Los artífices de la operación se preparan para consumar su alianza con Pablo Iglesias en la próxima reunión de Génova
Cuando creía que lo había visto todo, varios
dirigentes del PP han irrumpido en mi descanso navideño para alertarme
de una de las mayores tramas políticas de los últimos tiempos: la
Operación Meñique.
El complicado resultado electoral
ha dado lugar a varias reuniones secretas entre Esperanza Aguirre y
Pablo Iglesias. La primera se produjo horas después del Comité Ejecutivo
al que asistió Aznar, concretamente el día 22 por la tarde en el
reservado de la taberna 'El cálamo y el pichel', situada en el corazón
del Madrid de los Austrias.
Sobre la mesa, un pacto para facilitar la gobernabilidad
del país. Las condiciones, echar a Mariano Rajoy, regenerar el PP y
aupar en la dirección a un núcleo duro de jóvenes liderado por Borja
Sémper y Andrea Levy. Podemos estaría dispuesto a renunciar al derecho a
decidir, pero a cambio conseguiría un compromiso por escrito para
someter la Corona a referéndum. Iglesias facilitaría un gobierno popular
y se presentaría como una alternativa estable, capaz de estar a la
altura cuando así lo exige la situación del país en el peor momento de
los socialistas.
Las conversaciones se han repetido
al menos dos veces más en casa de un conocido empresario madrileño.
Tanto Sémper como la vicesecretaria del PP son ajenos a esta operación
diseñada por Aguirre, que sí ha llegado a oídos de Rajoy.
Sin embargo, el Presidente del Gobierno no da credibilidad a la llamada
Operación Meñique. Su gurú Pedro Arriola mantiene que los miembros de
Podemos son "cuatro frikis que planean por Madrid" y que Aguirre no
sería capaz de llevar tan lejos su deslealtad. Los planes de la
Presidenta del PP de Madrid pasan por ir convenciendo uno a uno a los
barones, con la máxima discreción y con la ayuda de una tercera persona
que goza de autoridad interna. "Ojalá estuviera aquí Fraga para
controlar al PP", asegura el entorno de Aguirre.
Los
artífices de la Operación Meñique se preparan para consumar su alianza
con Iglesias en la próxima reunión de Génova; encuentro al que han
bautizado como "Comité rojo". La cúpula de Podemos está unida en torno a
este golpe, aunque han excluido a Monedero: evitan así que las
indiscreciones del fundador de Podemos den al traste con el plan.
Winter is coming. Y el día de los Santos Inocentes también.
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Genial, Cristina Pardo! Cuidado con la imaginación creativa que se materializa. El peor riesgo de las inocentadas es que a veces hasta son verdad...¿Acaso un gobierno del pp por mayoría absoluta en manos de Rajoy no ha sido la inocentada más larga, densa y pegajosa que nos ha hecho la democracia(¡?)
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