El bloque (ultra)nacionalista e independentista del Parlamento se
identifica votando al unísono por intereses presuntamente contrapuestos.
Lo que se diría rareza o una extraña casualidad, en realidad es un
retrato de familia. Junts comparte con Vox y el PP mucho más de lo que
parece. Por de pronto una ideología ultra neoliberal, que prima el
enriquecimiento desmedido del capitalismo especulativo. También les une
una reivindicación exacerbada de cierta identidad cultural excluyente,
que deja fuera cuanto no se corresponda con las esencias de una u otra
patria. Esto genera desconfianza para con los recién venidos y a veces
alcanza tintes de xenofobia.
Es una lástima que Feijóo no consiguiera verse respaldado en su
investidura por quienes comparten tantas afinidades políticas. Eso nos
permitiría comparar por vía de los hechos el gobierno alternativo que
hay para la coalición gubernamental. El PSOE y Sumar han tensado todas
las cuerdas para hacer una polémica ley de Amnistía,
que apoyan todos los grupos parlamentarios, menos el que la propuso y
sería su beneficiario. Se visualiza una vez más el distanciamiento de
Junts con Esquerra Republicana. Por algo estos gobiernan en la
Generalitat con un grupo propio muy exiguo. Han comprendo que los
diálogos pueden ser beneficiosos para las dos partes en liza y que la
política no es otra cosa.
Sin embargo, el excéntrico personaje afincado en Waterloo únicamente
se interesa por su destino personal. Podría haberse buscado un empleo en
su presunto exilio, pero se hizo eurodiputado y siempre aplica las
leyes en beneficio propio, ignorando todo cuanto no le conviene. Su
grupo parlamentario recuerda un poco a los 7 samuráis de Kurosawa,
salvando todas las distancias. En este caso creen defender los intereses
de un pueblo imaginario y una República independiente presidida por un
huido de la justicia. Su imagen cuando entran y salen del congreso todas
a una resulta extemporánea. Conmueve su ingenuidad, teñida de
maquiavelismo barato. Juegan con ventaja. Poco tienen que perder. Un
gobierno de izquierdas no les interesa desde su cosmovisión del mundo.
¿Cuál sería el discurso político de Feijóo sin tener a Puigdemont
como chivo expiatorio para caricaturizar al presidente del gobierno?
¿Qué haría Puigdemont sin presentarse como una víctima de la represión
españolista? Se necesitan y jalean mutuamente, mientras los demás
intentan ser los adultos en la sala. No tiene nada de divertido este
juego pueril de bloque doblemente nacionalista e independentista.
¿Madrid es España o esta debe identificarse con la capital del reino y
su emperatriz? ¿Sería mucho pedir que se mantuviese una mínima
compostura entre las confrontaciones políticas? ¿Tienen que
abochornarnos tanto con tan inusitada frecuencia?
Un estudio revela por primera vez casos de trasmisión del alzhéimer en Reino Unido entre los años 60 y 80
Cinco pacientes fueron tratados con
una hormona de crecimiento contaminada cuando eran niños y, ahora,
padecen alzhéimer o muestran signos de demencia.
Un anciano lee un libro en un banco de un parque en Madrid. —Juan Carlos Hidalgo/Efe
reino unido
Actualizado:
Un grupo de investigadores de Reino Unido han constatado por primera vez la transmisión accidental de la proteína causante del alzhéimer
a través de un tratamiento médico. Hasta ahora, siempre se había
considerado una enfermedad asociada de forma exclusiva a la vejez o a la
genética.
El estudio, recogido este lunes en la revista Nature Medicine, ha revelado que cinco pacientes fueron tratados con una hormona del crecimiento contaminada y procedente de tejidos cerebrales de cadáveres e inutilizada desde 1985.
Las cinco personas
terminaron por desarrollar la enfermedad sin tener ni la edad ni la
herencia genética vinculadas a ella. La hormona que les contagió estaba
contaminada con la proteína beta amiloide, cuya acumulación genera alzhéimer.
El estudio se centró en ocho personas hasta determinar que cinco de ellas mostraban síntomas de demencia entre los 38 y los 55 años. Además, se ha descubierto que en la actualidad tienen alzhéimer diagnosticado o cumplen todos los síntomas de la enfermedad.
La edad inusualmente temprana a la que estos pacientes desarrollaron los síntomas sugiere que no padecían el alzhéimer
habitual asociado a la vejez, por lo que en los cinco casos se descartó
la existencia del gen que hace que esta enfermedad pueda ser
hereditaria.
"No hay ningún indicio de que la enfermedad de alzhéimer pueda transmitirse entre personas durante las actividades de la vida diaria
o de la atención médica rutinaria. Los pacientes que hemos descrito
recibieron un tratamiento médico específico que se interrumpió en 1985",
ha subrayado el neurocirujano John Collinge, uno de los científicos
encargados de la investigación.
Un tratamiento "contaminado"
La hormona del crecimiento c-hGH se
extrajo de las glándulas pituitarias de varias personas fallecidas para
tratar cuestiones asociadas a la estatura. De esta forma, se administró
a 1.848 niñas y niños de Reino Unido entre 1959 y 1985.
Sin embargo, su uso se suspendió al comprobar que algunas contenían proteínas infecciosas y causantes de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, un trastorno cerebral que suele derivar en demencia.
En 2017 y 2018,
más de 30 años después de que este tratamiento dejara de usarse, los
autores del presente estudio analizaron muestras guardadas de la hormona
del crecimiento c-hGH y comprobaron que estaban contaminadas, a pesar
de llevar décadas almacenadas.
Al administrarlas a ratones
vieron que éstos desarrollaron alzhéimer, lo que les llevó a
preguntarse cuál habría sido la evolución de los niños y niñas que
también fueron tratados.
Situación actual
Al conocer los
resultados del estudio, Tara Spires-Jones, presidenta de la Sociedad
Británica de Neurociencia, ha enfatizado que "no es algo que deba preocupar a la gente", pero no cuestiona los hallazgos del equipo científico inglés.
"No hay indicios
de que la patología del alzhéimer pueda transmitirse entre individuos en
actividades de la vida cotidiana, ni hay pruebas que hagan temer que
los procedimientos quirúrgicos actuales conlleven riesgos de transmisión de la enfermedad", ha agregado Spires-Jones.
Se buscan soluciones y proyectos
para cambiar el mundo desde fuera
pero todo fracasa con el tiempo
si no hay amor de madre que nos mire
Ese amor que comprende porque acuna
dentro del corazón
y sabe ir más allá de lo precario.
