jueves, 8 de noviembre de 2018

Me avergüenza y me indigna que el Teatro Olimpia de Valencia le siga el juego a España 2000. Es cierto que es muy carca y retrógrado, pero nunca pensé que podrìa caer tan bajo. De todas maneras, en la Universidad Politécnica, en los espacios públicos como La Rambleta o teatros como el Micalet o Escalante, o la sala Rialto, ahora, Luis Berlanga, o salas más normales, seguro que Dani y sus compas pueden representar su obra sin problemas. No creo que Ayuntamiento y Generalitat se queden al margen de este ataque a las libertades cívicas por parte de los neonazis. La mayoría de los valencianos es gente abierta y tan sana como para reirse con el número de la bandera, en las fallas se expresan barbaridas auténticas y burlas descarnadas muchísimo más agresivas y de mal gusto que la inofensiva gamberrada de Dani, sin que nadie se dé por ofendido. No es por ideas, que no tienen, sino por fastidiar y montar el numerito , ya que a ellos se les ha prohibido en el 9 de Octubre manifestarse con violencia y quieren la revancha


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