Otro caso más en la lista del tobogán podemita. El de Cantabria.

Da la impresión de que la disidencia es un mal para la "política oficial". Pero en realidad hay dos tipos de disidencia: la que disiente porque quiere más poder del que tiene sin reparar en los medios para conseguirlo y la que no quiere el poder como excusa para la deshonestidad del enjuague o la deshonestidad del enjuague como excusa para llegar al poder y valora en igualdad la calidad ética  y democrática de los fines que quiere conseguir como la de los medios que emplea para conseguirlos. 

Una de las características que separan a Podemos del 15-M - o sea, a la vieja conciencia social y política de la nueva forma y el nuevo fondo- es precisamente esa diferencia abismal: el 15-M considera la ética como base de la democracia y Podemos en cambio la pospone y sacrifica a la hipotética eficacia si las cosas no salen a su gusto. Ahí ya no hay diálogo ni escucha que valga, se aplica el dedazo de "Madriz" y se acabó. Eligiendo al esbirro sumiso antes que al ciudadano capaz de pensar por sí mismo y de tener un código ético más importante que sus intereses por el poder. En ese terreno es donde con más claridad se observa el punto débil de ese gigante mediático con pies de barro. España no tendrá arreglo político-institucional hasta que la Ética en mayúscula sea el código moral de las instituciones y de la ciudadanía y no una "virtud" particular de almas melindrosas, como la consideran los profesionales del dasastre público y el chollo privado. Mientras casos como los que todos los días se publican, igual que el de esta candidata de Santander o "Soms Cercles" de Valencia o la expulsión de los anticapitalistas de Granada o el caso de Cataluña o los rifirrafes espurios y constantes con Echenique y Rodríguez, Podemos estará demostrando que es uno más en el fregado partidista y que simplemente se distingue del resto por su falta de escrúpulos y sus tácticas arribistas mucho mejor diseñadas por profesionales expertos en similitruquis de la imagen y de la propaganda. 

Podemos no nació como producto del 15-M; jamás el 15-M se habría deteriorado así  para conseguir un grupo de presión institucional. Podemos ha usado el ideario y el argumentario del 15-M como señuelo para colar lo suyo. Ni más ni menos. Lo que menos le interesa es que una ciudadanía despierta le incordie y fastidie sus planes hegemónicos. Se ha basado en embarrar con opacidades retóricas el discurso ciudadano para atraer a los votantes sin interés por el cambio real sino porque les paguen más, les den trabajo y les resuelvan la papeleta, ni por asomo se han propuesto un cambio de conciencia porque ese incordio revisor y siempre alerta no sólo les importa un rábano, es que directamente es el peor de los obstáculos para sus planes, del partido como trepa del poder y de los votantes cómodos y acoplables a cualquier forma de actuar que les saque las castañas del fuego sólo con votar cada cuatro años y poner la mano el resto del tiempo para recoger el maná celestial que en realidad están comprando al precio de su inconsciencia irresponsable y de su bajeza moral y de encadenarse una vez más a ese sistema del que dicen que no les gusta y contra el que se enfurecen.

Hay quienes se disgustan con las disidencias, y sin embargo el hecho disidente debería ser de lo más reconfortante para la política limpia y para los ciudadanos honestos comprometidos en el cambio real y no de atrezzo, como está tratando de hacer Podemos.  La disidencia decente es salud y libertad y el camino del diálogo, del debate que aclara posturas y del acuerdo por consenso, escucha y aprendizaje mutuo.  Pero esa organización para la adquisición del poder a cualquier precio no está por la labor. Su subidón en las encuestas no es tan preocupante por la índole del partido y su aparato, como porque nos revela la aceptación ciega, acrítica y 'todovale' si favorece al  dogma impuesto, de ese tipo de catadura política por parte de muchos ciudadanos que sólo lo son de nombre, no de condición. Su condición real,  inmadura, intoxicada por la desinformación usada como artimaña "informativa" y al mismo tiempo falta de formación para descodificarla, por desgracia, es la condición de esclavos voluntarios. Lo más patético que una mayoría social y política puede llegar a ser. Y la losa inmensa que aplasta la conciencia individual y  colectiva de una sociedad dormida, que coloca el beneficio particular de un a"ilusión" inoculada a base de propaganda sin base ni fundamentos reales, por encima del bien común. Sin comprender que es este bien comunitario el que mejor garantiza el bien particular y que ese bien común es imposible que lo consiga un partido por muy bueno que sea, sólo puede ser obra de una ciudadanía libre, responsable, organizada, preparada en un proceso de constante trabajo en común.  Así nacieron los colectivos sectoriales del 15-M, las mareas, las ILPs, las plataformas y grupos sociales reivindicando y creando vías nuevas autosuficientes hasta el nacimiento de Podemos, que están siendo desmanteladas tanto por el afán acaparador del nuevo partido como por la desastrosa y aniquiladora legislación del pp. Para eso eran los círculos y asambleas que ofreció Podemos como herramientas, pero que al mismo tiempo ha vaciado de contenido y de sustancia para poder manejar a los ciudadanos con más comodidad; ha convertido las herramientas iniciales en piruletas repartidas en al puerta de un parvulario. Ahora toca a la ciudadanía responder en las urnas y en la calle. ¿Habrá resignación para que todo parezca que cambia y siga igual? ¿O habrá una renovación seria y firme de la conciencia social que liquide para siempre del inconsciente colectivo español  el arquetipo mesiánico y manipulador, caudillista de izquierda o derecha, que sólo es el imperio de la demagogia de siempre disfrazado de lo que indiquen los nuevos tiempos como  nuevo icono ilusorio?  


Y mientras tanto la coba al poderío real preparando el futuro republicano mediante Juego de Tronos, qué espectáculo... y eso que aún no han pasado por las urnas...o tal vez por ello...chi lo sa!



                                  

                             

Iglesias: "He regalado al rey Juego de Tronos para que pueda entender la crisis política en España"