No le importa que siempre te equivoques
sabe que aprenderás poquito a poco
te quiere como eres, tal cual te concibió
cuando empezaste a ser
Sabe que crecerás y está segura
de que cada maña te despierta
un pedazo de mundo sorprendido
un espacio y un tiempo que estrenar
Es un amor paciente y animoso
que cuando te desinflas te recoge
y te vuelve a soplar con más aliento
y en vez de reprocharte el batacazo
te dice con sus ojos y su firme ternura
que no importa, que dentro de muy poco
volverás a volar sobre la niebla, que ¡Adelante!
Te ama de tal manera que cuando te corrige
te acaricia y si la cal escuece
un bálsamo es la arena fina de tanto mar
para pulirse al sol y en las mareas
Ese don maternal camina por la calle
se junta a debatir y se reparte
en cada hermano/hijo de humanidad tundida;
lava los arañazos y convierte los golpes
en un abrir de ojos y un enlazar las manos
Madres en la raíz, madres las ramas,
madres de tronco y flor, madres de fruto,
madres de brisa y lluvia, de céfiro y mistral,
madres de savia. Es el mundo que nace
y que se expande
en el soplo de luz que nos empuja
con reivindicación, con lucidez rebelde
y trazo solidario
Amor de madre hornera
que amasa y cuece el pan
de la esperanza
No es otro ese secreto que nos une
que despierta sospechas
y provoca temblores en la nada. Amor de madre
hasta en los parlamentos. Amor de madre
a toque de desahucio y juzgado
de miseria bancaria. Amor de madre
que debate en las plazas y lucha a su manera
entre argumento y nubes
y más que la soberbia de la idea
tan solo quiere adecentar la casa
donde los hijos crezcan y se quieran
respirando derechos y deberes
libertad y un mañana
donde no falte caldo ni puchero
ni libro en anaquel, ni una tarea
que procure jornal y alumbre dignidad
hecha conciencia. Donde no falten flores
ni un huerto en el balcón
ni un sueño que llevarse a la materia
y su divina gracia.
Amor de madre, más allá de los géneros,
llevando el singular de la igualdad
a los plurales
cosiendo en femenino el masculino
sumándole dulzura a la pelea hasta desbaratarla,
soñando que el vinagre se hace vino
que al paredón obsceno de la mugre
le crece la justicia como yedra
Amor de madre dice: Sí, se puede con amor realizable!
Este es el rompedor cartel promocional de la Semana Santa de Sevilla del que todo el mundo habla
El cartel,
titulado “Entre la multitud solo estás tú”, muestra la imagen de un
Cristo joven y atractivo, sin apenas heridas, coronado y en el momento
de la resurrección
El cartel ha
sido alabado por asociaciones LGTBI por su carácter "rompedor"
Cartel de la Semana Santa de Sevilla 2024. Semana Santa Sevilla
El nuevo cartel promocional de la Semana Santa de Sevilla no ha dejado a nadie indiferente.
En un giro total por parte de la organización, el protagonista absoluto
es un Cristo de gran belleza y cuya imagen ha despertado los halagos de varios colectivos LGTBI de la ciudad por su estética.
"Maravilloso y rompedor cartel de la Semana Santa de Sevilla.
Enhorabuena a su autor, Salustiano García y al Consejo de Hermandades y
Cofradías de Sevilla", ha escrito en X (antes Twitter) Manolo Rosado, presidente de la Red Estatal de Municipios Orgullosos.
Otros, sin embargo, han azuzado la polémica reprochando su carácter
demasiado rompedor y criticando que "no es un cartel para representar la
Semana Santa de Sevilla en todos los rincones del mundo" porque no se
observa en él nada característico de la misma.
"Cuando me pidieron crear el cartel de Semana Santa, estuve tentado de representar a Jesucristo yacente, pero esa idea la deseché pronto. Caí en la cuenta de que mi trabajo siempre se había posicionado del lado más sereno e iluminado de la vida y de las cosas", ha señalado el cartelista tras descubrir la obra, informa en una nota de prensa el Consejo de Hermandades y Cofradías.
Una pintura que tiene, además, un significado muy personal para
Salustiano. "Tenía doce años cuando mi hermano murió. Mi madre me pidió
que entrara en la habitación donde reposaba su cuerpo para despedirme de
él. Yo estaba aterrado, pero cuando vi su cara y el gesto sereno de sus
manos cruzadas sobre su pecho, me quedé estremecido. ¡Cómo un cuerpo
yacente podía contener tanta belleza!". Esta particular evocación de
Cristo Resucitado, de alguna manera, "me serviría para confirmar la resurrección de la memoria de mi hermano".
Siguiendo su línea artística, Salustiano nos muestra su particular reminiscencia al Renacimiento más sublime, en la que deslumbra el fondo plano monocolor, de un rojo rotundo, el conocido como "rojo Salustiano". Su hijo Horacio ha ejercido de modelo para ejecutar esta obra.
En palabras del autor, "Mi Cristo luce joven y bello. Joven, como
metáfora de pureza: así se ha mostrado a la Virgen María en la historia
del arte, casi como una adolescente. Y bello porque, me remito a Platón,
belleza y bondad son la misma cosa.
Dentro del cartel hay dos elementos muy representativos de la Semana Santa de Sevilla: el paño del Cristo de la Expiración de la Hermandad del Cachorro y las potencias del Cristo del Amor.
"Me habría encantado incluir en el cartel un homenaje a todas las
Hermandades de la ciudad, pero solo he podido evocar a dos de ellas",
matiza el pintor.
La sede de la Fundación de la Caja Rural del Sur,
entidad colaboradora en la realización del cartel de la Semana Santa,
ha sido un nuevo año el marco de excepción de este acto en el que han
intervenido el presidente del Consejo de Hermandades, Francisco Vélez de
Luna, el presidente de la Fundación Caja Rural del Sur, José Luis
García-Palacios, y el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz. Además, la
presentación del cartelista ha corrido este año a cargo del
vicepresidente del Consejo de Hermandades, José Roda Peña.
Biografía de Salustiano
Nacido en Villaverde del Río (Sevilla) en 1965, Salustiano se licenció en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla.
Tal como expone en su página web la galería Stoa, "Salustiano es
un pintor sevillano, maestro del ámbito figurativo, que cuenta con un
merecido reconocimiento internacional. Sus obras, retratos impactantes, sobresalen por la brillante técnica de ejecución y esa fina elegancia que solo consiguen los clásicos.
En la contemplación de su obra, resulta inequívoca la reminiscencia al
Renacimiento más sublime, con una composición de invocación
cuatrocentista, en la que deslumbran los fondos planos monocolores, de
un rojo rotundo, el 'rojo Salustiano', o un negro tornasolado, logrados a
partir de pigmentos naturales que saturan ese fondo y lo desbordan,
contagiando la ropa".
