La voz de Iñaki Gabilondo | 06/10/2020 | Mañana empiezan las concreciones

  

 

Creo que ya va siendo hora de que nos fijemos más en las iniciativas y en la disposición positiva de una gran parte de la sociedad, que en los efluvios podridos de los viejos desppojos imppolíticos, que se les deje de dar protagonismo, ya que su disposición inútil y obstaculizante para lo fundamental solo pretende ocupar portadas y pantallas  provocando peloteras, enfrentamientos creados ad hoc, aunque solo sea para escandalizar y paralizar el proceso de las soluciones justas, que por supuesto, nunca son cosa de esa derecha momificada; ojalá fuera la derecha democrática alemana o austriaca, y no esta reserva mugrienta, la  eterna fasci/táctica for ever cuando no se manda en todo el estado: montar pollos inimaginables e imposibles de justificar, así, mientras la gente se escandaliza no piensa, se aturde, se desconcierta y se desespera con lo que ve, escucha y alucina; los orcos/Smeagols, no conocen otra estrategia mejor que custodiar y aumentar su tesoro comodiosmanda, ellos alteran todo y a todos, indisponen, embarran, intoxican, matan por desatención inducida y lo justifican explicando con un cinismo de psicópatas, que si se muere la gente por pandemia es lo natural para que el forring office no pierda comba y se ponga la botas, acusan a los demás de lo que hacen ellos mismos, montando un callejón sin más salida que el golpe de estado -en muchas versiones- y la represión, -¡cómo no!- para "frenar al caos de los comunistas, separatistas,masones, terroristas y gentuza" -como siempre, desde la primera mitad del siglo XIX-, y entonces, con ese planazo, se rompe la conexión fundamental de la política, o sea,  la cooperación democrática de la diversidad, el empuje colectivo y social del bien común sin privilegios para nadie y bienestar para todos, que es la base de cualquier estado que no sea solo un  ritual para zombis al servicio "de los señoritos" aquellos tan de Gracita Morales en los sesenta del pasado siglo.  Ahí se nos han quedado con un atasco monumental en los desagües, claro, así se explican las cloacas, es que en ese plan el resultado no puede ser otro. 

Así que, miremos más alto y no contemos tanto con el ppoder applastante de la ppodredumbre, que tampoco es como para tirar cohetes, más bien consiste en el amontonamiento imparable de bolsas de basura. Lo más urgente es hacer ya mismo limpieza general, en primer lugar de nuestros hábitos mentales y emocionales, tan hechos "a lo que hay" que ya impiden que pueda haber algo mejor, más decente y más sano. La finalidad del caos como guerra política es convencer a la sociedad de que solo "la mano dura" y la justicia como castigo, mucho más que como pedagogía cívica y salud social, son el remedio, el último recurso para establecer su "nuevo orden" que casualmente, siempre acaba siendo el mismo de siempre, porque imaginación y creatividad no son especialidades que estén a su alcance: mucho más cómoda, ¡dónde va a parar!, la dictadura como solución, aunque a veces se la camufle de "recurso democrático". Como el franquismo y su trinke connatural, tan patriótico, tan marcial y tan torero, por la gracieta de  ese dios uniformado y a toque de corneta.  Ains! 

 

P.D 

Esta mañana me he encontrado a Ahmed por la calle Cuenca, un hermano turco que tras padecer tres semanas en España pidiendo limosna y pasando mucha más miseria que en Turquía, ha conseguido el billete de regreso a Estambul para dentro unos días. Él es un buen mecánico especialista, habla inglés y francés, además de árabe, y vino para emprender nuevas vías de trabajo y estudiar español, dice que ni en los peores momentos de crisis en su país lo ha pasado peor que aquí en estas jornadas de mendicidad sine qua non que no se podía imaginar cuando bajó del avión en Manises. Le he dado la enhorabuena por el acierto de volver a casa antes que morir de coronopatosis a la española. En Turquía tienen mejor salud,  menos contagios y menos muertes. Menos coronas. Ah, y seguramente menos 5G, claro. A lo mejor ser una república en vez de un sultanato, a pesar de Erdogán, tiene algo que ver, ¿verdad? 

¡Bismillah, querido Ahmed!