No, no está cerrado, por mucho que varios medios
hayan salido en tromba hace unas horas a anunciar un pacto que aún no es
real. No, tampoco es seguro que se vaya a cerrar, porque no sería la
primera vez que Izquierda Unida y Podemos se sientan a negociar y no
sale. Pero las conversaciones ya han arrancado y, esta vez, tiene más pinta de que no van a fracasar.
No solo hablan directamente Pablo Iglesias y Alberto Garzón. También
otros cargos de ambos partidos. Este miércoles por la mañana se
reunieron de forma discreta el secretario de organización de Podemos,
Pablo Echenique, con un enviado andaluz de la máxima confianza de
Alberto Garzón. Que por parte de IU hable alguien de Andalucía no es
casual. Es allí donde la confluencia tiene más escaños que aportar,
donde más votos de los 930.000 que cosechó IU se quedaron sin
representación en el Congreso por culpa de la injusta ley electoral.
Desde el PSOE, temen que el acuerdo prospere por motivos obvios: porque la suma de los votos de Podemos + IU en las pasadas elecciones supera al resultado del PSOE.
Es verdad que no sabemos a ciencia cierta cuál sería el resultado hasta
que se vote de verdad, porque no está claro que ambos partidos logren
juntos el mismo resultado que por separado. También está por ver que ese
sector de IU que abiertamente se opone al acuerdo –los de Cayo Lara y
los de Gaspar Llamazares– no vayan a intentar en algunas provincias,
como Valencia, unas listas electorales alternativas que resten votos a
esa confluencia. Pero es evidente que una alianza de Podemos con IU suma
más votos de los que resta, y podría generar un Parlamento nunca visto
donde el PSOE acabase de tercera fuerza electoral.
Julio Anguita barajó dimitir en la noche electoral de 1996 después del
mejor resultado histórico de IU porque de verdad creía que el sorpasso
era posible y se quedó muy lejos de conseguirlo; algunas encuestas
exageraron entonces esa posibilidad. Pero ahora, por primera vez, la
posibilidad del sorpasso es muy real y dibuja un Parlamento algo
diferente del actual. Especialmente si Podemos en Común (o Podemos –
Unidad Popular, o como se llame la lista única, que muy probablemente no
tendrá el nombre de IU en la papeleta) consigue no solo más votos sino
más escaños que el PSOE.
Si el PSOE es tercera
fuerza en escaños y no solo en votos, las negociaciones para formar
Gobierno dejarán a los de Pedro Sánchez en una posición de jaque mate
porque tendrían ante sí dos opciones para ellos suicidas: apoyar como
presidente a Pablo Iglesias o a Mariano Rajoy. Ésta y no otra es la
única esperanza de Mariano Rajoy para sobrevivir. Y este y no otro es el
mayor incentivo que tiene Pedro Sánchez hoy para intentar un acuerdo a
su izquierda que evite la repetición electoral. Porque, irónicamente,
las negociaciones entre Podemos e IU para unas nuevas elecciones también
pueden ayudar a que no se vuelva a votar.
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