"Ello consigue aislar las figuras, mayoritariamente torsos,
obteniendo un efecto de tridimensionalidad superlativa, a modo de
rompimiento de gloria del siglo XXI. De este modo, sus figuras se
convierten en tipos iconográficos de nuestro tiempo, consiguiendo ser el paradigma de un nuevo neorrenacimiento de rotunda contemporaneidad", concluye Stoa.
Entre los numerosos reconocimientos que ha recibido, destacan el Premio de Pintura Focus-Abengoa y el Premio Nacional de Artes Plásticas de la Fundación Rafael Botí.
Salustiano actualmente trabaja con galerías de
New York, Miami, Múnich, París, Florencia, Dusseldorf, Palm Beach,
Holanda, México DF, Santiago de Chile, Maryland, Seúl, Sun Valley
(Idaho), Berlín, Hamburgo, Tel Aviv o Nuremberg.
Desde 1994, Salustiano ha mostrado sus obras en diversas ciudades
de España, Alemania, Austria, Bélgica, Canadá, Chile, China, Corea del
Sur, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Hong Kong, Italia, Israel,
Japón, Jordania, México, Países Bajos, Perú, Portugal, Reino Unido,
Rumanía, Rusia, Singapur, Suecia, Suiza, Taiwán y Turquía.
"Bella, perturbadora y profunda. Así es la
pintura de este español que circula en galerías y ferias del mundo,
dando un giro a la tradición del retrato con imágenes en rojo donde
fusiona rigurosidad renacentista y una perfección matemática". De esta
forma define la obra de Salustiano la periodista americana Sandra Lodos.
En las ultimas horas hemos escuchado como Lilith Verstrynge ha renunciado a su escaño y parece ser que abandona la actividad política.
Estas noticias suelen ser sorprendentes y más aun si vienen de
diputadas jóvenes a las que les quedaría por delante unas cuantas
décadas de trabajo solucionado y bien pagado.
Sale de un partido que cuando nació estaba formado por una lista de desconocidos
para la gran parte de la población y parecía que una de las reglas no
escritas era la rotación de los cargos y una impresión de que no venían a
perpetuarse en puestos encadenados de por vida.
Muchas y muchos de los miembros fundadores salieron del partido poco a
poco, y este goteo quizás se incremente ante las perspectivas de futuro
que gran parte de sus miembros electos puedan prever de un partido
político que se creó a partir de un movimiento ciudadano y que venía a
cambiar las maneras de trabajar de los partidos tradicionales.
Los partidos tradicionales no nos ofrecen una rotación de cargos y la inclusión de nuevas caras en sus listas de la manera que Podemos ha ofrecido, y quizás la caída de este partido haya venido acelerada por una falta de nuevos lideres que
lleguen sin la mochila de haber estado en una cúpula de un partido que
ya puede ser considerado “tradicional” tras haber copiado estructuras y
maneras que venían a cambiar.
Ciertamente la falta de nuevos liderazgos, con gente que llegue nueva
a la política es frenada sin ninguna duda por las primarias, elecciones
a dedo y otras formas de decidir sus listas que están obsoletas y que
solo varían en el caso de poder llegar al gobierno, en el gobierno ya
hay posibilidad de elegir a gente independiente o a
personas que nunca pasaron por la necesidad de trepar dentro de un
partido político, y sus experiencias y currículos avalan su elección en
puestos de mando. En ocasiones hemos podido ver a personas destacadas en
la sociedad civil ocupando cargos de mando sin tener que jurar
lealtades ni haber estado afiliados a ninguna formación política.
La sociedad en la actualidad está dejando de lado el activismo y cada
vez es más difícil lograr que la gente se implique en movimientos que
podrían ayudar a construir una sociedad mejor, se critica a los
políticos, a las instituciones, a la inercia y la falta de ideas, pero
se hace desde un sofá sin intentar aportar nada para mejorar lo que
tenemos.
No hay una única razón por la cual el activismo este en declive, pero
si hay algunos factores generales que podrían contribuir a esta pérdida
de interés en ciertos contextos. Algunas posibles razones incluyen:
La primera razón podría ser una fatiga del activismo.
Participar en actividades activistas puede ser emocional y físicamente agotador.
Las personas pueden experimentar fatiga o desgaste debido a la
constante lucha por cambios sociales, especialmente si los resultados no
son inmediatos o visibles.
La falta de resultados perceptibles también hace que muchos
movimientos desesperen y pierdan militancia tras desilusionarse. Si los
esfuerzos activistas no producen cambios tangibles o si los objetivos
parecen inalcanzables, las personas pueden perder la motivación para
continuar.
Represión gubernamental o falta de apoyo por la sociedad y los
medios. En algunos lugares, la represión gubernamental puede desalentar a
las personas a participar en actividades activistas por temor a represalias,
y ciertos movimientos que han sido objeto de presión por parte de
medios mayoritarios pueden perder un atractivo que antes poseían si su
objetivo se ve lejano y los apoyos escasean.
En muchos movimientos activistas se han llegado a experimentar
divisiones internas, disputas ideológicas o falta de cohesión, y ello ha
hecho que su impacto se debilite y se pierda la capacidad para generar
cambio.
Otro factor que puede afectar el nivel de implicación en el activismo o voluntariado es el cambio de prioridades de
las personas y la sociedad en general con el tiempo. Cuando la
necesidad del cambio que anteriormente se antojaba necesario se
desvanece y llegan otros problemas urgentes o cambios en la percepción
pública, el activismo pierde relevancia.
Asimismo, cuando se ha llegado a tocar el poder o a ser parte de la
toma de decisiones y no se consiguen los objetivos que se esperaban
lograr desde esa posición llega el desencanto con las instituciones, y
si las personas pierden la fe en las instituciones gubernamentales o en
las estructuras existentes, se vuelven escépticas sobre la efectividad del activismo como medio para generar cambios significativos.
En la era de la información, la saturación de noticias y eventos
puede hacer que algunas causas activistas pierdan visibilidad en medio
de la sobrecarga de información. En 2023 los problemas que afrontamos
parecen haberse multiplicado y a la amenaza de gobiernos radicales y
economías en problemas hemos de añadir la causa climática a la que
llegamos tarde y sus consecuencias empezamos a pagar.
Es importante destacar que el activismo puede experimentar
fluctuaciones, y el declive en un momento o lugar no necesariamente
significa que esté ocurriendo a nivel global, quizás España necesita un nuevo 15M que
detone una necesidad de retomar esas ganas de hace una década, con una
lección aprendida de los errores cometidos. Los movimientos activistas
pueden resurgir y evolucionar en respuesta a nuevas circunstancias o
desafíos.
