El diálogo es la clave: diá=mediante, por medio del lógos=razón y palabra. Sin ese recurso estamos perdidos como especie capaz de humanizarse y de humanizar el mundo

LA FIRMA

Un diálogo previo

El diálogo Torra-Sánchez debe ser bienvenido. Pero este diálogo no tendría que ser el primero. El primero lo debía haber promovido Torra como representante de todos los catalanes en el interior de Cataluña

Iñaki Gabilondo

Madrid

 

04/07/2018 - 09:04 h. CEST

¿Qué se puede esperar del encuentro Sánchez-Torra del próximo lunes? Aunque con el acercamiento de los políticos presos se ha distendido la relación, se puede esperar muy poco. Solo lo que Miquel Roca señalaba ayer en ‘La Vanguardia’, conseguir una cita para un segundo encuentro, luego un tercero, confiando en que al andar aparezca un camino.
Si como hemos comprobado la Justicia por sí sola no resuelve el problema, si la falta de diálogo no hace sino empeorar las cosas, si además no hay acuerdo ni en el procedimiento, porque el unilateralismo es alta traición, el bilateralismo es incompatible con el actual modelo autonómico y el multilateralismo es insuficiente para resolver los conflictos, habrá que dialogar para encontrar un punto de luz. Por tanto, el diálogo Torra-Sánchez debe ser bienvenid
Pero este diálogo no tendría que ser el primero. El primero lo debía haber promovido Torra como representante de todos los catalanes en el interior de Cataluña entre independentistas y no independentistas. Al no hacerlo, traslada un mensaje de una sutileza endemoniada que nos hemos tragado todo con la mayor naturalidad. El president no se siente representante de los no independentistas, ellos no son catalanes, son españoles y por tanto no hay nada que hablar específicamente con ellos porque los representa el presidente español. En esta reunión que nunca se celebrará esta una de las claves del conflicto. Y sensu contrario: cuando esa Cataluña dividida coincide en pedir un referéndum pactado, más de un 70%, puede que haya que decir que no, pero habrá que reflexionar muy seriamente sobre lo que eso quiere decir.

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La falta de diálogo es sin duda la causa de los peores conflictos. Para dialogar, lo primero es necesario empatizar y respetar al otro como a una misma, tener la inteligencia emocional suficiente para ponerse en el lugar del otro, sin prejucios, dándole y dándose uno mismo la oportunidad de despertar y crecer juntos , de romper moldes inútiles y envenenados por patrones heredados y contagiados cultural e ideológicamente.

¿Podrá Torra cumplir ese requsito si piensa de los españoles las barbaridades que escribió sobre ellos y si según ese criterio, no debe considerar catalanes a los que no quieren separarse del resto de pueblos ibéricos y por eso sólo pretenda gobernar para los ideológicamente 'suyos'? Sólo es una pregunta no una sentencia. Siempre confío en la capacidad humana para cambiar y reinsertarse en el tejido que compartimos como sociedad libre, igualitaria y fraterna (durante años fui voluntaria en prisiones y en Proyecto Hombre; pocas cosas me asustan de la naturaleza humana y al mismo tiempo creo a  pies juntillas en su capacidad para el cambio, si quiere, claro!). Creo en la validez moral del arrepentimiento y la rectificación de las conductas conflictivas, del perdón mutuo para cerrar heridas y poder caminar construyendo el nuevo hábitat compartido que necesitamos a lo largo del tiempo.
La figura del obispo Myriel de Victor Hugo en Los Miserables es la clave del argumento, sin ese impulso sanador y generoso de inteligencia emocional empática no hubiese existido el héroe Jean Valjean y la novela no hubiese sido una obra maestra no solo literaria, sino también de valores humanos. La justicia sin oportunidades para la rehabilitación no es justicia, solo es mala leche vengativa concentrada que genera rencor, sufrimiento e incapcidad social parar mejorar a las personas, los estados y la sociedad. Lo mismo vale para las relaciones difíciles entre estamentos y conflictos geopolíticos.
De hecho compartir planeta, historia, hemisferio, continente, península, costas, río Ebro, Pirineos,  atmósfera y especies animales y vegetales, y hasta una misma corrupción en dos idiomas mucho más similares de lo que algunos quisieran, el mismo origen cultural, las mismas invasiones, las mismas religiones y las mismas manías banderiles y patrioteras  de supremacismo pueblerino y fanático de lo suyo... ya son unas cuantas señales para aprender a entenderse de una puñetera vez ,sin tantas ñoñeces y tiquismiquis, XD! Si se acoge con tanto cariño a los refugiados, tanto en Catalunya como en España, ¿por qué se maltrata a los conciudadanos, a los de la casa de al lado,  sólo por el idioma y las costumbres, que tampoco es que sean de otra galaxia y no se puedan conciliar las antenas de los unos con los whifis de los otros...