George Orwell: «En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario».
miércoles, 1 de abril de 2020
Ellos y ellas también son Nosotras. No se pueden abandonar como si fuesen piedras o bolsas de plástico. ¿Cuántas casas y naves industriales habrá vacías para dar techo, acogida y asistencia a nuestros refugiados migrantes? ¿Por qué no abrir hueco comarcal para hospitales de campaña en la España vacía, donde Médicos del Mundo, Sin Fronteras y otras iniiciativas sanitarias puedan ocuparse de la atención y seguimiento de nuestros hermanos más olvidados? Por cierto, ¿no había por ahí una Iglesia Católica con casas y casoplones sin habitar y sin pagar IBI? Ya les vale, a la iglesia y a los gobiernos, que en eso no se sabe qué tendencia ejecutiva es más cínica e inhumana. Ains!
Alertan del abandono institucional de los asentamientos de migrantes ante el covid-19
Viven
entre plásticos y palés, sin agua corriente, con la luz enganchada en
el mejor caso. A veces hasta ocho personas ocupan chabolas de 20 escasos
metros cuadrados
“Nosotros tenemos test rápidos de coronavirus y
personal sanitario para atenderlos, pero necesitamos un lugar donde
llevarlos”, pide Médicos del Mundo
Viven entre plásticos y palés,
sin agua corriente, con la luz enganchada en el mejor caso. A veces
hasta ocho personas ocupan chabolas de 20 escasos metros cuadrados. Son
las condiciones de miles de trabajadores migrantes del campo andaluz en asentamientos sobre
todo en las provincias de Almería y Huelva. Si el covid-19 llegase por
aquí se extendería como la pólvora. Sin embargo, todavía no se han
tomado medidas necesarias como, por ejemplo, su traslado a viviendas
dignas o la habilitación de espacios de aislamiento en caso de contagio,
según denuncian varias organizaciones. Médicos del Mundo (MdM)
alerta sobre la situación en el campo de Almería de los trabajadores
migrantes, quienes “siguen al pie del cañón recogiendo los alimentos”
que nos abastecen en esta situación de excepción. Lo hacen “sin medidas
de protección” y, al volver a sus chabolas en la periferia de Níjar, no
pueden guardar las medidas de prevención recomendadas. Ni siquiera
pueden lavarse las manos o guardar distancia. “Están muy preocupados”, alerta a cuartopoder la presidenta de la ONG en Andalucía, Carmen Domínguez Lora. “Tenemos jóvenes con patologías crónicas como renales, de piel o respiratorias por lo que aspiran al tratar la tierra”, subraya.
Aunque es difícil hacer una estimación exacta, MdM calcula que en Almería al menos hay unas 4.000 personas -otros
colectivos elevan la cifra hasta 7.000- en estos asentamientos que
rondan el centenar, la mayoría marroquíes y también subsaharianos. En Huelva, desde el Colectivo de Trabajadores Africanos
estiman que ahora mismo puede haber entre 3.000 y 4.000 personas, de
orígenes como Ghana, Mali, Marruecos, Rumania y Senegal, repartidos en
más de una cuarentena de asentamientos. La inmensa mayoría de estos
trabajadores son hombres y muchos se encuentran en situación irregular.
Varios migrantes en uno de los asentamientos de Lepe./ Antonio Abad Díaz OrtegaEs prácticamente imposible que los migrantes puedan respetar las recomendaciones sanitarias, explica Antonio Abad Díaz Ortega, miembro fundador del Colectivo de Trabajadores Africanos.
Según cuenta, hace más de una semana la Unidad Militar de Emergencias
(UME) se acercó a los asentamientos de Lepe para comunicar las medidas
restrictivas con el estado de alerta, una tarea sin demasiado sentido
para él. “Estas personas no tienen recursos, no pueden hacer una compra al mes,
no pueden conservar alimentos porque no tienen electricidad. Están
yendo al pueblo y no les están pidiendo nada. ¿Cómo van hacerlo si no
tienen nada?”, manifiesta.
Trabajo sin seguridad
Desde
Mdm destaca que las personas migrantes siguen yendo a trabajar para que
los alimentos lleguen a los supermercados y a nuestras casas. Pero lo
hacen sin medidas de seguridad. “Cuando por las mañanas voy al centro de salud, los veo marchar en bicicleta, absolutamente desprotegidos, sin mascarilla ni guantes”, cuenta Domínguez
sobre los trabajadores almerienses. “Si faltan mascarillas para los
sanitarios, pues imagínate para ellos...”, indica Díaz Ortega. Sufren una especial desprotección los trabajadores irregulares.
Según Abad, las empresas están emitiendo autorizaciones para que sus
trabajadores, los que tienen contrato, puedan ir a trabajar, pero esto
no les sucede a los irregulares. Además, si antes el que tenía coche se
llevaba a cuatro compañeros, ahora “deben ir a de dos en dos y quien no
tiene vehículo se queda en tierra”, añade.
Escasas medidas y protocolos inexistentes
Para
las organizaciones consultadas por este medio, las medidas puestas en
marchas por las instituciones son escasas y tampoco se ha iniciado
ningún plan específico. Organizaciones como Cáritas o Cruz Roja reparten productos de primera necesidad en los asentamientos -la diputación de Huelva ha aprobado 60.000 euros para movilizar recursos en estos lugares-,
pero no se habilitan espacios dignos para estas personas. “Nosotros
tenemos test rápidos de coronavirus y personal sanitario para
atenderlos, pero necesitamos un lugar donde llevarlos”, pide a las administraciones locales la presidenta de MdM de Andalucía.
Abad, desde Huelva, denuncia que estas medidas para llevar productos de primera necesidad a los aislamientos tan solo son “parches” y pide mejorar sustancialmente la situación de estas personas. Desde la Mesa Social del Agua enviaron un escrito hace más de una semana al Gobierno y a los ministerios competentes para
solicitar el acceso al agua para los asentamientos chabolistas, así
como la instalación de baños o la recogida de basura en dichos lugares.
Desde el Colectivo de Trabajadores Africanos tienen una solución: alojar
a estas personas en las miles de viviendas que normalmente ocupan las
temporeras de la fresa y que este año no acudirán al campo por el cierre
de fronteras. Piden regularizar temporalmente la situación de
todos estos trabajadores para realizar esta misma labor, una medida que
ayudaría tanto a los jornaleros migrantes como a los empresarios
agrícolas onubenses.
Por su parte, MdM denuncia no haber obtenido la respuesta esperada
por parte de las administraciones de la provincia de Almería. Incluso
declaran haber presentado un plan de actuación conjunta entre Cruz Roja,
Cepain y MdM que, al menos de momento, no ha obtenido el respaldo
institucional necesario. La ONG ha puesto a disposición de estas
personas, y de la población andaluza en general, atención telefónica para información y apoyo psicosocial en relación al Covid-19.
Los números son 952252377 (9-14h) y el 954908288 (16-21h), de lunes a
viernes. También Cruz Roja y Cáritas facilitan alimentos y productos de
higiene en los asentamientos almerienses, pero la última ha advertido
que incluso han reducido estos días los servicios que prestan habitualmente.
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