"Que un montón de gente te ponga verde por un monólogo, también es libertad de expresión"
Bernardo Vergara publica Corrupcionario: Diccionario en viñetas de la corrupción española, un tebeo en el que repasa la política reciente de nuestro país a través de definiciones y viñetas absolutamente mordaces
"Los partidos están más preocupados en luchar por que no se investigue la corrupción en sus filas, que en luchar contra la corrupción propiamente dicha"
"Desde que se aprobó la Ley Mordaza se persigue a la gente de oficio por cualquier gilipollez"
"Los partidos están más preocupados en luchar por que no se investigue la corrupción en sus filas, que en luchar contra la corrupción propiamente dicha"
"Desde que se aprobó la Ley Mordaza se persigue a la gente de oficio por cualquier gilipollez"

"Diccionario: dícese de un perverso
artificio literario que paraliza el crecimiento de una lengua además de
quitarle soltura y elasticidad. El presente, sin embargo, es una obra
útil", escribía cínicamente en Diccionario del diablo Ambrose Bierce el año 1911.
Sin él saberlo, ni pretenderlo, cambió para siempre la percepción de la
sátira política con aquella publicación. Gracias a su genial colección
de reinterpretaciones de palabras utilizadas comúnmente empezó a
percibirse el lenguaje como un arma política no sólo eficaz sino también
humorística y capaz de divertir. Con Diccionario del diablo,
Bierce dejó en cueros y a la vista de todos las contradicciones morales
de la sociedad burguesa norteamericana de su tiempo, y más de un siglo
después, su obra sigue siendo plenamente actual y oportuna en tiempos de
redes sociales y posverdad.
Contradicciones, a la política española tampoco le
faltan. Y pocos dibujantes mejores para destripar los conceptos que
rodean sus desviaciones e interpretaciones como Bernardo Vergara. El
viñetista de Pamplona, autor de obras como Manual de instrucciones para libros de instrucciones o Urbano: mi colega invita y colaborador de eldiario.es, publica ahora Corrupcionario con Random Comics.
Una incisiva colección de definiciones de conceptos que hemos leído
hasta la extenuación, y que en sus manos se convierten en un genial
viaje por la otra cara de la actualidad política. Una que exige al
lector reflexión, mientras le dibuja una sonrisa irónica en el rostro.
Un libro dedicado a M. Rajoy "quien quiera que seas, por ser mi
principal fuente de inspiración en la última década".

¿Cómo nace Corrupcionario? ¿Cree que necesitábamos poner nombres a lo que vive la política española contemporánea?
Me atraía mucho buscarle la vuelta humorística a palabras y expresiones
que se han popularizado en los escándalos de corrupción de la última
década. Y no solo a las obvias como «Gürtel», «EREs de Andalucía»,
«pitufeo» o «prevaricación», también especialmente a otras más marcianas
como «difunto padre», «tangente» o «pan» que a primera vista no parecen
tener nada que ver con la corrupción. Y, en mi caso, más que una
necesidad de poner nombres, como dices, lo que hay es una necesidad
vital de hacer humor, de hacer sátira. Lo de poner nombres por medio del
Corrupcionario es la excusa.
El libro recuerda a obras clásicas como Diccionario del Diablo de Ambrose Bierce u otras. ¿Qué tipo de referentes manejó mientras trabajaba en él?
Me gusta mucho que hayas mencionado precisamente el Diccionario del Diablo
de Bierce porque hace unos treinta años que lo tengo entre mis obras
satíricas favoritas, así que no es raro que se note la influencia. Otro
referente, seguramente más evidente, es el Perichcionario de Jaume Perich que también alterna el texto en forma de entradas de diccionario con viñetas dibujadas.
Ninguno de estos dos libros ha estado encima de la mesa de dibujo mientras trabajaba en el Corrupcionario, pero sí he pensado bastante en ellos en los seis meses que estuve trabajando en el libro. Y luego está el Diccionario Ilustrado de la Democracia Española que publicamos hace tres años en Orgullo y Satisfacción.
Aunque es otra cosa porque no hay definiciones escritas sino que las
entradas del diccionario son las propias viñetas, algo de poso habrá
dejado también en mi Corrupcionario, seguro.
Corrupcionario
maneja siempre un sutil tono irónico pero lanza dardos sin cesar a la
clase política española. ¿Cree que se publican escasamente obras
satíricas en España?
Yo creo que la sátira
está muy presente en este momento en la escena cultural española. Y ya
no te digo desde que existe Twitter. Otra cosa es si te refieres a
libros de humor gráfico. Se publican pocos, sí. Y no entiendo muy bien
por qué.
Podría parecer que el personal ya tiene su
ración de sátira en forma de memes, pero lo cierto es que antes de la
existencia de las redes sociales tampoco se publicaban muchos más libros
que ahora y seguramente habría que remontarse a los años setenta para
hablar de una presencia potente de las obras de sátira política en las
librerías.
En cualquier caso también es verdad que
las viñetas de prensa nunca han estado tan accesibles al público como
ahora, que se pueden consultar los chistes de todos los periódicos a
golpe de clic.

