jueves, 8 de noviembre de 2018

El golpe maestro, ¿será ésta la nueva modalidad de finiquito sin diferir para las huestes incorruptas que nunca hacen masteres y exámenes invisibles en universidades esotéricas y luego quieren revisar la tesis de Pedro Sánchez por si acaso tuviese algún fallo o cita a ciegas con algún texto ya publicado por alguien? Claro, quien no investiga y solo copia no tiene problemas, lo terrible es investigar y citar la fuente sobre la que investigas y que todo el mundo se entere de que tú no fuiste el descubridor de la relatividad o de la pólvora. Es que hay cada Pedro Sánchez por ahí...





Ay, estos de Vox, qué ángeles de la guarda, xd! Qué hadas padrinas, qué hados madrinos...¿Qué haríamos sin ellos, verdad? ¿Y sin sus discursos para nada ofensivos, tan democráticos, tan moderados, tan volcados con los inmigrantes, tan sanos, cooperadores y abiertos a la conciliación de los opuestos...? 
¿Es posible que  la denunciante del penoso episodio lo haya hecho a pesar de ser de Vox y no por serlo? Y eso contando con que el numerito del terrorista facha no lo haya montado el propio Vox con algún Villarejo en paro forzoso, para dárselas de mucho menos cutre que sus rivales derechones. En el fanatismo, como en la guerra y en la política corrupta, todo puede suceder. 
Menudo contraste estratégico entre despellejar a Pedro Sánchez a diario llamándole golpista y poniéndole a parir, para que todos le odien y le quieran matar, como hacen pp y c's, y salvarle la vida, rescatándole de las garras de un facha psicópata, mientras se  marca la notoria diferencia de estilos entre  depredación y empatía... 
Y luego, el mensaje subliminal: busque, compare y elija entre una derecha lamentable, impresentable, pringada hasta el tuétano, silvestre  y llena de odio discursero y una ultraderecha encantadora y tan civilizada como decente..., que incluso no paraece una ultraderecha, sino una congregación híbrida entre de Hijas de la Caridad y Teresa de Calcuta.

Alia iacta est, ppepperos y naranjitos, despedíos de recuperar glamour, la neocompetencia os acaba de dejar K.O.

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