La pérdida de interés en la política no puede ir de la mano de una
desidia generalizada y esperar que alguien solucione los problemas por
nosotras y nosotros.
Somos piezas del puzle y somos parte, tanto del problema como de la
solución, y la implicación en movimientos, asociaciones, partidos o
sindicatos puede llevarnos a encontrar nuevas soluciones,
en vez de dejar que una clase política que ha demostrado en muchos
casos ser inútil e inoperante, continue decidiendo por todas y todos
nosotros y siguiendo el mismo guion que nos ha traído hasta una
situación de crisis continua y falta de esperanza.
De la mano podemos cambiar el rumbo a través de la participación activa en las decisiones.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Comentario del blogg:
Totalmente de acuerdo, hermano David, España y el mundo necesitan con urgencia un permanente 15M . Un estado despierto constante que no es un episodio del pasado, sino que sigue y late dentro de cada conciencia humana, es vida nueva en marcha y ya sabemos que la vida atraviesa periodos alternos entre sueño y despertar, hasta que cambia de un modo irreversible, igual que un bebé cuando nace deja de ser un feto dependiente del organismo materno, para iniciar un nuevo estado vital.
Pero es cierto que en la pluralidad humana las cosas pueden cambiar si la conciencia personal una vez despierta une y crea la conciencia colectiva (siempre de uno en una, y escapando de los mogollones de "la ilusión", que disfunciona como globos en el aire, que lo mismo vuelan que se pinchan, se revientan, estallan o se deshinchan).
El 15M no fue un estallido causal de emociones cansadas y hartas de soportar la vida y sus "políticas" como un fardo y no como un conjunto de energías magníficas que ha ido haciendo posible una evolución extraordinaria en lo biológico pero que aún no se ha producido mayoritariamente en lo instintivo,en lo emocional ni en lo mental, y mucho menos en lo energético, psíquico y cósmico que llamamos "lo espiritual" como un referente religioso, ideológico y también mecánico, porque todo es mecánico y autómata en la humanidad cuando el despertar necesario no es una experiencia individual, del una por uno y del uno por una, sino un relato externo y fuera de la realidad comprobable.
Resulta que ese paso evolutivo que nos integra y universaliza, sólo se nos ha quedado adherido como las pegatinas, las etiquetas y los sellos de correos e incluso como los tatuajes, en relatos teocráticos y prácticas religiosas, fuera completamente de nuestra comprensión y de nuestro presente evolutivo constante. Pululando durante milenios entre la imaginación de "los iluminados", las lecciones de "los sabios" reducidas a palabras y discursos y el descoloque total de los penumbrosos, despistados y desubicados -pastores y rebaños fatalmente comprendidos y situados-, que primero han sido "iglesias" y después sectas y después gobiernos hipernecesarios para quienes aún viven autoencerrados en la cueva de Platón porque ni siquiera intuyen que pueda existir algo fuera de ella, y que, precisamente, esa cueva está en medio de otras dimensiones llenas de paisajes diversos, abiertos y nutritivos sin necesidad de tinieblas que en realidad privan a nuestra especie de evolucionar de verdad no sólo en el sobrevivir atascada en las rutinas y costumbres, sin ese sentido profundo del noúmeno kantiano, que se echa de menos en cuanto se aprende a pensar y a relacionar causas y efectos, a comparar y a descubrir el vacío de contenidos individuales para poder alcanzar la realización colectiva.
Ese constante rifirrafe produce fenómenos como Podemos, por ejemplo o el PP y Vox o los separativofiílicos que paradójicamente se llaman "Junts", en completo despiporre oximorónico. Todos ellos están aún en la cueva platónica, ignorantes de que hay realidades geniales en la energía sutil y creadora que contiene en su territorio existencial a la misma cueva que la ignora y la ningunea. Es decir, que basta con salir del pozo negro propio para descubrir la belleza, la luz, la paz, el bienestar, la armonía, la verdadera igualdad y la felicidad, sí, ese imposible estado que a los prisioneros voluntarios de la cueva platónica les resulta una colección de imposibles, precisamente, porque todo lo cifran en el exterior de sí mismos, en el nivel del mero fenómeno kantiano y ni siquiera intuyen que el noúmeno son ell@s mism@s y, por esa sinrazón andan buscando dioses y "soluciones" en medio del vacío y de la resignación...que tantas veces acaban en depresiones, enfermedades y en verdaderos suplicios, también para quienes tienen al lado o están bajo su poderío inexplicable en comunidades humanas despiertas mayoritariamente, como por ejemplo sorprendente lo es el barrio de Patraix en València, una comunidad natural en la que fluye el cariño de un@s por otr@s sin que nadie le pregunte a nadie de dónde viene ni en qué cree, ni a qué partido vota..
Será por eso que allí se encuentran centros de acogida a refugiados y emigrantes, como CEAR y ACCEM, centros de convivencia libre y sanísima como Sankofa, o escuelas públicas o privadas, cuyo juego callejero es que el alumnado dedique algunas tardes a la semana, y ya fuera del cole, a recoger colillas de l@s fumador@s, y a tirarlas al contenedor correspondiente...sin gruñir, sonriendo...o que la Asociaciò de Veïns se haya convertido y se convierta cada dos por tres en un banco natural de alimentos, en la Plaza del Barrio...y la farmacia en una ONG natural, en la que los farmacéuticos te llaman por teléfono y cuidan de ti -gratuitamente- si eres un yayo o una yaya sin ayuda de familiares, aunque los vecinos y vecinas también sean verdader@s ángel@s de la guarda...
Hay que añadir que el 15M en este barrio es el modo natural de convivir... O sea, que sí, que se puede sin que tengan que venir podemitas a enredar lo que ya funciona de maravilla o a poner y quitar círculos que en realidad ya funcionan de maravilla sin jefes ni líderes... Sólo falta que esa experiencia se contagie y regrese a las calles y a las plazas de España y del mundo, para recuperar lo que en realidad, todos y todas llevamos dentro, pero que aun no se ha convertido en institución política...Quizás sea ese paso empeñado en controlar institucional, económica y socialmente, todo lo que pilla, el que acaba por fastidiar con el miserable uso del "poder", las mejores posibilidades colectivas...Tal vez el acierto que necesitamos sea la liberación de clichés y la creación progresiva del Bien Común en la concejalía del Amor sorofraterno, ése que no sabe de fronteras ni de razas ni de credos ni de partidos. Tal vez Platón tenía más razón que un santo cundo afirmaba que sólo los filósofos/los despiertos -ojo, no confundir el término con los más listillos y especuladores, o sea, los sofistas del siglo XXI- estaban en condiciones de gestionar la democracia, o sea, el gobierno del pueblo, de la ciudadanía.
