Tal cual, querido hermano Torres López. Y muchas gracias por esa vocación socio-terapéutica, fruto de tu humanidad y de tu conciencia siempre presentes para compartir ayudando y ayudar compartiendo👍👍👏👏🙏🙏!!!!

 

TRIBUNA GEOPOLÍTICA

Hay esperanza para Europa, pero no está en las armas

La política insensata, belicista, antieuropea, seguidista frente a Estados Unidos, provocadora y pirómana que han seguido sus dirigentes también ha creado enemigos y se ha convertido en un riesgo para la propia Unión Europea.

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Los dirigentes europeos, con el eco de todos los grandes medios de comunicación y del poder financiero, se empeñan en decirnos que Europa debe multiplicar sus presupuestos para gastos militares como única forma de tener seguridad y autonomía y, además, que eso ha de hacerse reduciendo el Estado de Bienestar.

  1. Europa también ha generado inseguridad para sí misma
  2. Más gasto militar no asegura más defensa ni autonomía estratégica
  3. No es verdad que el mayor gasto militar requiera desmantelar el Estado de Bienestar
  4. La Unión Europea está haciendo el ridículo y paga los platos rotos
  5. Hay esperanza si se apuesta por la paz

A mi juicio, están completamente equivocados por tres razones principales.

Europa también ha generado inseguridad para sí misma

En primer lugar, porque confunden, o engañan, cuando hablan sobre el origen de la inseguridad y la naturaleza de las amenazas. Los dirigentes europeos no hacen un balance autocrítico de lo que ha ocurrido en los últimos años. Se empeñan en culpar a Rusia de la situación actual, cuando la propia Unión Europea y Estados Unidos han contribuido a provocarla, incumpliendo sus compromisos de no expansión de la OTAN y generando una verdadera e innecesaria amenaza existencial para Rusia. Producirían risa, si no fuesen por lo dramático de la situación en la que estamos, las declaraciones de Macron advirtiendo de que Putin se propone invadir a toda Europa (cuando no han parado de decir que Rusia que su derrota militar ante Ucrania no sólo era posible, sino segura; incluso diciendo que había tenido que sustituir los carros de combate por burros).

No voy a negar que Europa se enfrenta a amenazas exteriores, pero no son todas las que nos ponen en peligro. La política insensata, belicista, antieuropea, seguidista frente a Estados Unidos, provocadora y pirómana que han seguido sus dirigentes también ha creado enemigos y se ha convertido en un riesgo para la propia Unión Europea.

Más gasto militar no asegura más defensa ni autonomía estratégica

En segundo lugar, los dirigentes europeos se equivocan porque es materialmente imposible que Europa pueda lograr seguridad y autonomía por la vía de aumentar sus presupuestos militares.

En un artículo que acabo de publicar señalo las razones que justifican mi opinión.

– Para disponer de un ejército capaz de enfrentarse hoy día a cualquier amenaza bélica hace falta disponer de una base industrial potente y un sistema de investigación, innovación y desarrollo avanzado e independiente. Europa no los tiene, en el grado necesario, porque las políticas neoliberales que ha aplicado en los últimos años han desmantelado su industria y la han dejado en situación de gran dependencia.

– Para tener garantías militares de disuasión y defensa suficientes frente a sus supuestos enemigos militares, Europa necesitaría un presupuesto militar mucho más elevado, no ya del que ahora tiene, sino del extraordinario que sus dirigentes afirman que van a disponer en un futuro inmediato. Sobre todo, cuando lo previsto es que este último lo pongan en marcha los diferentes países y no la Unión Europea en su conjunto.

– En cualquier caso, para garantizar su seguridad y disponer de autonomía estratégica, lo que necesita Europa no es más dinero para presupuesto militar. Si fuera un solo país, sería la segunda potencia militar mundial, tras Estados Unidos y con 3,5 veces más gasto militar per capita que China. Sin embargo, ese ya elevado presupuesto militar conjunto (aumentado en un 30% en los últimos tres años) más el de Estados Unidos (entre ambos, casi el 55% del total mundial en 2023, según SIPRI) no ha sido capaz de rebajar la inseguridad y el peligro. Por el contrario, los ha aumentado, según reconocen los propios dirigentes europeos cuando afirman que ahora estamos más en peligro que nunca.

