La mano invisible del Gobierno
España no es país para trabajadores. Es país para ricos. Aquí los
asalariados pagan religiosamente con sus impuestos los bienes y
servicios públicos mientras, cada vez más, los rentistas los disfrutan o
reciben sustanciosos descuentos fiscales por sus prestaciones privadas

Que los ricos vamos
ganando era una obviedad. Que vayamos ganando con semejante vapuleo es
la noticia. Oxfam acaba de contarnos que la recuperación ha favorecido cuatro veces más a los más ricos;
cada día nos parecemos más a los USA: el 1% de los españoles controla
la cuarta parte de la riqueza nacional. España se mantiene imbatible
entre los países más desiguales de la Unión Europea, ampliando y
consolidando su ya sustancial ventaja. La CE sitúa a España en el
liderazgo indiscutible de la desigualdad, junto a potencias como
Bulgaria, Grecia y Lituania; la media que reciben los mayores
perceptores de renta multiplica por seis y medio la media percibida por
los menores.
Preguntado Cristóbal Montoro, el
ministro de los dineros, al respecto de este pequeño detalle del aumento
de la desigualdad, nos recordó que estamos en una economía de mercado y
las empresas fijan los salarios, a ellas les corresponde dar pasos
firmes en favor de la igualdad. Parece innegable que si aumenta la
desigualdad en España se debe, en parte, al espectacular aumento de los
desniveles salariales en un país donde la crisis ha hecho crecer los
sueldos más altos a una media del 7%, mientras reducía y precarizaba sin
piedad las nóminas medias y bajas. Pero la desigualdad no se mide sólo
en términos de salarios, ni la renta depende exclusivamente de los
salarios.
El Gobierno puede, por ejemplo, utilizar la política
fiscal para promover políticas redistributivas. De hecho, el Gobierno de
Rajoy lo ha hecho: ha redistribuido riqueza con entusiasmo, pero hacia
los más ricos. La redistribución hacia arriba ha consistido en castigar a
las rentas de trabajo y al consumo a la hora de subir los impuestos y
beneficiar a las rentas de capital a la hora de bajarlos.
El Gobierno puede, por ejemplo, potenciar los programas y servicios
públicos para favorecer a los ciudadanos con menor renta, aliviando su
carga de costes y compensando sus bajos ingresos con mejores
prestaciones. Tanto lo puede hacer que, en nombre del fetichismo del
déficit y con la coartada de la crisis, hemos visto como se han
recortado sistemáticamente los programas y prestaciones que más
beneficiaban a las rentas más bajas o han encarecido el acceso a los
mismos, mientras se incrementaban y mejoraban los beneficios fiscales
para quienes podían permitirse pagar servicios privados.
España no es país para trabajadores. Es país para ricos. Aquí los
asalariados pagan religiosamente con sus impuestos los bienes y
servicios públicos mientras, cada vez más, los rentistas los disfrutan o
reciben sustanciosos descuentos fiscales por sus prestaciones privadas.
El Gobierno puede, por ejemplo, regular y controlar mejor que las
grandes corporaciones no exploten sistemáticamente a millones de
consumidores débiles y desorganizados. Pero no hay día que no recibamos
una información sobre cómo se maquina sistemáticamente para alterar el
precio de las cosas y servicios básicos como la energía o las
comunicaciones sin que este Gobierno haga nada.
La
conclusión resulta obvia. No es solo el mercado, amigo Montoro –que
diría Rodrigo Rato-. También son las políticas del Gobierno Rajoy las
que nos mantienen en este liderazgo indiscutible de la desigualdad
europea. No es únicamente la mano invisible de Adam Smith, también es –y
mucho- la mano invisible del Gobierno.
*************************************************
Bravo, Losada. Acertadísimo.
La demostración de esa falacia pepera y mendaz la tenemos al lado de casa: en Portugal, donde se ha conseguido, en pocos meses, desmantelar el nudo gordiano del cinismo financiero de los especuladores capitalistas y delincuentes sociales, un embrollo indecente y marrullero convertido en anti-política al servicio del forring office.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.