lunes, 5 de noviembre de 2018

El delicado gesto de Dani Mateo

Qué modo tan poco sutil de interpretar las apariencias, xd! Esta carcundia hispana tan tiquismiquis con las tontunas y tan distraída campechanamente y pata a la llana fashion con lo decisivo y vital, no sabe poner la simbología en su lugar. No se entera de por donde le da el aire a su bandera al viento en la Historia de la histeria. Vamos, que no la han estudiado a fondo ni en superficie. Por eso es tan fácil que se empiñonen por cualquier cosa que les suene raro, sobre todo si lo que se suena es la nariz de alguien en un programa tan subversivo, antisistema y tan peligroso para la estabilidad política como el Intermedio. Es un hecho que uno de los primeros síntomas de las dictaduras es la pérdida repentina y tajante del sentido del humor. Sobre todo de la vertiente crítica con el poder, que en las dictaduras, muchas veces solapadas, está exponencialmente  a la que salta con las bromas, los chistes y ocurrencias varias.
En el gesto de Dani Mateo hacia la bandera de España solo hay confianza y normalización en el trato familiar, una convivencia natural entre los hijos y la madre patria. A ver, enteraos de la cáscara amarga, picajosos y sacapegas, ¿qué madre tiernamente no ha limpiado mil veces los mocos a sus chiquillos? Nuestra bandera que es una madraza, está encantada con ese detalle de cariño por parte del Intermedio. Hay que ser insensibles y zarrapastrosos afectivos para no comprender el valor de ciertos gestos cariñosos que la bandera agradece muchísimo y desde luego mucho más que sus usuarios a sueldo. Y sobre todo teniendo en cuenta  el trato que le están dando los de la coba gestual: mucha reverencia, mucho besuqueo y jerigonza protocolaria, pero en paralelo, por lo bajini, un latrocinio en las arcas públicas de aquí te espero, unas cloacas apestosas  monumentales, un escaqueo de impuestos alucinante y majestuoso, y unos recortes vergonzantes en los derechos de su carne y su sangre que es el pueblo soberano y no lo soberanos advenedizos vía dictadura en conserva, que no tienen más patria que la que les da carta blanca para esquilmarla en plan depredator, como un familia de buitres bulímicos sobre la presa estatal. 
Ojalá ellos, los sacamantecas de ida y vuelta, se limpiaran los mocos en la bandera con la misma inocencia filial y pública de Dani Mateo. Ellos, en cambio, tras sus hipócritas homenajes a la fanfarria de sí mismos, en privado, y cada día, desde hace más de cuarenta años, la usan como papel higiénico y nadie les dice nada, todos lo consideran normal. Y hasta les hacen reportajes exclusivos en los que explican la normalidad de sus conductas, como si a sus víctimas les importase lo que pueda venir en esa dirección.

Nos encantaría que, como para la transparencia inocua de Dani Mateo, la bandera fuese también el kleenex de esos gerifaltes, conjurados para esquilmar, encarcelar y pisotear  a todo el que disienta de sus fijaciones mandonas, o machacar a recortes, -mientras besuquean el trapo bicolor-, a todo pobre y sin recursos, y no tener que ver el finiquito de la pobre bandera, como el rollo Scotex en los egregios cuartos de baño de una corrupción sin fronteras.

Qué basura de criterios: se juzga y se condena al insecto por posarse en la maceta, mientras se deja suelto y se agasaja al Tiranosaurus Rex que destroza el reino entero de Pudriborderland

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.