Si de fuerza militar se tratara, lo que necesitaría Europa, en todo caso, serían sinergias, más cooperación, vertebración e integración cuando hicieran falta, inversiones coordinadas y complementarias… En suma, un Ejército europeo y no una suma de milicias.

– Para que un ejército sea efectivo como instrumento de defensa frente a un enemigo exterior es necesario que tenga una única bandera, que responda a intereses colectivos que lo respaldan y apoyan, que exista un fuerte lazo nacional y de pertenencia entre la ciudadanía y las instituciones que la lleve a sentirse protegida por un ejército al que considera suyo, al que apoya y está dispuesta a financiar con su esfuerzo y sacrificio. Europa no tiene nada de eso porque las políticas neoliberales que ha aplicado han producido desafecto, alejamiento y rechazo de la ciudadanía a sus instituciones, como demuestra el avance de las fuerzas de extrema derecha, nutridas, precisamente, de la inseguridad y descontento que eso genera.

– Es un auténtico despropósito y un insulto a la razón y a la inteligencia de la ciudadanía europea que sus dirigentes afirmen que Europa gozará de seguridad y autonomía defensiva aumentando su gasto militar mientras permiten que en nuestro suelo haya 38 bases militares de Estados Unidos con más de cien ojivas nucleares (en realidad, es muy posible que muchas más) que pueden destruir varias veces a todas las naciones europeas si se aprieta un botón en Washington.

O la Unión Europea apuesta por seguir arrendando su defensa a Estados Unidos y entonces se somete a sus dictados (como reclama con razón Donald Trump), o quiere ser de verdad autónoma militarmente y entonces no se permite que el presidente de Estados Unidos siga teniendo la llave del destino no ya militar, sino existencial de toda Europa.

No es verdad que el mayor gasto militar requiera desmantelar el Estado de Bienestar

Diferentes políticos, economistas, periodistas y líderes de opinión vienen diciendo en los últimos días que, para financiar el necesario rearme europeo, es preciso reducir el gasto social: «recortar el Estado de bienestar para construir un Estado de guerra», según decía un artículo reciente de Financial Times.

Esa afirmación es, sencillamente hablando, un engaño que desmienten la teoría económica, los hechos y la historia.

Desgraciadamente, la historia humana está plagada de escaladas armamentistas y guerras, hoy día muy bien documentadas, y, por tanto, es fácil conocer cómo se financiaron y cuál fue el resultado de las diferentes vías utilizadas para ello. Como también se saben perfectamente las desventajas económicas de todo tipo que tiene el gasto militar frente al civil.

En la historia contemporánea, casi siempre han sido financiadas con una combinación de fuentes: impuestos, deuda, ayuda exterior, sobreexplotación de recursos naturales, aportaciones del gran capital privado, o mediante comercio ilegal o mafioso. De entre ellas, sobresalen los impuestos y la deuda y por eso se puede decir que ningún rearme ni guerra tienen buenos resultados económicos (salvo, claro está, para los ganadores si se aprovechan de su victoria para saquear a los vencidos y compensar sus costes).

Por el contrario, reducir el gasto para financiar la defensa o la guerra, en detrimento de los impuestos o la deuda, es un despropósito económico, político y social.

No conviene económicamente porque a menor gasto (por supuesto, incluido el social) hay menos demanda productiva y eso debilita a la economía, cuya fortaleza es fundamental para soportar el gasto militar y el esfuerzo bélico, si la guerra llega a producirse. Es una rémora política porque la menor producción de bienes y servicios civiles merma el apoyo ciudadano y deslegitima a los gobiernos que deben llevar a cabo la escala armamentista. Y reducir el gasto social es también un pesadísimo lastre social en momentos de amenaza o conflictos bélicos porque crea pobreza, exclusión, descontento y rechazo al sacrificio y al patriotismo, cuando se comprueba que estos se hacen recaer desigualmente sobre la población.

Cuando se oye hablar de financiar a los ejércitos conviene informarse para no dejarse engañar. Y quizá no hay mejor vía para ello que conocer lo que hizo el presidente Roosevelt cuando tuvo que declarar el estado de guerra ante la amenaza nazi y el ataque japonés a Pearl Harbor en 1941: introdujo un impuesto general sobre la renta con un tipo que en 1944 fue del 91%, pidió préstamos masivos y multiplicó el gasto público por diez. En solo cuatro años gastó más dinero (en dólares de aquel momento) que desde que se fundó su país, 152 años atrás.