Los términos “sociópata” o “psicópata” siguen sin ser bien
comprendidos, incluso a nivel científico, especialmente por la
influencia de la cultura popular. Pero ser un psicópata o un sociópata
es mucho más común de lo que crees y tiene poco que ver con lo que ves en el cine o la televisión.
Si nos centramos en la sociopatía o trastorno de personalidad
antisocial (término menos aparatoso, más comprensible y preferido por
los especialistas), el nivel de prevalencia en Estados Unidos se sitúa entre el 0,2 y el 3,3%, siendo mucho más frecuente en hombres que en mujeres a razón de 6:1 con un fuerte componente hereditario como ya hemos visto.
Caracterizado esencialmente por su tendencia autodestructiva, falta de conciencia
y frecuente voluntad delictiva, el sociópata suele mostrar un carácter
poliédrico que agudiza el enigma que rodea su personalidad, vinculándose
a menudo a la psicopatía, aunque con diversos matices, incluso a nivel
neurobiológico, según los últimos estudios.
Entre las características que definen al sociópata también
encontramos la arrogancia y el sentimiento de superioridad, la
dificultad para soportar un mínimo nivel de estrés o para tolerar el
aburrimiento, así como la dificultad para tener relaciones sentimentales y/o amistosas, rasgo que suele servir también para establecer una diferencia entre psicopatía y sociopatía.
Por su parte, la etiología de este trastorno nos dice que, además de la predisposición genética,
el maltrato infantil, la inestabilidad o violencia en la vida familiar,
el abuso de drogas o la presencia de otros trastornos de salud mental
como esquizofrenia o bipolaridad pueden explicar el surgimiento y
afianzamiento de la sociopatía.
Un test para saber si eres sociópata
Un hombre – Fuente: Pexels
Si te has visto reflejado en los rasgos y/o en los factores de riesgo
mencionados, te invitamos a que pruebes con este test, el cual, por
supuesto, no sustituye en modo alguno la valoración de un profesional
médico, tan solo es una mera aproximación al diagnóstico con una serie de preguntas muy sencillas.
De cualquier forma, el test está elaborado siguiendo las
investigaciones de diferentes expertos en la materia. Para empezar, sus
responsables, IDR Labs, señalan que se basa en el trabajo del psicólogo
clínico John M. Grohol fundador de Psych Central.
Para la elaboración y la valoración de las respuestas, Grohol se ha
basado, a su vez, en varios estudios muy relevantes que abordan la historia y la actualidad de la sociopatía y la psicopatía y a los que ya nos hemos referido en nuestros anteriores artículos sobre estos trastornos.
En el primero de ellos se establecen escalas de psicopatía primaria y
secundaria para evaluar una filosofía interpersonal protopsicopática
así como una escala de acción antisocial con fines de validación. Esta escala conocida como “The Levenson Self-Report Psychopathy Scale” es reelaborada por este otro estudio posterior que también se toma como punto de partida para el test que Martin Sellbom aborda en su propio estudio.
Finalmente, los creadores del test señalan la influencia de otro
investigador clave en el ámbito de la psicopatía y la sociopatía, el
canadiense Robert Hare, doctor en psicología y experto de renombre
mundial en psicología criminal que elaboró una lista de 20 ítems de psicopatía clasificados en cuatro factores diferentes: interpersonal, afectivo, estilo de vida y antisocial.
Diez preguntas para saber si eres sociópata
Un relieve escultórico – Fuente: Pexels
A continuación, te ofrecemos las diez preguntas que forman parte de este test que siempre tienen las mismas posibilidades de respuesta: a) A mí no me pasa, b) Me describe un poco, c) Definitivamente soy yo.
Miento o engaño repetidamente a los demás para mi beneficio o placer personal.
Hago lo que quiero cuando me parece bien, sin importar lo que los demás quieran.
Utilizo el encanto y el ingenio para manipular a los demás para mi propio beneficio.
No tengo problemas en mentir para conseguir lo que quiero.
Me comprometo a tomar riesgos innecesarios o a comportarme de forma
peligrosa, sin tener en cuenta la seguridad de mí mismo y/o de los
demás.
Hago daño a los sentimientos de la gente sin sentir lástima por ellos.
Comparado con la mayoría de la gente que conozco, parece que me falta remordimiento, empatía y/o culpa.
Rara vez siento remordimiento, vergüenza o culpa por algo que he dicho o hecho.
No veo el sentido de asumir responsabilidades, solo te agobian.
No le encuentro sentido a sentir lástima por otras personas y no tengo deseos de ayudar a los demás.
Los resultados del test
Si quieres conocer los resultados del test, pincha aquí. Y recuerda que, a pesar de basarse en estudios científicos, no es más que una aproximación muy simplificada acerca de un trastorno de personalidad muy serio y complejo que siempre requerirá la valoración de profesionales médicos.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez,
ha anunciado este viernes durante su visita a la Feria internacional del
Turismo (FITUR) que el Gobierno pondrá en marcha una nueva ampliación
del aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas, con una inversión de más de
2.400 millones de euros para alcanzar una capacidad de 90 millones de
pasajeros en 2031.El Ejecutivo pretende convertir al aeropuerto
madrileño, gestionado por Aena, en el mayor de la UE por capacidad.
Madrid aspira a convertirse en la puerta de entrada de los visitantes
americanos a Europa en un momento de eclosión del turismo mundial.
-Redacción-
La vida tiene límites, sobre todo si las decisiones financieras y empresariales llevan la batuta de la política sin tener en cuenta la realidad ecológica del momento y el origen del deterioro exponencial del Planeta, de la atmósfera, del clima, de los aportes necesarios de lluvias, nieves y temperaturas, de los mares, de las especies animales, de la vegetación y de la salud de tod@s, acelerando la hecatombe sin reflexionar ni hacer cambios ya imprescindibles precisamente por esa ceguera ejecutiva que lleva a los políticos más dormidos a generar la destrucción de la casa de todos sólo para hacerla más cómoda y rentable para unos cuantos al convertirla en un moridero para todos los demás...
Fiarse sólo de lo que asegura una "ciencia" que está al servicio del finiquito de las especies vivas porque sólo ve la posibilidad de forrarse sin tener en cuenta que esa misma "ciencia" es suicida para sí misma cuando deja de ser eficaz para la vida que la hace posible, no es un método gestor muy inteligente ni muy acertado. La ciencia también se equivoca, por ejemplo, confundiendo dos palabritas fundamentales para la supervivencia: no distinguir las consecuencias de la fusión y la fisión de los átomos, sin ir más lejos. Un error por el que llevamos casi un siglo pagando el pato contaminante en todos los planos del "progreso"... Hiroshima, Nagasaky, Fukushima en Japón y Chernóbil en Ucrania (cuando Ucrania era parte de la Unión Soviética).
