Juicio Proem Aid El tribunal griego declara inocentes a los bomberos españoles juzgados por tráfico de personas
La jueza ha dictado la libertad sin cargos para
Manuel Blanco, Julio Latorre y Enrique Rodríguez tras el juicio. Se les
acusaba de intentar introducir refugiados en el país de forma ilegal.
Los
tres bomberos españoles que han sido declarados inocentes tras
comparecer en un tribunal griego acusados de tentativa de tráfico de
personas en la isla de Lesbos. /MARÍA IGLESIAS
La tensión contenida en las
ocho horas del juicio estalló en abrazos, llanto y aplausos al oír el
tajante veredicto de la jueza del tribunal: “Inocentes, todos”. Final feliz tras más de dos años de aquel arresto
la noche del 14 de enero de 2016, cuando Manuel Blanco, Julio Latorre y
Enrique Rodríguez, bomberos españoles de la ONG ProemAid y dos
voluntarios de la ONG danesa, Team Humanity volvían sin haber podido
rescatar, al no encontrar la balsa que envió aviso de auxilio.
La euforia desbordada se justificaba
especialmente tras una larga jornada, en una sala de vistas que hasta
las 14.00 horas fue, a la vez, sala de espera de acusados de otros
juicios sentados, entre el público, esposados, con de nueve a trece
policías amenazando, de forma agresiva, a los presentes con echarlos en
cuanto consultaban el móvil o susurraban, varios recesos y una
traducción a los acusados susurrada, por Ignacio Hatzivasilellis,
licenciado en Filología hispánica pero no traductor jurado, sino
secretario del tribunal, en vez de la traductora que el abogado de los
españoles proponía, la miembro de la embajada española en Atenas, Heleni
Jaratsi.
La mañana arrancó con la prueba documental por los tres abogados,
Haris Petsikos representando a los españoles de ProemAid, Themistoklis
Kefalas, defendiendo a Mohammad Abassi y en representación de Salam Aldeen, el único de los cinco
que tras pagar una fianza el doble de alta que el resto (10.000 euros)
no pudo abandonar Grecia en dieciocho meses, hasta agosto de 2017, el
veterano y muy respetado ateniense, Fragkiskos Ragkousis. Un penalista referente, en especial por su defensa de activistas de izquierda afrontando en ocasiones cargos de terrorismo.
Por parte de la Fiscalía comparecieron dos miembros
de la Guardia Costera. Luego, los bomberos de ProemAid, a diferencia de
los voluntarios de Team Humanity contaron con testigos: en concreto, el capitán Babis,
quien tras aquel arresto en enero de 2016 fue patrón de la embarcación
de los españoles para evitar cualquier nuevo malentedido lingüístico con
Salvamento griego, Rebecca Michaelides, chipriota afincada hace años en
Lesbos creadora del camp Fire, la hoguera donde los voluntarios siempre
han aguadado (y aún lo hacen pues esta misma semana han seguido
llegando dinghys, cinco la madrugada del domingo), Giorgos Tallis, el
diputado en el Parlamento de Atenas de Syriza por Lebsos, que conoció
desde el principio la tarea de PremAid en Lesbos y la consejera de
Justicia e Interior de la Junta de Andalucía, Rosa Aguilar.
Esta hizo hincapié en un triple aspecto: por un lado, que los bomberos, como funcionarios en España conocen y son respetuosos con todo protocolo de actuación pública,
de otro que algunos incluso vinieron en Comisión de Servicio comunicada
a sus respectivas administraciones españolas, e informando al
Ministerio de Asuntos Exteriores y las autoridades griegas locales
(Guardacostas y bomberos de Lesbos, según añadió luego Manuel Blanco). Y
finalmente que esta actuación solidaria no es inusual entre los bomberos
de España y en concreto de Andalucía, algo que sostuvo refiriéndose a
misiones como las del terremoto de Haiti o más reciente de ayuda en la
extinción de incendios forestales portugueses.
Los primeros acusados en declarar fueron Salam Aldeen
y Mohamad Abassi, de la ONG danesa Team Humanity a quien pertenecía la
lancha de rescate, al primero de los cuales se le interrogó intensamente
sobre la ONG de la que es fundador y también sobre el hecho de si había
pedido permiso por teléfono a Guardacostas griegos antes del rescate.