Naturalmente, un estado de guerra que obligó a multiplicar por cuarenta y dos el gasto militar produjo grandes sufrimientos a la población. Pero, al revés de lo que se proponen hacer los dirigentes europeos, los repartió equitativamente y no sólo no detuvo sino que siguió llevando a cabo políticas de bienestar: aumentó el salario mínimo y prohibió el trabajo infantil, comenzaron a pagarse cheques de jubilación y aumentó la cobertura de las ayudas por desempleo y a la pobreza, se multiplicó la construcción de viviendas públicas asequibles, se tomaron medidas contra la discriminación racial en el trabajo, se racionaron alimentos y combustibles para asegurar el suministro a toda la población, se impulsaron las ayudas para educación o vivienda a veteranos de guerra… En lugar de disminuir la fuerza del New Deal que puso en marcha frente a la Gran Depresión de 1929, lo continuó y fortaleció. Todo eso hizo posible que la pobreza bajara entre 15 y 20 puntos porcentuales de 1940 a 1944, justo en esos años dramáticos de guerra e ingente gasto militar.

No trato de hacer, ni mucho menos, una defensa de estos últimos como motores de las economías (el PIB de Estados Unidos se duplicó en ese periodo y el programa de gasto masivo de Roosevelt fue la base de su inmenso poder imperial en la posguerra). Simplemente, quiero señalar que afrontar una escalada de gasto militar como la que pretenden los dirigentes europeos, sin reforzar la equidad y dinamitando la cohesión social y el bienestar es una vía suicida que traerá la consolidación de la extrema derecha y mucha más inseguridad y quizá nuevas guerras en Europa.

La Unión Europea está haciendo el ridículo y paga los platos rotos

El discurso de las dirigentes europeos es mentiroso, catastrofista y amenazante. Busca generar miedo en la población, exagerando las amenazas y mintiendo, como he dicho, sobre su verdadera naturaleza, para que se acepten sin rechistar sus propuestas. Ya lo hicieron en la crisis originada a partir de 20027-2008. Amenazaban con el colapso total de las economías si no se aplicaban cuantiosos recortes del gasto social y resultó, como muchos advertimos, que fueron sus políticas de austeridad las que, en realidad, provocaron su derrumbe. Decían que no había dinero para bienestar, cuando lo hubo y dieron sin límite billones de euros a los bancos privados y a las grandes empresas. Ahora tratan de hacer lo mismo.

Europa no se puede dejar envolver por el discurso de sus dirigentes. Hay razones de sobra para mostrar que se han equivocado provocando a Rusia y luego creyendo que sería posible vencerla militarmente y mediante sanciones económicas. Una estrategia que ha hundido en la miseria y en el dolor a Ucrania y que ha tenido dos vencedores, el país invasor y Estados Unidos, en detrimento de Europa que es quien está pagando de verdad los platos rotos. Es normal que Trump y Putin se esté mofando de todos ellos en su propia cara.

Hay esperanza si se apuesta por la paz

No es verdad, como dicen los dirigentes europeos, que nuestra alternativa sea involucrarnos cada día más en la política de amenazas, dejarnos llevar por el cántico de los belicistas, aumentar el gasto militar y prepararnos para la guerra.

La Unión Europea puede ser, por el contrario, un bastión de sensatez y de luz en los tiempos de oscuridad en los que vivimos si asumiera otros principios fundamentales, quizá como los siguientes:

– La tregua y el fin de la guerra es el objetivo primordial cuando ya se ha desatado. La Unión Europea debe apoyar el camino que lleve a conseguirlos, vengan de donde vengan y lo antes posible.

– La paz sólo puede basarse en la ausencia de amenazas. Europa tendría que asumir sus errores pasados, entender que los acuerdos deben respetarse y que no se puede acosar a ningún país. La mejor contribución que la Unión Europea puede hacer ahora a la paz es reconocer que contribuyó a quebrarla, tal y como hoy día es sabido a través de multitud de testimonios de líderes políticos o diplomáticos.