Se dice que
España ha pasado de ser el milagro económico de Europa a convertirse en
el paraíso de la corrupción. Y ésta se ha expandido tanto que no sólo
afecta a políticos, también a empresarios, banqueros, deportistas y a
la Casa Real. ¿Cree que la corrupción es Marca España?
Sí. Yo sí lo creo. A nivel institucional, sí. Lo que ya no tengo tan
claro es que sea algo reciente o si viene de largo. Hace poco leía la
trilogía La Forja de un rebelde,
de Arturo Barea, y ves que la España de hace un siglo ya estaba de
corrupción hasta las orejas. Lo más grave es que no se ha hecho
absolutamente nada para que la corrupción deje de ser Marca España.
El Partido Popular, por ejemplo, ¿cuantos códigos éticos ha publicado
ya? Esa ha sido toda su lucha contra la corrupción. El problema es que
los partidos están más preocupados en luchar por que no se investigue la
corrupción en sus filas, que en luchar contra la corrupción propiamente
dicha.
En este sentido, hay
quien apunta a la lentitud de los procesos judiciales, o a la
politización de la justicia como una de las razones fundamentales del
arraigo de la corrupción en nuestro país. ¿Cree que la justicia española
puede tener algo que ver en esto?
Sí. Y
por si a alguien le quedaba duda sobre la politización de la justicia en
España, ahí está el espectáculo al que hemos asistido estos últimos
días a cuenta del WhatsApp de Cosidó.
Lo realmente triste es que al final parece que se ponga el foco en lo
que ha escrito Cosidó y no en el pasteleo entre la Justicia y el poder
político que ha destapado el WhatsApp.
Y encima
algunos pretenden poner de ejemplo de dignidad al juez que estaba
dispuesto a participar del chanchullo hasta que el mensajito del senador
lo hizo demasiado evidente.
Pero vamos, volviendo al
tema, ahí tienes a la Justicia negándose a investigar el máster de
Casado o los chanchullos del rey emérito después de hacerse públicas las
grabaciones de Corinna. A veces el principal escollo para que se haga
justicia es la propia Justicia.

