La diputada de En Marea y líder de IU en Galicia expone su visión de las breves negociaciones con el PSOE, en las que estuvo presente
"Tenemos la mano tendida para empezar de nuevo, pero con propuestas que se acomoden a los más de 11 millones de votos que quieren un cambio en este país"

Yolanda Díaz, en una imagen de archivo.
Dos días y tres reuniones, una de ellas
biltateral. Es el resumen de las escuetas negociaciones entre PSOE y
Podemos, las confluencias, Compromís e Izquierda Unida-Unidad Popular.
Entre los ocho representantes que envió el grupo de Podemos estaba
Yolanda Díaz (Fene, A Coruña, 1971), diputada de la candidatura En Marea y líder de IU en Galicia.
Abogada laboralista y con trayectoria en el Parlamento gallego, Díaz
critica que el PSOE no fuera sincero en sus planteamientos y reconoce su
propia "ingenuidad" cuando creyeron que "estaba leyendo el cambio
histórico y su peor resultado electoral".
Las conversaciones han durado 48 horas, ¿ha habido negociación real?
Por nuestra parte fue una negociación fallida. Fuimos con los papeles
estudiados, las políticas estudiadas. Incluso en el documento que
presentó Iglesias, intentamos no poner demasiados puntos disonantes. El
primer día lo ocupamos en discrepancias de metodología. En la bilateral
del martes sí entramos en materia. Pero nos dio la sensación de que la
intención del PSOE era que corriera el reloj. Se levantaban de la mesa y
desaparecían dejando a dos personas que no eran las que llevaban la
negociación. El peso lo llevaban Jordi Sevilla y Rodolfo Ares.
Si tenían la sensación de que no había voluntad negociadora o prolongarla lo máximo posible, ¿por qué no se levantaron antes?
Igual pecamos de ingenuidad. Sabíamos que tenían reuniones bilaterales
con Ciudadanos y es posible que con otras organizaciones pero nunca
pensamos que el PSOE fuera a presentar las propuestas que presentó. Fue
un baño de realidad cuando vimos el texto firmado con Ciudadanos.
A lo mejor en materia fiscal podíamos aceptar no gravar las rentas
superiores a los 60.000 euros. A lo mejor había que subir un punto. O
bajarlo. Pero lo que no esperábamos es que el texto fuera tan regresivo
en lo económico y en lo social como fue. Hay un antes y un después.
Nosotros hemos mirado hacia fuera del Congreso, a los trabajadores y
trabajadoras, y hemos concluido que si aceptábamos la premisa que nos
daban ya cerrada, la gente nunca más volvería a confiar en nosotras.
El PSOE y Ciudadanos presentaron el documento el miércoles a mediodía.
Antes y después ustedes mantuvieron su intención de reunirse con el
PSOE. Luego, decidieron romper. ¿Qué pasó para ese cambio de postura?
Muy sencillo y con sinceridad. La música que sonaba en la intervención
de Pedro Sánchez no era la que reflejaba el texto. Cuando lo recibimos
pusimos a los equipos técnicos a trabajar sobre él. Hicimos un estudio a
contrarreloj de un documento de 60 páginas con propuestas de redacción
muy laxa y que pueden dar lugar a confusión. Y nunca se hubiera
entendido que nosotras nos mantuviésemos en la mesa de negociación.
Esa laxitud, ¿no les da pie a pensar que había margen para la negociación?
Hubo un engaño mediático. Nosotros veíamos por televisión a Pedro
Sánchez decir que iban a derogar la reforma laboral, la ley mordaza, las
tasas judiciales, la LOMCE. Esa es la música que sonaba. Esas
cuestiones que él explicitó no constan en el documento firmado. No solo
no derogan las reformas laborales de PP y PSOE, sino que nos incorporan
una tercera reforma laboral: queremos derogar las anteriores porque han
sido profundamente lesivas. Y decirle a las trabajadoras y trabajadores
de este país que el SMI se va a subir el 1% es una broma de mal gusto.
¿De qué nos estáis hablando?
En esa negociación los que ganan son los jefes de la patronal y el Ibex35. Recuperan el debate sobre el fondo austriaco,
por ejemplo, que no dicen si va a depender de las aportaciones del
Estado, cosa que sería una barbaridad, ni se se aplicaría solo a los
despidos objetivos o también a los disciplinarios.
Precisamente esa es mi pregunta. ¿El hecho de que no se concrete no les invita a negociar?
Es que hay cosas que sí concretan. Se abarata el despido y por eso
hablamos de una tercera reforma laboral. El despido es libre hace mucho
tiempo y lo que quieren es que sea gratis. No solo no revierten los
recortes al despido anteriores sino que suman otro tijeretazo. Otra
medida concretísima. Han fusionado el modelo de contrato único de
Ciudadanos y la propuesta que hacía el PSOE con tres modelos ganando la
patronal con un contrato temporal del que retiran la necesaria
causalidad del contrato temporal. La patronal, el Ibex35 y Angela Merkel
están aplaudiendo entusiasmados.
El martes el PSOE ya debía tener muy avanzadas estas medidas con
Ciudadanos. ¿En esa reunión bilateral no les hablaron de este documento
ni de su contenido?
Nos hablaron de cuatro
propuestas: negociación colectiva, que no fragua en el documento que
presentaron luego; priorizar el convenio sectorial sobre el de las
empresas; el cambio de modelos laborales sin concretar; y la
ultractividad de los convenios. En ningún caso eran estas medidas que
luego han salido.
¿A ustedes les hablaban de unas medidas y con Ciudadanos negociaban otras?