– Hay que poner sobre la mesa nuevos acuerdos de desmilitarización permanente. Europa debería liderar la apuesta por suscribir los que impulsen la desmilitarización y pongan freno al incremento salvaje del gasto militar. Empezando por la necesaria reconsideración del papel de la OTAN que ha actuado como detonante y aceleradora de conflictos más que como instrumento de la paz.

– La paz a la que aspiremos no puede ser la de los cementerios ni podemos creer que será completa. La paz siempre es imperfecta y seguramente limitada, el resultado de acuerdos frágiles, difíciles y casi siempre en la cuerda floja. Por ello, lo mejor que hay que hacer para alcanzarla y asegurarla es sostener los principios que la rijan sobre una base de respeto mutuo, bienestar y progreso de los pueblos.

– La mejor forma de fortalecer a la Unión Europea y de garantizar su seguridad es lo que hasta ahora no viene sucediendo: la prioridad de sus instituciones debe ser proporcionar mejores niveles de vida a su ciudadanía y reforzar la democracia, liberándose de la influencia de los grupos de interés y de los poderes en la sombra que antidemocráticamente dictan sus decisiones. Hay que impulsar una revisión de los tratados europeos que impulsan las políticas que mantienen a «Europa encadenada», como ha escrito Sami Naïr en su último libro.

– La Unión Europea debe ser realista, pragmática e inteligente. Debería darse cuenta de lo que realmente está ocurriendo en el mundo: el ocaso del imperio estadounidense que sustituyó al británico. Por eso, el haberse dejado caer ciegamente en brazos de los Estados Unidos de Biden (y antes de otros presidentes, aunque ahora en medio de una guerra) ha sido un gravísimo error histórico. Donald Trump no es un loco, ni un pollo sin cabeza, como ingenuamente se quiere hacer creer. Lidera, con mucha más decisión, aunque de forma más desvergonzada, inhumana e ilegal, eso sí, la misma estrategia que Biden: lograr retrasar lo más posible ese colapso creando condiciones que favorezcan la reindustrialización de su economía, incentiven la vuelta de miles de empresas actualmente deslocalizadas y permitan que el dólar siga siendo la moneda de referencia mundial. Cuanto más desconcierto genere, mayor sea la incertidumbre y más debilite al resto de las economías, más fácilmente podría lograr su objetivo.

Por eso, la seguridad y autonomía que debe buscar la Unión Europea no es la militar, sino la económica y la política. Justo las que perderá si apuesta sólo por el rearme

Europa está a tiempo y tiene ante sí una oportunidad única. Salvo un milagro impensable a estas alturas, sus actuales dirigentes no van a saber aprovecharla, suponiendo que tuvieran voluntad de ello y no fueran meros empleados de la industria militar y financiera donde están los únicos beneficiarios de la estrategia de rearme que están defendiendo.

Europa necesita otros principios y también otra clase dirigente. No caerán del cielo, sino que vendrán de donde ha venido siempre el impulso que ha traído paz, democracia, libertad y progreso a las sociedades modernas, de la ciudadanía, de la gente corriente.

Sí, efectivamente; he dicho que vendrán porque tengo la completa seguridad de que, antes o después, la razón de la paz se impondrá sobre la brutalidad de la guerra. Y si logramos que eso sea un empeño generalizado y vibrante, también estoy seguro de que eso ocurriría más pronto que tarde.

sábado, 8 de marzo de 2025

El Viaje del Espíritu: El Destino de la Humanidad — Pierre Teilhard de C...

 


Siento que en el momento temporal que compartimos como especie, este video basado en la experiencia vital y consciente de Pierre Teilhard de Chardin, puede ayudarnos en el proceso evolutivo imprescindible para la creación constante de la que formamos parte todos los seres vivos. Y que integrar en nuestro proceso personal y colectivo estas evidencias que de un modo o de otro, todos y todas experimentamos antes o después, es, justamente, la energía reflexiva que necesitamos urgentemente. La UCI, en la que entrar para descubrir la fuente de vida y recursos, que todas y todos llevamos dentro desde siempre. Vida tras vida, experiencia tras experiencia, que nos van transformando y abriendo las puertas del infinito, mientras atravesamos tiempos y espacios uniendo las diferencias y superando así los conflictos, las rupturas, la agresividad y la ausencia de entendimiento y equilibrio, hasta descubrir la esencia transcendente del Nosotr@s que nos libera de la esclavitud insaciable, tiránica y patológica del ego. Ese primitivismo tóxico, inmaduro y adictivo, que provoca tantos conflictos, las enfermedades egopáticas contagiosas y las guerras exterminadoras, hasta valoradas como el derecho a matar a nuestros semejantes si nos molestan o no se dejan manejar por nuestros propios intereses .