Sin embargo, en el panorama actual
existe cierto miedo a 'molestar' con acusaciones a determinadas
instituciones. Al fin y al cabo, si rapeas que ' los borbones son unos ladrones',
corres el peligro de tener que exiliarte o terminar entre rejas. ¿Ha
sentido esa tensión con sus viñetas? ¿Cómo ve este panorama?
Mal, fatal. Creo que hemos ido para atrás varias décadas. El ejemplo
que se suele poner de Tip y Coll que escribieron en un libro en los años
ochenta que de todos los ascensos de Carrero Blanco el último era el
más alto está ya muy manido, pero es que es verdad. Dos humoristas mainstream
escribían eso y no pasaba nada. Bueno, supongo que más de un franquista
se mosquearía, pero no tenían a la fiscalía detrás esperando a saltar a
la yugular.
Eso no significa que antes de la Ley
Mordaza no persiguieran a los que hacían bromas con los borbones, claro.
En esto Conde Pumpido, el fiscal de Zapatero, fue muy activo. Acuérdate
del juicio por la portada de los príncipes, ahora reyes, que acabó con
pena de multa para Guillermo y Manel [El Jueves]. O la demanda contra
Rodríguez y Ripa por hacer chistes a cuenta del oso Mitrofán, aquel que
emborracharon en Rusia para que el rey Juan Carlos no tuviera problemas
en cazarlo.
Pero desde que se aprobó la Ley Mordaza
esto se ha multiplicado y se persigue a la gente de oficio por cualquier
gilipollez. Y lo peor no es que se la persiga, es que encima las
demandas acaben materializándose en penas de prisión.
En cuanto a si he sentido esa tensión dibujando mis viñetas, si te
refieres a si me ha influido a la hora de dibujar, no lo creo, la
verdad. Creo que si no hubiera habido una Ley Mordaza y no hubiera
existido esta persecución a la sátira, habría dibujado los mismos
chistes. Bueno, los mismos no. Los que critican La Ley Mordaza no los
habría dibujado, claro.
En relación a esto, no hace mucho, Edu Galán y Darío Adanti decían sobre la corrección política,
y sobre el tropo que dicta que 'el humor debe ir de abajo a arriba',
que "hay un sector de la izquierda que históricamente nunca fue amigo de
la libertad de expresión". ¿Cree que el humor y la sátira siempre deben
servir para buscarle las cosquillas al poder?
Yo soy partidario de que cada uno haga humor de lo que le dé la gana.
Personalmente, sí que me siento más cómodo haciendo humor de abajo a
arriba. No siempre fue así, pero he llegado a la conclusión de que mi
sitio está ahí. No sé si buscándole las cosquillas al poder o qué. Yo lo
veo más como una respuesta catártica a temas que me ponen de mala
hostia. El humor como terapia.

¿Y qué opina sobre el clima existente en torno a la llamada 'corrección política'?
Hace poco se volvió a desatar el debate sobre la corrección política a
cuenta del monólogo humorístico sobre los gitanos y la verdad no entendí
el discurso corporativista de muchos humoristas. Todo el rollo ese de
arremeter contra lo que llaman despectivamente 'los ofendiditos'.
Es que a veces parece que el humor es intocable. '¡Solo es humor! ¡Solo
es ficción!' A mí esa me parece una actitud un poco cobarde. Hombre, la
sátira no es solo ficción: es opinión también. Es mi opinión cuando
hago humor. Son ideas. Y no es algo inocente, no jodas. Si cuentas
chistes racistas -como fue el caso-, tendrás que apechugar con las
consecuencias. No me refiero a que te amenacen con darte una paliza, que
es algo injustificable. Me refiero a que la gente te señale como a un
racista. Más si vas de provocador, ¿no? Oye, no te quejes, haces humor
provocador y has provocado una respuesta. Prueba superada.
Y eso no tiene que ver con la libertad de expresión. Si la fiscalía
pide que seas imputado por hacer un chiste puede haber un problema de
libertad de expresión pero que un montón de gente te ponga verde por un
monólogo, es precisamente eso: libertad de expresión.
No sé si habrá visto El Reino, la película de Rodrigo Sorogoyen sobre la corrupción española.
En ella me llamó la atención determinada escena en la que a un obrero
le devuelven mal el cambio en el bar -le dan de más-, y se lo queda.
Apuntando así a que la corrupción se da en todos los niveles de nuestra
sociedad. ¿Cree que es así? ¿Existen distintos tipos de corrupción?
Hombre, sería una tontería pensar que no hay corruptos en todos los
niveles de la sociedad pero yo ese discurso tan cacareado de que 'en
este país el que no roba o defrauda es porque no tiene ocasión', me
niego a admitirlo como cierto.
Lo que sí creo es que
hemos sido, como sociedad, muy permisivos con la corrupción. Si no, no
se entiende que en Andalucía haya seguido el PSOE en el poder después de
los EREs o que el Partido Popular sea el partido con más representación
en el Congreso. Están ahí porque los españoles les han votado y eso sí
que es para hacérselo mirar...

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