Algo que su abogado Fragkiskos Ragkousis, pudo aprobar aportando la
lista de llamadas de la compañía telefónica.
Después llegó el turno de los tres bomberos españoles
que afrontaron un correoso interrogatorio por parte de la fiscal. Esta
preguntó con insistencia si la noche del 14 de enero de 2016 el barco de
rescate cambió de rumbo al percibir la vigilancia de guardacostas
griegos algo que los tres bomberos desmintieron tajantes. E incluso por
la razón por la que no encontraron la balsa que aspiraban a rescatar,
“la buscaron sólo 40 minutos”, o en el grupo de WhatsApp de ONGs de
rescate y otros activistas de la isla no estaba incluido Salvamento
griego. Algo que los defensores dijeron irrelevante siempre y cuando las
ONG pidieran permiso telefónico a Guardacostas antes de cada rescate.
"Inocentes, todos"
Hubo, entonces, un largo receso que se hizo tenso. Se
trataba del tiempo para que la fiscal preparara su petición de pena y
los abogados sus alegaciones. Al regreso en la sala la fiscal pidió
condena para los cinco acusados. Pero, las intervenciones de los
defensores, debieron ser claves. Durante las mismas el público en la
sala e incluso los periodistas españoles e internacionales sólo podían
elucubrar por el tono y el lenguaje no verbal pues nada fue traducido
más que a los acusados y de forma breve.
Gracias a la traductora de la embajada griega, Helenis Jaratsi, Público pudo saber que Fragkiskos Ragkousis, abogado de Salam Aldeen, partiendo del ordenamiento legal griego, hizo un alegato basado en la defensa de los derechos humanos
en que literalmente llegó a preguntarse como retóricamente: “¿Acaso son
cuestiones políticas las que llevan a la fiscalía a pedir condena a
organizaciones humanitarias sólo porque algunas instancias no quieren
que las ONGs cumplan con su tarea solidaria?”. Mientras que Themistoklis
Kefalas, defensor de Mohammad Abbassi se dedicó a desmontar
contradicciones de Salvamento griego comparando lo dicho en la
instrucción con lo defendido durante la mañana por los dos testigos de
fiscalía.
Finalmente, Haris Petsikos explicó a Público que
él había contextualizado “aquel invierno de 2015-2016 en que todos en
Lesbos nos vimos desbordados, incrédulos, por la llegada de tantos
refugiados, y ProemAid vino a ayudarnos”, y luego enumeró “una
serie de chapuzas procedimentales, así lo he dicho, desde la primera
acusación de que portaban armas cuando era un cortacabos, a esa historia
de que los arrestaron tras una persecución con el barco de Salvamento a
su lancha, imposible porque esta le duplica la velocidad. Sería, he
explicado, como decir que con un autobús se detuvo un Ferrari”.
La acción de los tres letrados convenció a la jueza que una vez acabados los alegatos, dictó veredicto absolutorio, inmediato, unánime y sin fisuras: “Inocentes, todos”.
Manuel Blanco, muy satisfecho nada más salir
dijo: “Mi primer pensamiento es para los que siguen muriendo. Porque el
foco mediático está hoy aquí, pero los protagonistas son quienes se
siguen ahogando en el Mediterráneo, cerca de España, camino a Italia o
en Lesbos”. Enrique Rodríguez confesaba: “Va a ser difícil hablar por
las lágrimas… Pero, ya por fin, podemos descansar”. Julio Latorre
añadía: “La verdad ha imperado frente a acusación absurda que teníamos.
Felices. Gran peso nos quitamos de encima”. Y Onio Reina, el cofundador
de la ONG que les acompañaba remachaba: “No cabía otra sentencia. Y
ahora la idea es seguir trabajando en nuestro proyecto de
MayDayterraneo, porque el problema real sigue en el agua donde cientos
de personas se están ahogando”.
Salam Aldeen también aseguró que seguirá con
su ONG Team Humanity y Mohammed Abbassi que continuará el trabajo que ya
hace con Cruz Roja Dinamarca.
En el exterior del juzgado, se unieron los miembros
de ProemAid y voluntarios de Team Humanity, en el deseo de que esta
sentencia siente un precedente para otros casos, coreando: Salvar vidas no es delito.
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