Vale la alegría mucho más que la pena escuchar y asimilar unos mensajes tan necesarios como saludables.

¡Que los disfrutéis, querida familia!

Noticias, análisis y reflexiones fundamentales para entender y encajar el euromarrón que tenemos encima en estos momentos. Muchas gracias, Juan Antonio Sanz y Público, porque este artículo es el primer síntoma de cordura sin tapujos que he podido encontrar y leer en estas patéticas jornadas del aclárese quien pueda. Es fundamental no olvidar que las guerras nunca la gana las ciudadanía, ni las víctimas son los que gobiernan y guerrean desde sus palacios y despachos, nunca en el frente ni arriesgando sus vidas en las trincheras por causas que normalmente nada tienen que ver con la vida diaria de los pueblos, sino con los intereses en contínuo zasca, los negocios , los trapicheos y las egopatías de los poderosos. A la vista está ahora mismo. ¿Cuál es el fallo? Mantener la patología de los imperios del pasado, haciendo imposible que gobierne la DEMOCRACIA auténtica, hija de la consciencia personal y colectiva, y no sólo el paripé de una UE con los mismos principios básicos de la antigua Persia, la antigua Roma, el Sacro Imperio, y los derivados imperios español, portugués, francés, inglés, alemán, japonés, chino, ruso, o los paralelos imperios azteca, inca, hindú, y para rematar el estropicio del trumpantojo yanky-pseudoevangelista, más la aberración rusa mezclando comunismo con zarismo, catolicismo ortodoxo y bombas atómicas en la despensa, por si acaso, como los yankies, vamos. De modo que, en ese plan, la UE también quiere participar ahora de la misma cochambre y no resignarse al humillante esfuerzo de trabajar por la paz, con el historial que lleva a cuestas desde hace unos 2500 añitos, más o menos...Menudo currículum. ¿En qué escuelas y universidades habrán estudiado quienes ahora mangonean la política europea, si es que han estudiado algo, que no sea sólo la licenciatura del paripé y el cuento chino? Bueno, creo que ya es hora de que esa expresión cambie. China no se la merece, pero Europa sí, es una experta: desde ahora y sin complejos, podremos llamarlo el Eurocuento, sin el riesgo de equivocarnos, por desgracia, si la cosa sigue como va a pasos agigantados. Esperemos que no continuen en ese plan, y dejen de automedicarse con semejantes somníferos ¡Y se DESPIERTE de una bendita vez! Pero si los que eurogobiernan no lo hacen, hágamoslo los europueblos desobedeciendo la violencia y viendo en los seres humanos de cualquier etnia, nacionalidad, creencia o ideología, a nuestr@s herman@s de especie y al Planeta como la Casa de Tod@s. Si lo hacemos desde la bienaventuranza de las bases sociales no habrá nada que lo impida, por mucha guerra que se inventen y provoquen. La paz es vida, la guerra es exterminio. Nunca habrá guerra si nadie quiere ser soldado ni fabricar ni usar armas ni matar a nadie, si hay alma, conciencia e inteligencia suprema: Amor universal y sin fronteras creador de vida infinita. Tierra Nueva/Mundo Nuevo, concebidos y paridos por la Nueva Humanidad y no por ninguna esperpéntica y aberrante Inteligencia Artificial, que ya en sí misma es un oxímoron con patas. Algo así como dejar la compra de la semana en manos de una batidora supermoderna, o la solución de un conflicto familiar en manos del móvil, a ver qué se le ocurre...Ainssss!