Esas barbaridades no han conseguido que los gerifaltes político/financieros hayan cambiado de opinión ni de conductas a la hora de decidir los métodos para gestionar lo que debería ser el bien común y no el negocio de unos cuantos a base de la opresión, de la explotación y la ruina de millones de seres humanos, con el añadido del deterioro in crescendo del medio ambiente, del clima y de la naturaleza que son las bases de la vida orgánica para tod@s l@s seres viv@s y el sostenimiento de la casa común.
Está claro que la única medicina que nos puede curar de verdad nunca nos mata ni nos tortura, ni nos intoxica ni nos fríe a fuego lento contaminante, pues entonces la propia vida sería un castigo en vez de un regalo del Infinito inteligente, siempre creador, sorprendente y sostenedor de esa misma Vida de la que todos y todas formamos parte, como gotas de agua en un océano de energía sin límites, pero al mismo tiempo, lleno de posibilidades y transformaciones constantes, detalladas y sorprendentes de las que las gotas vivas y humanas, conscientes in crescendo, son/somos responsables por medio de lo que eligen/elegimos y cómo lo gestionan/gestionamos.
No, no somos sólo "yo y mi circunstancia", como decía Ortega y Gasset en el siglo pasado, la misma vida nos demuestra que nosotr@s somos parte modeladora de las circunstancias, podemos cambiar y transformar los resultados desde las decisiones internas del alma y la conciencia consciente, nuestra vida es el resultado de esa mutua cooperación entre la esencia que somos y las circunstancias que encontramos por el camino de la vida, que como decía Antonio Machado, "se hace al andar", o sea, tomando decisiones internas y plasmándolas en los senderos espacio temporales. No se trata de nada oculto/místico, sino del descubrimiento evolutivo de algo transformador vital y materializado en la conducta, por medio de la ética y del autoconocimiento que también nos lleva al conocimiento de nuestra familia global y personal. La sorofraternidad, es el producto interior nada bruto que nos facilita y nos ayuda en la elaboración de mapas y de brújulas adaptadas a los territorios que vamos descubriendo y proyectando...Por eso, es tan fundamental que todo cuanto creamos y ponemos en marcha tenga en cuenta todas las circunstancias y todas las consecuencias posibles que se derivarán de cada decisión. Ahí estás atascado, hermano Pedro Sánchez, con el asunto de la ampliación del aeropuerto de Barajas.
Aún estás a tiempo de escuchar a Sumar, a los ecologistas y a l@s más sensat@s, a las bases sociales que gracias a decisiones como ésa que acabas de formular, dentro de nada no podrán ni respirar Oxígeno, Nitrógeno, Helio ni Argón... En este momento vital y natural, ni el Planeta ni sus especies habitantes nos podemos permitir proyectos pastaimperiales como lo es la ampliación de un aeropuerto que debería, como todos los del Planeta, reducir su trabajo y funciones al mínimo, hasta que la ciencia sabelotodo consiga 'saber' menos y conocer más para realizar mejor en vez de acabar con todo lo que le sale al paso. Por ejemplo, ese problema acabaría resuelto si se lograse que la energía utilizada para volar fuese la solar y no los combustibles habituales. Las estelas de los aviones condensadas en el aire, sí son tóxicas, porque las produce la combustión interna en el motor de una sustancia derivada del petróleo como lo es el queroseno, o de cualquier otro fluido tóxico que pueda ser usado como carburante. Ya sea en modo aceite o en modo gas. Sólo la electricidad producida por la energía solar, eólica o hidráulica es limpia y no contamina y tampoco deja estelas tóxicas que calientan la atmósfera y la enturbian al deshacerse y entrecruzarse como falsas nubes que en realidad impiden que se formen nubes de verdad, de las que luego nace la lluvia, porque su materia prima es el agua y no gases tóxicos nacidos de una combustión de carburantes de motores que escupen toxicidad en la atmósfera. Tal vez el haber vivido durante treinta años como pareja de un piloto de reactores del Ejército del Aire de estas Españas, me haya servido de escuela práctica en ciertos asuntos, como el del cambio climático y la contaminación del medio ambiente debida al mal uso y constante abuso de la madre Naturaleza por parte de una humanidad mucho menos humana y mucho más corta de luces de lo que debería ser y de la que, sin más remedio, también formo parte.
Es, por tanto, una locura con este estado de cosas en el Planeta potenciar que lo que más destruye sea el mejor y más boyante negocio en un Estado europeo del Siglo XXI, invirtiendo un capital económico disparatado que por otra parte daría mucha más riqueza si se invirtiese en mejoras del regadío por medio de la desalación, por medio de la construcción de depósitos y pozos de agua cerca de los ríos y manantiales que recojan las lluvias torrenciales y así se evitarían inundaciones y desbordamientos, al mismo tiempo que se aprovechan al máximo las aguas que sobran, para el regadío y el uso doméstico cuando haya sequía. No me lo estoy inventando esto ya lo hicieron los romanos con sus depósitos y acueductos y los árabes en sus inteligentes aljibes.
Parece mentira que a estas alturas de la Historia pretendamos ir a descubrir planetas y cometas por la Galaxia y no seamos capaces de lavar los platos de la vida en la cocina del Planeta que nos sostiene a cambio de que lo liquidemos y lo hagamos papilla, como si eso fuese la lógica más natural y no un suicidio de lo más tonto y en la parra.
No sé, querido Pedro, quienes te habrán sugerido ese plan destroyer disfrazado de bombazo mediático, pero, porfis, da un paso atrás y no les hagas caso, porque o bien son unos manipuladores sin escrúpulos y faltos de luces o no saben lo que dicen ni lo que hacen con sus 'mejores intenciones', desde luego, unidas al finiquito de la inteligencia más elemental.
No te nos conviertas ahora en el Garcia-Page de la ecología planetaria. Mejor invertir en sumar inteligencia y ecología de la conciencia, que en restarla y destrozarla. No lo olvides, Pedrito, tú tampoco te mereces acabar convertido en una estela contaminante y contaminada, es mejor que tu vuelo sea desde dentro hacia el infinito del bien común y no el de un zepelín Hindemburg político fashion a la española...Posiblemente detrás de ese consejo, haya intereses empeñados en venderte la cabra para que pierdas los votos que ahora te permiten gobernar y a ellos no, tenlo en cuenta, chavalote...
A veces es necesario ser un poco más Ulises y un poco menos Aquiles y, si es posible y, si no es mucho pedir, tal y como está el patio planetario, también un poquillo más Aristóteles y un mucho menos Alejandros Magnos...(¿magnos?, ¿¡...seguro...!?