Jordi Sevilla se levantaba de nuestra mesa para ir a negociar con
Ciudadanos. Eso es una evidencia. Está claro. Si han pactado un elemento
tan importante como la Mesa del Congreso puede que estén tejiendo este
acuerdo desde hace mucho tiempo. Por eso digo que a lo mejor fuimos
ingenuas creyendo que el PSOE estaba leyendo el cambio histórico y su
peor resultado electoral.
¿Qué sentido tenía entonces estar sentados con ustedes?
Se vieron forzados a una negociación que fraguó Alberto Garzón y que ellos no querían.
Pero necesitan sus votos.
Funcionan con las viejas políticas. Parece que Podemos, las
confluencias, Compromís e IU tenemos que firmarles un cheque en blanco
al PSOE. Y no, lo que hacemos es mirarles de tú a tú y entender lo que
nos ha dicho la sociedad española: que no haya trabajadores pobres, que
es una sinvergonzonería que el rescate bancario lo hayan pagado los
parados con sus recortes a razón de 10.000 millones al año.
Además de la materia laboral, en su única reunión bilateral hablaron de otras cuestiones. ¿La sensación es la misma?
El martes nos dimos cuenta de que era complejo y de que los intereses
de los menos presionaban demasiado al PSOE. Nosotros queremos mirar a la
troika y decirle que no vamos por la senda de la austeridad y que no
vamos a seguir sacrificando a nuestras gentes. Sí coincidíamos en que
había que cambiar el modelo productivo de nuestro país pero el cómo es
inviable si en la transición económica no coincidimos en nada, si no le
decimos a Europa que vamos a cumplir con nuestras obligaciones pero en
otras condiciones para no esmagar [aplastar]. Y
nosotros estábamos proponiendo cosas concretas, no un debate sobre el
futuro de la UE: déficit fiscal, ley de estabilidad presupuestaria,
plazos para revertir los recortes y para generar empleo de calidad. Es
bastante sensato.
Quiero
insistir una última vez. Hay una contradicción al menos aparente entre
estar sentado y ver cómo los negociadores se levantan para negociar con
otras personas cosas aparentemente distintas, ver que lo que planteas no
tiene visos de ser aceptado y reiterar que se va a seguir en la
negociación.
Pero es necesario porque
nosotras cuando debatimos en las confluencias lo hacíamos desde la
realidad de que había números para estos. No obtuvimos el resultado que
queríamos pero somos responsables y creemos que hay margen para un
Gobierno de cambio y plural. Había que agotar hasta el último cartucho
para defender los intereses de la mayoría social. Éramos conscientes de
que no había respeto en la mesa, pero lo que no era posible era
mantenernos en la negociación con este documento y sus consecuencias.
Decía antes que gracias a Alberto Garzón ha sido posible sentarse en
esta mesa. Usted que es compañera de militancia, ¿cómo se lo ha tomado?
Llamamos previamente a Compromís y a IU. El propio Alberto ha
manifestado con rotundidad que estas propuestas merecen un no rotundo.
Nos ha dicho que respetaba la decisión de Podemos y las confluencias y
que ellos irían por una cuestión formal a transmitir que se levantaban.
Han hecho un papel extraordinario. Si no fuera por su persistencia, no
habríamos llegado a esta mesa.
¿Han vuelto a hablar con el PSOE?
No.
Antonio Hernando dijo que por ellos se sentarían ese mismo día. ¿Hay opciones de que esto suceda antes de la investidura?
Lo primero que tiene que hacer es retirar estas propuestas. Tiene que desvestirse y escuchar a la gente.
¿Pero ve opciones de que eso pase?
En política, cuando uno quiere puede. El PSOE ha elegido el artículo
135, el Ibex35 y la tercera reforma laboral. Es muy dramático.
Todo invita a pensar que Pedro Sánchez no será presidente ni en primera ni en segunda votación. ¿Después del 5 de marzo, qué?
Quiero pensar que el PSOE hará un escenario de responsabilidad.
Nosotros tenemos la mano tendida para empezar de nuevo, pero con
propuestas que se acomoden a los más de 11 millones de votos que quieren
un cambio en este país. El programa es muy relevante y nos lo tomamos
muy en serio. Quieren negociar una cosa a la derecha y otra a la
izquierda. Y esa geometría variable no se la permite la composición del
Congreso. Es una tamaña irresponsabilidad.
¿Esta oportunidad histórica de la que hablan siempre no puede caducar?
No es nuestra oportunidad. Es la de millones de seres humanos que lo
están pasando fatal. El PSOE quería por la vía de los hechos practicar
una gran coalición de baja intensidad y que manden los que no se
presentan a las elecciones. Pero la partida de ajedrez hay que verla
completa.
Si hubiera nuevas elecciones, ¿se repetirá la candidatura de confluencia en Galicia?
Primero, nosotros no queremos que se repitan las elecciones. Segundo,
no entender que todos y todas, mezclados, con distintas visiones, con
mucha pluralidad y voces somos necesarios para combatir este sistema es
equivocarse. Yo trabajaré para que se repita y se ensanche.
¿Será igual?
No, seguro que cambiamos muchas cosas. Muchos errores que corregir. Pero creo que es posible evitar las elecciones.
Esa repetición de elecciones, con una repetición de En Marea, ¿chocaría
con las reticencias internas en IU a estas fórmulas? ¿Recibirían el
apoyo?
Quiero pensar que sí. Nos debemos a
la X Asamblea federal. En Galicia hemos recogido la tesis y la hemos
cumplido a pies juntillas. Además de por inteligencia política. Es una
fórmula profundamente existosa. Si queremos incidir en las vidas de las
gentes, debemos seguir con este mecanismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.