Un guardia civil y dos militares en activo se suman al manifiesto antifranquista a pesar de enfrentarse a sanciones
Un subteniente, un cabo y un agente de la Guardia Civil que siguen
trabajando se adhieren al comunicado crítico con los oficiales que
ensalzan a Franco
Estos apoyos se unen a las del cabo Marco Antonio Santos, al que Defensa ha abierto una investigación por realizar una "declaración política"
Los militares se enfrentan a un arresto, la suspensión de empleo o incluso la expulsión del Ejército. El guardia también hace frente a la pérdida definitiva del uniforme
Estos apoyos se unen a las del cabo Marco Antonio Santos, al que Defensa ha abierto una investigación por realizar una "declaración política"
Los militares se enfrentan a un arresto, la suspensión de empleo o incluso la expulsión del Ejército. El guardia también hace frente a la pérdida definitiva del uniforme
Francisco Franco, mayo de 1952 EFE / Barcelona
Dos militares y un guardia civil en activo se acaban de sumar al manifiesto antifranquista en respuesta a la Declaración de respeto y desagravio al general Francisco Franco Bahamonde que ensalza al dictador apoyado por varios centenares de oficiales. Estas adhesiones se unen a las del cabo Marco Antonio Santos,
al que Defensa ha abierto una investigación este jueves alegando que
"un militar en activo no puede hacer ninguna declaración política".
Estos nuevos profesionales castrenses que se han adherido son el
subteniente del Ejército del Aire, Antonio Navarro, y Carlos Vidal, cabo
del Cuerpo de la Infantería de Marina. El primero ha suscrito el
escrito asegurando que está "en activo", el segundo no ha añadido esta
situación en su firma pero ha asegurado a eldiario.es que sí trabaja en
las Fuerzas Armadas. El "guardia civil en activo" – así se presenta–
Maximino Bardio también ha rubricado el escrito.
Cinco nuevas firmas
Además de estas tres nuevas
incorporaciones, el manifiesto antifranquista solo ha conseguido dos
más, la del cabo retirado Maximino Argüelles Martínez y la del
exmarinero Alberto Romero García. Los firmantes de este documento
destacan su "rechazo total" al comunicado y añaden que los militares no
tienen "derecho a presionar como colectivo al Estado".
"No somos portadores de una moral superior, ni sostenemos ninguna
sagrada herencia histórica. Nos debemos simplemente a la soberanía
nacional que reside en el pueblo español", aseguran. Entre la veintena
de apoyos que se recibieron en el primer momento destacaron el del
exJEMAD, diputado de Podemos y general de Aire Julio Rodríguez, así como
capitanes y cabos retirados.
Estos militares
recuerdan a los oficiales firmantes del manifiesto en defensa del
dictador que son "funcionarios servidores del estado" y que no tienen
"derecho alguno a presionar como colectivo al Estado democrático". "No
somos portadores de una moral superior, ni sostenemos ninguna sagrada
herencia histórica. Nos debemos simplemente a la soberanía nacional que
reside en el pueblo español", finalizan.
El
subteniente en activo que se ha sumado a este escrito ha añadido una
pequeña contribución a su firma. En ella destaca que Franco "se
convirtió ni más ni menos que en un traidor a la Patria" por jurar la
República y levantarse posteriormente "en armas contra ella". Asimismo,
reseña que "su figura no merece el respeto de nadie que se considere
demócrata". "El silencio también humilla a las victimas y nos convierte
en cómplices de la barbarie y la traición", señala el cabo que también
lo ha suscrito.
Se enfrentan a un posible castigo
Tanto los militares como el Guardia Civil toman esta decisión a pesar
de que les puede acarrear una sanción. El Ministerio de Defensa ya ha abierto una investigación al primer militar en sumarse al texto,
el cabo Marco Antonio Santos. Fuentes oficiales confirmaron que Santos
se enfrenta a la apertura de un expediente porque le es aplicable el
régimen de las Fuerzas Armadas que recoge como falta muy grave
"infringir reiteradamente los deberes de neutralidad política o las
limitaciones en el ejercicio de las libertades de expresión o
información".
Según el régimen disciplinario militar,
Santos y los dos nuevos militares en activo firmantes del manifiesto se
enfrentan a un arresto (una privación de libertad por vía
administrativa denunciado por la ONU) de treinta y uno a sesenta días,
la suspensión de empleo o incluso la expulsión del Ejército.
El código disciplinario de la Guardia Civil
es más garantista que el de las Fuerzas Armadas, pero también prohíbe
que los agentes abandonen la neutralidad política. Realizar
manifestaciones con voluntad política o partidista está tipificado como
falta grave, mientras que hacerlo en acto de servicio está considerado
muy grave. En este caso, la decisión no depende del Ministerio de
Defensa, sino de la Dirección General de la Guardia Civil.
El castigo para los guardias no incluye en ningún caso el arresto, pero
por contra contempla sanciones económicas más graves, la pérdida de
puestos en el escalafón y la pérdida definitiva del uniforme. El guardia
civil justificó su firma del texto asegurando que "es preocupante" que
los oficiales que ratificaron el manifiesto franquista estén blanqueando
a "un traidor y criminal".
El departamento dirigido por Margarita Robles ya abrió una investigación a cinco militares en la reserva
por firmar el manifiesto franquista que exaltaba la figura del
dictador, al ser los únicos que mantenían vinculación con Defensa. El
impulsor del comunicado antifanquista, Arturo Maira Rodríguez, capitán
de navío de la Armada también retirado, lamenta que el Ministerio haya
actuado de la misma forma contra el cabo que firmó públicamente el
manifiesto. "No se debe amenazar con la justicia por manifestarse a
favor de la democracia y en contra del franquismo", lamenta.
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