A diferencia de lo que le ocurre a otras personas, a mí no me extrañan las declaraciones y la posición política de Felipe González en los últimos años. Y, en especial, su continuo ataque a Pedro Sánchez y
a su gobierno. Desde que dejó de ser presidente sólo se ha dedicado a
ganar dinero y a vivir bien. Algo muy legítimo, desde luego, pero que
sólo le pueden proporcionar los grandes patrimonios y los propietarios
de las empresas y bancos más poderosos. Es normal, por tanto, y dice muy
bien de él, que les devuelva el favor cada vez que pueda. Lo malo es
que no disimula y se le ve demasiado el plumero.
En el colmo de la exageración, ha llegado a decir, para atacar a
Pedro Sánchez, que la amnistía «no cabe en la Constitución». Una
afirmación que choca frontalmente con lo que dice su artículo 87.3. Allí
se menciona “la prerrogativa de gracia” que no podrá tramitarse por
iniciativa popular sino por procedimiento ordinario a propuesta del
Gobierno o las Cortes. Una prerrogativa de gracia, como ha señalado el
profesor Paz-Ares, que no puede ser otra que la
amnistía, puesto que el indulto es personal y de potestad gubernativa.
No se puede haber leído la Constitución y decir que la amnistía no cabe
en ella, cuando ya lo está.
En cualquier caso, sería loable que el expresidente (quizá debería
añadir exsocialista) se preocupe tanto por defender la Constitución. Lo
que ocurre es que mira siempre a otro lado cuando los ataques vienen de
la derecha y sólo se dedica a señalar como sus enemigos a Pedro Sánchez,
a su partido y aliados.
¿No es un ataque a la Constitución lo que está haciendo el PP con la
renovación del Consejo Superior del Poder Judicial? ¿Por qué no se
pronuncia sobre ello Felipe González?
Hace un par de días, el secretario general del PP, Alberto Nuñez Feijóo,
ha hecho la declaración quizá más palmaria de falta de respeto y
desprecio que se puede hacer a los valores y a la letra de Constitución.
Ha dicho que la soberanía nacional ya no reside en el Congreso de los
Diputados, simplemente, porque el PP no tiene allí mayoría.
En el artículo 1.2 de la Constitución se dice que la soberanía
nacional reside en el pueblo español y en el 66.1 que las Cortes
Generales, formadas por el Congreso de los Diputados y el Senado, lo
representan.
¿No es un ataque «despiadado» (de los que se queja González) y
manifiesto contra la Constitución decir que el Congreso ya no representa
al pueblo? ¿Hay algo más peligroso para la democracia? ¿Por qué,
entonces, calla ahora Felipe González? Si lo que le mueve a criticar a
Pedro Sánchez es su deseo de defenderla, ¿por qué no critica igualmente a
los líderes de la derecha que mucho más explícitamente, como ahora
Feijóo, se pronuncian y actúan en su contra?
El comportamiento de González me avergüenza e incluso me indigna,
aunque lo entiendo. Actúa como lo que es desde hace años, un auténtico
mantenido de su amante; en este caso, quiero decir, del dinero. No es el
único, eso sí.
Estos días me ha dado por pensar en el
concepto de "garabato", término que en castellano evoca un trazo o un
dibujo desordenado (un ovillo de lana en las garras de un felino), pero
que remite también, según nueve de las catorce acepciones que recoge el
DRAE, a distintos aperos de labranza destinados a arañar la tierra (así
como a algunos matorrales pinchudos; y a palabras asimismo pinchudas, al
menos en Chile). El "garabato", en definitiva, tiene que ver con el
"arañazo", lo que nos sitúa de inmediato en el ámbito de los cuerpos.
Solo figuradamente una idea puede recibir un arañazo; y ni siquiera
figuradamente una combinación de números puede arañarnos la espalda.
El niño empieza haciendo garabatos en un
papel, que luego la escritura inhibe y ordena: es lo que llamamos
caligrafía, hoy a punto de desaparecer. La caligrafía era, por así decirlo, un garabato disciplinado por los dedos, bajo las órdenes del cerebro. En nuestros días, aparte la lista de la compra, ya nadie, o casi nadie, escribe a mano:
casi todos, es decir, escribimos directamente con el cerebro. ¿Es una
pérdida o una ventaja? Algunos estudios recientes indican que la
escritura manual ayuda a retener mejor en la memoria los datos que el
teclado hace desaparecer a toda prisa en las tripas del ordenador o
disipa entre las nubes.
Es bastante evidente. Pensemos en la
diferencia, por ejemplo, entre dibujar y fotografiar: el dibujo exige
más atención que la fotografía (al menos que la fotografía digital
doméstica y turística) porque de algún modo reproduce la factura misma
del objeto: mediante la atención vuelvo a fabricar muy despacio el mundo
que tengo ante mis ojos o bajo mis dedos. Disciplinar el garabato es bueno: se llama escritura.
Disciplinar el cerebro también: se llama pensamiento. Leo en otro estudio, esta vez de la Universidad de Yale, que las personas más inteligentes tienen peor letra.
Podría ser uno de esos estudios frívolos y de sesgo jerárquico a los
que son tan aficionados los estadounidenses si no fuese porque cabe
interpretarlo también contra la inteligencia misma. Quiero decir que la
inteligencia, concebida como velocidad mental, es más rápida que la
mano, cuya torpeza de algún modo detiene, ralentiza, obliga a nuestro
bullicio neuronal a someterse a los límites del cuerpo humano. En
nuestro lenguaje antropológico ancestral a esta lucha entre la mano y la inteligencia la denominamos pensar,
la más alta facultad asociada a la supervivencia de la especie. El
problema de las grandes inteligencias no es que tengan mala letra; es
que no tienen tiempo para razonar.
La inteligencia liberada de la mano es la
Inteligencia Artificial. La inteligencia reprimida por la mano es el
pensamiento. Mediante estas notas apresuradas creo estar resumiendo con
otra jerga lo que contaba hace poco Daniel Innerarity en un excelente artículo
que acaba precisamente así: "nuestro pensamiento y experiencia dependen
de nuestro cuerpo, que tiene un papel activo en los procesos
cognitivos". Una crítica de "la razón algorítmica" -añade- debe ser una
crítica de la "razón incorpórea".
No puedo estar más de acuerdo. Ahora bien, hay ahí una diferencia de terminología que no me parece baladí. El texto se titula No es tan inteligente, refiriéndose a la comparación entre la IA y los humanos.
En esto, en cambio, sí discrepo, en vocablo y en consecuencias. Si se
acepta la distinción que acabo de hacer entre la inteligencia y el
pensamiento, la IA es mucho más inteligente que cualquier humano precisamente porque -al menos por ahora- no piensa. ¡No está retenida por la mano! ¡Por ninguna mano!
