno de coalición, que en realidad está sostenido por los vecinos de los barrios de alrededor, o sea, por las autonomías federadas, gracias a las que los aspirantes a los pisos inexistentes debido a la torpeza de los constructores, pueden sobrevivir a pesar de todo del desastre.
Por todo eso los afectados que están hasta la peineta del pifostio del andamiaje son mayoría, menos mal; quosque tandem abutere, podemitae, patientia nostra?
P.D. Creo que es fundamental dejar bien claro que al defender la dignidad personal y humana de Irene Montero, cuando ha sido maltratada verbalmente en el Congreso por los miembros de otros partidos políticos opuestos a su ideología, no se está reivindicando ni bendiciendo todo lo que Podemos pergeña y propone, ni mucho menos. Lo habríamos hecho lo mismo por cualquier diputada o diputado que hubieran sufrido la misma agresión por parte de cualquier otra ideología. Y por supuesto, esa defensa no implica que se apoye socialmente y a ojos cerrados la ideología de las víctimas agredidas. Estar equivocad@s y, erre que erre, hacer del propio error una resolución no es un delito ni una ofensa para nadie, pero sí, sobre todo, debería ser un serio problema para un@ mism@.

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