
Nico Ordozgoiti
Como vergüenza esto no tiene arreglo por más que se quiera zurcir y recoser el desgarrón. Es evidente que la indecencia y el cinismo convertidos en derecho de pernada por leyes que son verdaderos destrozos, no conoce límites de ningún tipo. Que un individuo salga rana es un riesgo inevitable en este mundo, que ese tipo sea un jefe de estado durante casi cuatro décadas ya es muy grave, pero que la Constitución del estado en cuestión lo avale haga lo que haga, no tiene el menor sentido y es un pisoteo total de la ética, de la honestidad, de las garantías cívicas, hasta del sentido común y de los propios DDHH civiles, como también lo es que el Gobierno y el Parlamento no solo se laven las manos, sino que además, se callen y otorguen, o incluso no callen y aplaudan el destrozo total de una absoluta carencia de moral y sean cómplices de un chanchullo constitucionalizado, pactado en silencio y justificado por el Presidente del Gobierno como lo más natural, en vez de denunciarlo responsablemente, plantar cara a la ignominia en nombre de la ciudadanía, que para eso constan como representantes de ella y plantear seriamente un cambio imprescindible de las leyes que hacen imposible el ejercicio de del imperativo categórico kantiano, la autoridad más básica, lo que en latín se llamaba auctoritas, la autoridad que concede el pleno ejercicio de la leyes morales, de unos principios intocables hasta para la más alta autoridad del estado, que precisamente debe ser la conducta más ejemplar porque con ello garantiza la verificación ética del propio estado , algo que ha perdido su significado original y que en español ha terminado por considerarse cachondeo, burla y cinismo sin límites. Con el eufemismo de "campechanía" y chanchullo al por mayor sin responsabilidad alguna, que así lo dice la ley...en la consti.
Es una barbaridad que un estado del siglo XXI esté indefenso jurídicamente y por completo ante el atropello de cualquier institución que se considere, como dios, por encima de cualquier responsabilidad delictiva y corrupta si ese atropello lo comete un personaje al que por su apellido y cargo se considera por encima de la Ley. Hasta en el siglo XI se respetaban más los derechos civiles que ahora. Paradójicamente en el siglo XXI el Cid no habría podido exigir a Alfonso VI el juramento de su inocencia en Santa Gadea. Se lo habría prohibido la Carta Magna. Y, para acabar de completar el cuadro demencial, que una gran parte del Parlamento esté de acuerdo con este plan, pone los pelos como escarpias.
No se puede seguir en este plan y esperar que España sea tomada en serio ni en la UE, ni en la ONU ni en ningún sitio. Y mucho menos andar exigiendo en los tribunales a la ciudadanía unos comportamientos que el propio jefe del estado se puede saltar a la torera cuando le dé la real gana y lo considere beneficioso para sus enjuagues. Visto lo visto, ¿quién sabe si no es el demérito quien debería estar en la cárcel en lugar de Urdangarín o al menos los dos juntos? En un plan tan jurídica y moralmente vomitivo, cualquier cosa puede ser posible y el pueblo lo sabe y lo comenta. ¿Cómo se puede tener la desfachatez de encarcelar a los políticos catalanes por querer un referendum legítimo y hacer la vista gorda con un verdadero delito especulativo contra el pueblo español, cobrando por lo bajini unas comisiones alucinantes y llevándoselo a los paraísos fiscales, mientras se chupa nada menos que el 0'9% del PIB para la mangante Casa Real, mientras los caciques beneficiaros y benefactores del pastelón zarzuelero hunden, explotan y arruinan sin escrúpulos al pueblo trabajador? ¿Cómo es posible y qué cantidad de mierda y miedo empastra al PSOE para acabar siendo cómplice del mismo mejunje que el pp y no tener en cuenta las razones completamente democráticas y más que justas y razonables, de los partidos que apoyaron en su día la moción de censura, justo para quitar del gobierno al partido que funciona como el demérito: arramblando con todo lo que pilla? Si el Tribunal Supremo fue quien facilitó esa moción con su veredicto, ¿por qué en el mismo caso no hace igual con la conducta del demérito? ¿Acaso una ley injusta como la desigualdad flagrante que ampara a jefes de estado sin vergüenza, por las mismas razones que condena a la ciudadanía, es digna de ser obedecida a ciegas, sin tener en cuenta la ilegitimidad jurídica y la ilicitud moral de su arbitraria "legalidad"?
La mediocridad de la esfera política en este país no tiene límites. Se pliegan y obedecen cualquier mamarrachada, estafa, corrupción, y hasta cualquier crimen, como en el caso del GAL, el caso JC I, o tantas barrabasadas policiales tipo Billy el Niño o tipo Villarejo o Fernández Díaz sin comprender el terrible daño que causan a las instituciones del estado, al dejarlas vacías de consistencia ética y ecuánime, sin más sentido y perspectiva que usarlas para trepar y forrarse, para poner zancadillas y dar rienda suelta a sus venganzas particulares, a sus fijaciones fachas, a sus intereses de partido y casta. Todo lo que significa transparencia les da verdadero terror y un vértigo inexplicable, porque temen que, como los galos creían, se les pueda caer el cielo encima si les falla la manga ancha para los jerifaltes y se les exige lo mismo que al resto del pueblo en las mismas tesituras delincuentes.
Y en realidad es todo lo contrario. Los pueblos se educan con los ejemplos que ven, viven y constatan, no con los chanchullos y los mantras con que les sermonean y engañan constantemente. No se es un estado más seguro y estable porque su casta institucional mienta mejor y tape con más habilidad sus miserias filibusteras cuando las cometen los reyes o los obispos o los generales o los presidentes de instituciones o de empresas de alto copete.
Ese modelo de estado es simplemente un basurero social, que un buen día se satura y se desborda porque ya han desaparecido todos los diques éticos de contención y lo único que queda es figureo tapando la mierda a lo bestia, empapando leyes, constituciones, escaños, tribunales, iglesias, banderas, escudos y partituras del himno nacional, sí, basura, mierda y putrefacción en catarata incontenible donde ya no queda nada que merezca la pena creer ni potenciar, donde nadie se fía de nadie, donde nadie quiere votar a nadie y cada ego se monta su feria como quiere, y no le da la gana de usar mascarillas aunque contagie lo que sea, y se salta a la torera los límites, como en el motín de Aranjuez, no se priva de nada para facilitar el bien común, porque ha descubierto que en su país ese concepto desde siempre es una tomadura de pelo total y estupenda para vivir del bulo, y para hacer chistes en las redes y en El Club de la Comedia. Porque es de imbéciles privarse de algo para ayudar sin sacar tajada, si en paralelo y para lelos, los que tienen el poder hacen lo que les da la gana como siempre en en un estado que en realidad es un cortijo made in caciques.
Esa y no otra es nuestra patética realidad. Y cuanto antes lo comprendamos, tanto en la cúspide como en la base social, antes podremos intentar el cambio en serio y con posibilidades de que por primera vez en la historia nos salga medianamente bien. Sin cuchufletas graciosillas y paralizantes, sin juegos de manos ni sombras chinescas de por medio. Claros y limpios como la luz del día, responsables y creíbles sin máscaras ni bailes de carnaval donde no toca, como en el Parlamento,en los tribunales, en el Gobierno y en la Jefatura del Estado, que cuando esto madure sanamente solo podrá ser con dignidad una veradadera república federal de los pueblos ibéricos y no el reino donde manda la gran paradoja del rey desnudo pero forrado. Hasta prófugo de la justicia por si las moscas 'legales' esta vez no acaban hundidas en el panal de rica miel, como viene pasando desde hace siglos.
Ainsss!
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