El único detergente eficaz
EL PAÍS
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Pues
sí, querido Iñaki, la limpieza es ineludible cuando la basura lo ha
invadido todo. Pero antes de utilizar el detergente que la desincruste
es necesario despejar el espacio enmierdecido para poder limpiar de
verdad. Sacar todos los muebles y enseres mugrientos que se han pegado
al suelo con el pegamento de la pringue-ambiente con el fin de lavarlo
todo a conciencia, nunca mejor dicho eso de "conciencia", la gran
ausente hasta ahora.
El
primer paso es que la propia pringue se vea a sí misma como lo que es,
pringaza d.o.c., sin excepciones ni abolengos de por medio, y no esté
convencida de ser una delicada y exquisita colección de perfumes de
élite muy mal comprendida por un entorno hostil. Es la dificultad que
tiene la combinación basura-mugre cuando adquiere cierta naturaleza
humanoide. Cuando del caos del mogollón basuril comienzan a emerger
figuras antropomórficas, que empiezan a moverse, a hablar y a mirar a su
alrededor ávidamente con ansia de apropiarse de todo lo que ven en su
entorno y más allá. Que la basura pensante por inercia y mímesis, y
además dejada a su aire, es imparable y no tiene límites territoriales
que la puedan frenar. Sólo se frena a sí misma por saturación que le
hace imposible seguir avanzando porque ya no queda ni un centímetro de
espacio libre que le permita seguir la marcheta. Y en esas está ahora
mismo el pp. Así que lo de la oposición canta per se. Se ha
llegado a un punto tal de disparate basuresco, que solo caben dos
opciones a izquierda y a derecha: o se es basura o se es oposición a la
basura. Por supervivencia más que por ideología. Como ejemplo muy
reciente quede la ex-concejala del Psoe de un ayuntamiento madrileño,(no
recuerdo el nombre, ya son tantos los casos, que es imposible poder
citarlos sin consultar el elenco) íntima del Marjaliza y ahora capitoste
cabecero de C's-Madrid. Eso quiere decir que la etiqueta ideológica se
convierte en paraguas para corruptos con una facilidad impresionante y
que si no hay unos principios éticos solventes y rigurosos a nivel
personal, hasta en el mejor de los partidos seguirán surgiendo episodios
tan asquerosos como ese y como la ristra interminable del pp.
En
estas tesituras solo la unidad de la decencia opositora con su equipo
de limpieza ética puede hacer algo de verdad. Es la ética y su
transparencia la única sustancia que puede convocar el cambio. Por eso
un Parlamento y gobierno multicolor, comprometidos con un pacto ético
muy claro y contundente, entre todas la fuerzas políticas decentes y
dispuestas a esa metamorfosis, estará en condiciones de arreglar el merder
de un Estado de desecho, un redundante estado comatoso y casi en modo
fiambre a punto de moho. Y desde luego que a estas alturas está más que
demostrada la imposibilidad física y metafísica de ser decentes en lo
público y delincuentes en lo privado.
Ahora
mismo los propios medios de control sobre las comunicaciones hacen
prácticamente imposible, por fortuna, una privacidad blindada y duradera
a prueba de registro. Lo que parece un incordio a primera vista está
resultando un bastión defensivo contra la mangancia en general, la
hipocresía, las dobles morales y la corrupción como síntesis de tal
argamasa. De tal modo que de ahora en adelante, de cara un futuro muy
próximo, solo podrán vivir tranquilos quienes no tengan nada vergonzoso
que ocultar, porque lo que piensan, dicen y hacen en privado ya se
podría ver y oir en público sin tener que avergonzarse por nada
indigno, perjudicial o dañoso para lo individual como para lo colectivo.
Aunque no lo parezca, a veces lo incómodo y hasta lo desagradable,
puede aportar cosas buenas que modifican las costumbres vergonzosas y
repulsivas. Si se piensa, se habla y se actúa honestamente, igual en
privado que en público, nunca habrá nada que pueda perjudicar a nadie.
Va a resultar que algo pensado para muy malos fines como la tiranía del
espionaje y el control de los ciudadanos, en plan Orwell, se puede
convertir en la academia práctica de la ética que Kant definió tan
claramente y con tanto acierto. Si obrases de tal modo que tu conducta
se pueda convertir en benéfica ley universal ¿quién podría chantajearte
con trapos sucios que nunca se podrán demostrar porque no existen o
denunciarte por corrupción, por más que se te espiase?
El propio espionaje turbio perpetrado contra el honesto, se convierte, automáticamente, en transparencia de los peores manejos, y en certificado indiscutible de su decencia como en justa denuncia de ida y vuelta para los acosadores. Ese juego fue lo que se intentó hacer desde el pp llamando a declarar el 23F a Rosa Pérez, la diputada de IU que hizo posible la operación Taula y la caída de la cúpula corrupta del pp, tergiversando la verdad con marrullerías: fue llamada, en realidad, para que autentificase los documentos del dossier que ella misma había presentado con las denuncias de corrupción, y no porque estuviese acusada de ningún asunto turbio. Pero la noticia se dio insinuando una sospecha de imputación infundada, por supuesto falsa y absurda en sí, porque la Guardia Civil sin orden judicial no tiene atribuciones para imputar a nadie de nada y menos a personas que están absolutamente limpias de basura corrupta, con lo que se pueden colocar los mismos acusadores al borde de un delito de difamación sin más razón que una venganza mafiosa. Por ello, ese mismo control que se manipula contra los honestos, con la investigación de la veracidad transparente, hoy al alcance de todos los que estén interesados en conocer la verdad y en que se haga justicia, se vuelve, paradójicamente, contra los deshonestos que los pusieron en marcha y los deja en evidencia.
El propio espionaje turbio perpetrado contra el honesto, se convierte, automáticamente, en transparencia de los peores manejos, y en certificado indiscutible de su decencia como en justa denuncia de ida y vuelta para los acosadores. Ese juego fue lo que se intentó hacer desde el pp llamando a declarar el 23F a Rosa Pérez, la diputada de IU que hizo posible la operación Taula y la caída de la cúpula corrupta del pp, tergiversando la verdad con marrullerías: fue llamada, en realidad, para que autentificase los documentos del dossier que ella misma había presentado con las denuncias de corrupción, y no porque estuviese acusada de ningún asunto turbio. Pero la noticia se dio insinuando una sospecha de imputación infundada, por supuesto falsa y absurda en sí, porque la Guardia Civil sin orden judicial no tiene atribuciones para imputar a nadie de nada y menos a personas que están absolutamente limpias de basura corrupta, con lo que se pueden colocar los mismos acusadores al borde de un delito de difamación sin más razón que una venganza mafiosa. Por ello, ese mismo control que se manipula contra los honestos, con la investigación de la veracidad transparente, hoy al alcance de todos los que estén interesados en conocer la verdad y en que se haga justicia, se vuelve, paradójicamente, contra los deshonestos que los pusieron en marcha y los deja en evidencia.
Desde
ahora y tras el escarmiento a tutiplén en todos los planos, social,
político, económico, penal, financiero, empresarial, etc... la oposición
a la indecencia social empezará a ser más importante que la oposición
ideológica.
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