Sacar adelante cinco hijos y una explotación agraria es un trabajo: las mujeres rurales paran el 8M
La Confederación de Mujeres del Medio Rural apoya una huelga de
cuidados, consumo y laboral de 24 horas, mientras Fademur llama a paros
de dos horas
España es uno de los países europeos donde se registran las tasas de empleo más bajas en las zonas rurales, una circunstancia que les afecta más a ellas
El recorte de servicios básicos en los pueblos, como guarderías o centros médicos, provoca que la cifra de mujeres al cuidado de dependientes sea mayor
España es uno de los países europeos donde se registran las tasas de empleo más bajas en las zonas rurales, una circunstancia que les afecta más a ellas
El recorte de servicios básicos en los pueblos, como guarderías o centros médicos, provoca que la cifra de mujeres al cuidado de dependientes sea mayor

Las mujeres del mundo rural están
llamadas este 8 de marzo a unirse a la huelga laboral, de consumo, de
cuidados y educativa con un objetivo: que se reconozca el trabajo
doméstico no remunerado que realizan, su papel en las explotaciones
familiares y la pervivencia de la brecha salarial.
Las mujeres en el campo tienen dificultades para acceder al empleo
remunerado, pero "el trabajo nos sobra", en palabras de la presidenta de
la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur), Teresa
López. "Otra cosa es que el trabajo tenga la consideración de empleo,
pero muchas veces trabajar en casa y en la explotación es todo uno.
Tenemos alguna compañera mayor que cuando le preguntas en qué ha
trabajado, te dice: 'no, yo nunca he trabajado'. Y sacó adelante cinco
hijos y una explotación con un montón de vacas. No ha hecho otra cosa
más que trabajar en toda su vida, pero no tiene la percepción de que eso
era un trabajo y debería haber generado derechos", relata a
eldiario.es.
La asociación que preside López –Fademur–, y la
Confederación de Mujeres del Medio Rural (CERES), respaldadas por la UPA
y COAG, han llamado a que se secunde la huelga del 8 de marzo en todas
sus vertientes. CERES apoya que sea de 24 horas, mientras Fademur ha
hecho un llamamiento a sus integrantes para realizar paros de dos horas
en sus jornadas.
Las organizaciones reconocen la
especial dificultad de la huelga de cuidados debido al envejecimiento de
la población, que en la práctica ha supuesto una mayor carga de trabajo
de las personas que cuidan (de forma mayoritaria, mujeres). A esto se
suma el recorte de servicios básicos en los pueblos, desde guarderías a
médicos o centros de mayores, como otras de las causas de que la cifra
de mujeres al cuidado de personas dependientes sea mayor incluso que en
el ámbito urbano.
La presidenta de CERES y
responsable del Área de la Mujer de COAG, Inmaculada Idáñez, señala en
conversación con eldiario.es que durante la jornada de paro se intentará
que se haga visible el sobreesfuerzo que realizan las mujeres "sin que
nadie se quede sin cuidados" e invitan a no llevar a los niños al
colegio, no acudir al trabajo y no realizar tareas domésticas. Una de
las propuestas de los colectivos organizadores del 8M es, por ejemplo, que sean ellos quienes se hagan cargo del trabajo para que ellas puedan parar.
"Las mujeres rurales vivimos en primera persona la carga y la falta de
reconocimiento del trabajo doméstico no remunerado, que junto con la
ayuda y el cuidado se consideran responsabilidades nuestras. Queremos
que la conciliación y, sobre todo, la corresponsabilidad, lleguen al
medio rural", reivindican desde Fademur.
Del paro a la violencia machista: razones para el 8M
Las mujeres suponen aproximadamente la mitad de la población en el medio rural – el Gobierno calculaba en 2015 que eran el 48%–, pese
a lo cual cuentan con escasa representación en las organizaciones
profesionales y sindicatos. En los consejos rectores de las cooperativas
agropecuarias la presencia femenina es del 3,5%, mientras que en su
base social ellas representan el 25%, según las cifras que aporta
Fademur.
De acuerdo con los datos oficiales, además, la tasa de paro se ceba con ellas. Así lo recoge Eurostat en su libro de estadísticas anual,
donde indica que España es, de hecho, uno de los países europeos donde
se registra el desempleo más alto en las zonas rurales. "Un análisis
detallado por género muestra tasas relativamente más bajas de empleo
femenino y, por consiguiente, una brecha de género", señala Eurostat,
que atribuye las diferencias a, en parte, el papel que ocupan dentro de
la familias. Fademur pone cifra al paro femenino: el 42,8%. Lo citan
como una de las razones que motivan la huelga del 8M, junto a la brecha
digital que afecta especialmente a las trabajadoras por cuenta ajena
de los pueblos, la infrarrepresentación en cargos de responsabilidad o
la violencia machista.

Las asociaciones estiman que existe un elevado
porcentaje de agricultoras y ganaderas que trabajan en explotaciones
familiares sin cotizar. Este es el colectivo que tendrá mayores
problemas con las pensiones al llegar a la edad de jubilación. "Lo que
ocurre con las pensiones de las mujeres del ámbito rural es que
prácticamente no tienen porque no han cotizado nunca a la seguridad
social", afirma Inmaculada Idáñez, de CERES. "En las pensiones no
tenemos brecha, tenemos abismo", coincide Teresa López. Ambas
organizaciones apuntan que muchas mujeres tienen como primer ingreso la
pensión de viudedad y "las más afortunadas", reciben las pensiones de
menor cuantía del sistema: "Con 15 años cotizados y sin ningún cónyuge a
cargo, la pensión mínima es de 606,7 euros. En las de agricultura, con
15 años cotizados son 250,17 euros. Solo llegarían a los 600 euros si
tienen más de 30 años cotizados".
Se sigue sin compartir la propiedad
Ante la huelga feminista del 8M, estas mujeres recuerdan la situación
de las agricultoras y ganaderas que trabajan en las explotaciones
familiares sin tener ningún derecho sobre ellas. En 2011 se promulgó la Ley de Titularidad Compartida,
para facilitar que las mujeres compartiesen la propiedad en igualdad de
condiciones con los hombres, pero ocho años después la presidenta de
Fademur denuncia la "desidia" de las administraciones en su
implantación.
"Las mujeres tienen unos derechos en el
papel que son incapaces de ejercer. Si al final vas a la oficina
comarcal agraria y no te saben informar o te convencen para que recurras
a otro tipo de figura, no hay manera", explica. "No se ha apoyado
ninguno de los incentivos que contemplaba la propia ley, ni se ha puesto
en marcha el mecanismo para que las mujeres que han trabajado en las
explotaciones mano a mano con sus parejas y se divorcian eso tenga en
cuenta a la hora de enfrentarse a ese divorcio".
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