 

Los halcones de la guerra se imponen en Europa y complican las opciones de negociación en Ucrania

Un soldado camina junto a una lanzadera de misiles Patriot en el aeropuerto de Rzeszow-Jasionka, en el sureste de Polonia.
Un soldado y una lanzadera de misiles Patriot en el aeropuerto de Rzeszow-Jasionka, en Polonia.AFP

Trump, nervioso por la falta de avances hacia la paz

Los pasos militaristas minimizan la oferta de tregua

Macron se postula como el paladín de la UE contra Rusia

Macron convierte a Rusia en la némesis de Europa

Trump presiona más a Ucrania

Encuentro en Arabia Saudí

Juan Antonio Sanz

Periodista y analista para Público en temas internacionales. Es especialista universitario en Servicios de Inteligencia e Historia Militar. Ha sido corresponsal de la Agencia EFE en Rusia, Japón, Corea del Sur y Uruguay, profesor universitario y cooperante en Bolivia, y analista periodístico en Cuba. Habla inglés y ruso con fluidez. Es autor de un libro de viajes y folclore.

viernes, 7 de marzo de 2025

VIVALDI | Gloria à 4 con Istromenti | RV 589 in D major | Original manus...

 

 

Gloria, gloria, gloria

a las puertas abiertas de la gracia 

en el camino del abrazo eterno,

de la vida limitada en La Tierra al gozo interminable

de la luz infinita convertida en sendero

y en sorpresa, 

gloria, gloria, gloria...!

No cabe la tristeza del apego

ni el temor a la sombra de lo desconocido

si la liberación ha sido siempre el eje de la danza

que no cesa jamás

y la conciencia plena del amor infinito 

y sin fronteras

el único descanso verdadero. 


       Dimensión espiritual 

 ¡Gracias, José Ignacio, hermano universal y, por ello, testigo de la luz!

jueves, 6 de marzo de 2025

Vaya tela marinera...A esto hemos llegado. ¡Qué horror!😱😱😱😱😱😱😱😱 ....


Los líderes europeos apuestan por rearmar la UE y muestran su total apoyo a Ucrania

Antonio Costa, presidente del Consejo Europeo, Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, y Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en Bruselas este miércoles.
Antonio Costa, presidente del Consejo Europeo, Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, y Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en Bruselas este miércoles.C. Petit Tesson | EFE

Bruselas-

Unanimidad

Gravísimo error europeo. ¿Cómo es posible llamar democrática a una  decisión cómo ésta? El momento que atravesamos como estados y como Unión Europea requiere, por encima de todo, que las autoridades consulten a la ciudadanía europea antes de apoyar y sostener la guerra de Ucrania, si comparte y le parece justa la decisión del Gobierno Comunitario, sin contar con la población, que es en realidad la que mantendría la guerra con sus impuestos y con sus servicios militares y civiles. 

Ucrania no pertenece a la UE, su gobierno decidió meterse en una guerra sin contar con Europa. Europa, erróneamente desde el inicio del conflicto,  la está ayudando a mantener ese conflicto violento y mortal, cuando lo que debería haber hecho desde el inicio, por el bien de todos, y de la propia Ucrania en primer lugar, es obligar a Zelenski a pactar la paz con Rusia y no a prolongar una guerra cuyo final nunca será bueno para nadie, a no ser que ese final sea la paz y la ayuda para todas las víctimas y para que deje de haber verdugos. 

Si Europa ha aprendido la lección terrible de las dos guerras mundiales de siglo XX, iniciadas y sufridas por ella misma no tiene sentido ni razón que ahora quiera volver a las andadas, haciendo su víctima y héroe a uno de los promotores del conflicto. ¿Alguien ha preguntado a los ucranianos si aprueban esa guerra que los está haciendo trizas, para que su señor feudal de turno se salga con la suya? 

Nunca hubiésemos imaginado que la Europa civilizada, humanizada, solidaria e inteligente, que ha sufrido un verdadero infierno con diez años de guerras mundiales, acabase haciendo esta barbaridad, sin asumir la responsabilidad de consultar a la base social de sus estados miembros antes de meterse de cabeza en una guerra suicida de consecuencias terribles y fatales para la propia UE, que de este modo perderá el respeto, la credibilidad y el mismo sentido de su existencia, pues esa Unión de Estados Europeos nació para unir, para armonizar, para humanizar, para sanar las heridas de la Historia y no para aumentarlas y multiplicarlas una vez más mediante la violencia de cualquier personaje narciso e inmaduro, incapaz de mirar y ver más allá de su propio ombligo, como es el caso de Zelenski, especialista en hacerse la víctima cuando en realidad es un verdugo irresponsable e insensato. Capaz de arruinar un Continente y de hacer morir a cientos y miles de seres humanos, porque él es incapaz de gobernar la frivolidad de su ego, a la misma altura que los de Putin, Trump, Netanyahu, MIleyi, Bolsonaro y "Obiscal". 

