Barones del PSOE y el Ibex frustraron la investidura de izquierdas "casi hecha" entre Sánchez e Iglesias
MADRID.- La investidura de Pedro Sánchez como próximo presidente del Gobierno tras la única legislatura en La Moncloa de Mariano Rajoy estaba
"casi hecha", subrayan fuentes parlamentarias conocedoras de las
conversaciones entre PSOE y Podemos. Tanto, argumentan los mismos
interlocutores, que los socialistas se habían garantizado el apoyo del
PNV (6 escaños) y la formación morada, la abstención de los
nacionalistas catalanes ERC (9) y DiL (8), y así se lo trasladaron
mutuamente en la reunión del 5 de febrero los dos líderes.
Es decir, la oposición (el "no") de PP, con 123 escaños, y de Ciudadanos (atendiendo a la negativa mantenida de su líder, Albert Rivera, a votar con Podemos), con 40 escaños, no sumaría más escaños que el "sí" al bloque de izquierdas (PSOE, Podemos y sus confluencias, Compromís e IU-U) y PNV. Esto serían 167 escaños a favor de un Pedro Sánchez presidente y 163 en contra en segunda votación.
Es decir, la oposición (el "no") de PP, con 123 escaños, y de Ciudadanos (atendiendo a la negativa mantenida de su líder, Albert Rivera, a votar con Podemos), con 40 escaños, no sumaría más escaños que el "sí" al bloque de izquierdas (PSOE, Podemos y sus confluencias, Compromís e IU-U) y PNV. Esto serían 167 escaños a favor de un Pedro Sánchez presidente y 163 en contra en segunda votación.
"Lo importante de verdad es que no se nos dé la presencia de Podemos, porque eso desajustaría la economía", advierte Villar-Mir
Son conocidas y públicas las presiones recibidas para
no pactar con Podemos por parte de Sánchez, tanto dentro de su partido
como de los conocidos como poderes fácticos que se concentrarían
en el término Ibex (las 35 empresas con más peso en las cuatro bolsas
españolas), aunque en realidad se trate de un entramado económico y financiero más complejo que un determinado número de empresas.
Por ejemplo, esta misma semana, el presidente de OHL, Juan Miguel Villar-Mir, insistía en lo repetido por varios de sus colegas de la cúpula empresarial desde antes de las elecciones generales del pasado mes de diciembre: "Lo importante de verdad es que no se nos dé la presencia de Podemos, porque eso desajustaría la economía", sostenía el empresario abogando por la gran coalición y el acuerdo PP-PSOE-Ciudadanos.
Por ejemplo, esta misma semana, el presidente de OHL, Juan Miguel Villar-Mir, insistía en lo repetido por varios de sus colegas de la cúpula empresarial desde antes de las elecciones generales del pasado mes de diciembre: "Lo importante de verdad es que no se nos dé la presencia de Podemos, porque eso desajustaría la economía", sostenía el empresario abogando por la gran coalición y el acuerdo PP-PSOE-Ciudadanos.
Una suma que sí que da
El Partido Socialista, confirman desde sus filas, no es "impermeable"
a los llamamientos del Ibex 35 -con quien desea mantener una buena
relación, "como siempre", apelando a la "riqueza de país", y con cuyos
responsables nunca ha dejado de mantener contacto frecuente- y cuando el
rey pidió a Sánchez que se sometiera al debate de investidura, saltaron
todas las alarmas: la gran coalición parecía imposible, mientras que un
pacto de izquierdas no sólo era factible, sino que sumaba,
efectivamente, una mayoría simple con las coordenadas que tanto Sánchez
como Pablo Iglesias se expusieron mutuamente en la reunión del 5 de febrero.
Tras el fin de las negociaciones PSOE-Podemos-Compromís-IU
impuesto por el acuerdo PSOE-Ciudadanos que la formación de Iglesias ve
totalmente incompatible con su proyecto de Gobierno de cambio, plural y
progresista, Podemos cree que los socialistas no son "honestos" con
ellos y que, en realidad, nunca quisieron un pacto de izquierdas. Varias
voces del PSOE reconocen las dificultades que ha habido siempre (el referéndum catalán,
por ejemplo, o la entrada en el Consejo de Ministros de Iglesias y su
equipo), pero se niegan a hablar de presiones externas. Los socialistas,
informa Manuel Sánchez,
apuestan por la "transversalidad" y siguen confiando en que Podemos se
una a un acuerdo "abierto" firmado sólo con Ciudadanos, de momento.
Investir a Rivera
En los últimos días, y ante una situación con un
bloqueo que, a tenor de las encuestas, no resolvería una nueva
convocatoria electoral, gana enteros la posibilidad de que ni Sánchez
—el cual, a día de hoy, fracasaría en su investidura— ni el candidato
del PP y presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy,
sean el jefe del Ejecutivo en la legislatura que entra. Sobre todo,
entre las filas conservadoras, conscientes como son de que mantener a
Rajoy en La Moncloa es "tarea imposible", pues no contaría tampoco con
el apoyo del Ibex, admiten fuentes del PP reconociendo el "cerco de
corrupción" que rodea a su líder.
Varios medios (Soledad Gallego-Díaz, en Contexto, entre otros) han publicado esta semana que tampoco la presidenta de Andalucía, la socialista Susana Díaz,
vería con malos ojos la posibilidad de que ni Sánchez ni Rajoy fueran
investidos. La operación, llena de complejidades y renuncias generosas
por parte no sólo de los dos líderes de PP y PSOE, pasaría por ceder la
Presidencia del Gobierno a una tercera persona que atase la gran
coalición limpiamente. Albert Rivera, líder de Ciudadanos, cuarta
fuerza parlamentaria, sería el elegido para someterse a un segundo
debate de investidura. Nunca 40 escaños habrían dado para tanto.
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