Greenpeace nos pone al día de lo que se cuece en la olla podrida de la contaminación planetaria y en la búsqueda de soluciones y de conciencia suficiente para ponerlas en marcha

Los océanos están en peligro. Para asegurar su protección, vamos a embarcarnos en la expedición más ambiciosa hasta la fecha: un viaje de polo norte a polo sur.
¿sabías que menos del 3% de nuestros océanos están protegidos? Y el 97% restante están cada día más amenazados por el cambio climático, la invasión de plásticos, la sobrepesca o la minería en fondos marinos que ponen en peligro su salud y a las especies que los habitan. Sin unos océanos sanos, nos enfrentamos a efectos catastróficos en la biodiversidad y el clima de la Tierra. Los océanos producen la mitad del oxígeno que respiramos y proporcionan alimento a miles de millones de personas. Y gracias a que absorben enormes cantidades de CO2, también son una de nuestras mejores defensas contra el cambio climático. Si nuestros océanos están en crisis, nosotros también. Ahora tenemos la oportunidad de cambiar las cosas y dejar las zonas más vulnerables e importantes de nuestros mares fuera del alcance de las industrias destructivas. Gobiernos de todo el mundo están trabajando en un Tratado Global de los Océanos. Si lo hacen bien, abrirán la puerta a una gran red de santuarios marinos que podrían proteger un tercio de los mares del planeta.
La semana pasada tuve la suerte de poder estar en la sede de la ONU en Nueva York, donde están teniendo lugar las negociaciones para abordar con urgencia la crisis en los océanos, pero hay gobiernos que siguen dificultando el acuerdo. Para asegurarnos de que el Tratado de los Océanos es una realidad, desde Greenpeace vamos a embarcarnos en la expedición más ambiciosa hasta la fecha: un viaje de polo norte a polo sur. A bordo de nuestros barcos Esperanza —el más grande y rápido de la flota de Greenpeace— y el mítico rompehielos Arctic Sunrise , a lo largo de este año vamos a trabajar con los mejores expertos para llevar a cabo una investigación científica crucial sobre la frágil situación de nuestros océanos y ser testigos de las amenazas a las que se enfrenta la vida marina. Desde las ballenas jorobadas del Ártico hasta los pingüinos de la Antártida, pasando por las tortugas del Atlántico asfixiadas por el plástico. La primera parada es el Ártico, donde vamos a investigar los impactos del cambio climático y la pérdida del hielo marino, hábitat de los osos polares.   ¿te unes a nuestro viaje? >> Hazte socio/a