Es totalmente de locos o de idiotas, que la democracia europea, con partidos como el PSOE, los socialistas portugueses, franceses, italianos, IU, Sumar, los Verdes, Die Linke, estén de acuerdo con la decisión aberrante de apoyar esa guerra o cualquier otra, que obligue a la humanidad a retroceder cien años, para conseguir que Ucrania acabe destrozada y en manos de Donald Trump, de Putin y de WallStreet y de Elon Musk. 

La locura, la avaricia, la crueldad y la estupidez disfrazada de 'inteligencia' no tienen más límites que su autodestrucción. Si no le preguntas a la ciudadanía, querida UE, si ve justo o no montar una guerra a favor de Zenlenski, -no de los ucranianos, que serán víctimas seguras del desastre-, deja de llamarte Unión Europea, porque entonces serás Destrucción Antidemocrática exEuropea. Ni más ni menos. Parece mentira que los horrores del nazismo y del falso comunismo, no te hayan servido como aprendizaje y escarmiento a cargo de quienes en vez de dedicarse a desgobernar para hacer imposible el bien común, deberían ir al psiquiatra que les diagnostique e internarlos en un psiquiátrico para que les apliquen un tratamiento adecuado a su deficiencia, que les cure.

 

(*)Por si echábamos de menos alguna pieza en el cuadro, acabo de escuchar el  discurso de Macron para rematar el ambientazo eurobélico/pseudopacifista, con su oferta generosa y neonapoleónica del armamento nuclear. "Lo que faltaba p'al duro", como se decía en La Mancha cuando yo era chiquitilla. 

No quiero ser pesimista, pero cada vez veo más rasgos comunes entre las tendencias inmaduras de Macron y las de Zelenski. El ego de ambos parece el mismo. Uno con acento románico y el otro con acento eslavo. Esperemos que la UE no se deje embaucar por el ambientazo, y que se plantee seriamente la necesidad de consultar a la ciudadanía mediante los votos, acerca del marron glacé ucraino-ruso y el militarismo como anzuelo para que los estados piquen y se dejen en el armamento los presupuestos que deben emplearse cada día en arreglar injusticias, miserias, desigualdades y asuntos mucho más urgentes y necesarios que matar al prójimo a bombazos y a tiros porque no les gusta el idioma que hablan o la religión que practican. 

Cuando los poderes se pierden en el bosque con Caperucita y el lobo, porque se han olvidado de servir empecinados con poder y mandar, sólo el pueblo salva al pueblo. Y como en el cuento del rey desnudo sólo un chiquillo puede gritar en voz alta que el majestad va en cueros por la calle en su caballo y eso despierta del colocón a las víctimas del rey irresponsable e inútil, del relato. En la DANA de Valéncia, sólo el pueblo se ha salvado a sí mismo como ha podido, derrochando empatía, compasión, generosidad, inteligencia verdadera y una conciencia digna de un Premio Nobel, que ya quisieran tener los jerarcas del poderío, mientras se escaquean de sus verdaderas responsabilidades en plan Mazón o se apuntan a responsabilidades espeluznantes como jugar a la guerra de fondo haciéndose pasar por pacifistas parlanchines como Macron.

No sé por qué, de repente, Macron me ha sonado a Mazón y los dos a Zelenskon, con un tufo a Putinzón y otro a Trumpifón. Uffff...Dios no los cría pero ellos se rejuntan haciendo todo lo posible para que el dios que ellos imaginan, no pueda criar a nadie. Pero es inútil su empeño, el dios que ellos creen conocer sólo de oídas, no existe y el que ES, resulta imposible encontrarlo en semejante ambientazo. 

Los pobres, los que sufren, los que lloran, los pacíficos, los compasivos, los perseguidos por ser tan raros como buena gente bienaventurada,  no existen para ellos...Pues ellos se lo pierden. Y así está el mundo. En ese plan,  ya, y aunque parezca lo contrario,  cada vez les queda menos tiempo para liarla parda constantemente. La cuenta atrás, cada vez se acelera más gracias a sus talentazos demoledores and terminators.