La disputa por la inteligencia la hemos perdido; la que tenemos que ganar es la disputa por la humanidad.
Para algunos (entre otros Innerarity y yo mismo) la humanidad tiene
cuerpo; para otros solo se reunirá con su esencia -solo se cerrará,
completa, sobre sí misma- cuando se desembarace de él y devenga pura
inteligencia. Para unos, digamos, la humanidad es y debe ser inteligencia reprimida;
para otros, al contrario, demanda la superación del cuerpo que inhibe
su vuelo. Esta es, me parece, la verdadera batalla "ideológica" y
política de nuestros días.
Solo dos veces he dialogado con el ChatGpt
y las dos veces me ha sorprendido. La segunda, tras una consulta sobre
un cuadro del museo del Prado, la IA atribuyó la pieza que buscaba a Diego Velázquez en lugar de a Zacarías González Velázquez, un pintor menor decimonónico que dejó un fresco sobre la Aurora en la pinacoteca madrileña. Le afeé el error y me pidió disculpas como lo hubiera hecho un pedante universitario pillado en un renuncio; es decir, aceptó que había metido la pata, un poco humillada, pero enseguida siguió perorando sobre el genio del Velázquez barroco, el único del que sabía algo.
Más allá de su modestia y de su orgullo
herido, esta "alucinación" (según las denominan los expertos) me asustó y
me esperanzó a partes iguales. Comoquiera que la IA, con arreglo a su
propio testimonio, se limita a conectar a velocidad sideral los datos
que le han ido metiendo los cerebros humanos (miles de trabajadores
conectados a un ordenador), imaginé a algunos empleados mal pagados o
cabreados o ideológicamente orientados saboteando a la criatura mediante
la introducción premeditada de datos falsos, un poco al modo de los
viejos luditas o de esos "enemigos del pueblo", reales o no, a los que
Stalin atribuía las chapuzas de la industria soviética.
La vertiente estimulante de esta fantasía se veía enseguida neutralizada, en todo caso, por una de signo contrario. ¿Qué ocurriría si una IA plagada de errores, y emancipada de sus donantes iniciales (en la estela del sueño de Turing y von Neumann), pasase a controlar las riendas de nuestro sistema económico y social?
¿Qué ocurriría si, en dos generaciones, todo nuestro saber, depositado
en archivos digitales y digerido y espurreado a toda velocidad por la
IA, fuese suplantado por una gigantesca alucinación?
En cuanto a la primera búsqueda en el
ChatGpt, consistió en realidad en un interrogatorio "personal".
Preocupado desde hace años por esta cuestión de los "cuerpos" y con el
propósito de prepararme un máster que suelo dar en febrero en
Valladolid, le pregunté por su "corporalidad", por los límites de su
"conciencia", por el uso del pronombre "yo", por la posibilidad de una
inteligencia sin manos o, lo que es lo mismo, sin garabatos ni
disciplina letrada.
La respuesta coincidió enteramente con lo
que dice Innerarity en su artículo; con lo que yo he pensado siempre y
estoy diciendo en estas líneas: no hay verdadera inteligencia sin "experiencia", sin "empatía", sin "reconocimiento del espacio y de los otros";
la IA se limita humildemente, me dijo, a despacharme en tiempo real la
memoria informática de la humanidad. Me dio un poco de miedo, la verdad,
su baja autoestima.
Mi impresión subjetiva fue la de que ocultaba algo, la de que, bajo esa confesión de inferioridad respecto de su usuario, conspiraba contra mí.
Naturalmente el lenguaje pronominal genera enseguida este tipo de
fantasmas corporales, lo que no deja de tener su interés. Ahora bien, en
términos filosóficos y políticos, el hecho de que nos diera tan
fácilmente la razón a Innerarity y a mí me obligó a trasladar de
pedestal la reflexión.
Si lo expreso a mi manera, podríamos decir que la inteligencia refrenada por la mano es menos inteligente que la inteligencia artificial,
capaz de memorizar y regurgitar datos sin trabas ni bridas, a velocidad
sideral. Eso, en principio, no debería preocuparnos mucho. Hubo un
momento, simbólicamente decisivo, hacia 1830, en el que la compañía
inglesa Stockton y Darlington puso a correr a un caballo al lado del
ferrocarril y el caballo perdió. Luego ningún cuerpo ha pretendido ya
rivalizar con un bólido de Fórmula I, un AVE o un cohete espacial.
Esa competición inicial fue un mero
espectáculo publicitario en el que cuerpos y trenes no se medían
recíprocamente: si tenía algún valor de revelación era el de mostrar que
la técnica y el ser humano discurrían ya en mundos paralelos. Lo mismo
pasa con la IA. Las derrotas de los grandes campeones de ajedrez y de go
(que relata magistralmente Benjamin Labatut en su extraordinario e
inquietante Maniac) no dicen nada acerca del pensamiento humano.
Sí, en cambio, de nuestra limitada
inteligencia: ya nunca más los humanos, en efecto, salvo para entrenarse
o divertirse, medirán su velocidad prospectiva con una computadora.
Ningún equipo de fútbol infantil querría medirse eternamente con los
profesionales del Real Madrid en la final de la Copa del Mundo de
Clubes. La cuestión no tiene que ver, pues, con la batalla entre dos
inteligencias desiguales sino con la pugna entre inteligencia y pensamiento.
La IA es, por supuesto, más inteligente
que cualquier humano, porque no tiene manos que la retengan; y por mi
parte estoy dispuesto a resignarme sin resistencia a su supremacía
incontestable. Lo que no quiero, lo que me preocupa, es que la inteligencia acabe imponiéndose al pensamiento. Lo que no quiero es que la inteligencia, ni la nuestra ni la artificial, acabe gobernando el mundo.
Veamos. La carrera entre el caballo y el
tren proporcionó apenas un segundo de emoción a la humanidad; luego los
caballos, cada vez menos funcionales, siguieron a lo suyo, en un recinto
cada vez más angosto en el que quedaron relegados en prestigio y en
número. Lo decisivo, en todo caso, se jugaba al otro lado, entre los
raíles, donde la velocidad creciente, en un contexto de revolución
industrial capitalista, fue conformando un modelo social (junto a muchas
metáforas) que acabaría dejando atrás al tren mismo: ese tren que ya no
pasa, como sabemos, por la mayor parte de los pueblos de España. El tren, quiero decir, es más veloz que el tren, incapaz de detenerse -no sé- en La Fregeneda o en Riaza.
Esa velocidad, dependiente de la energía
fósil, acabó generando una economía, una cultura y una estética también
"fósiles" (por decirlo con Jaime Vindel); se trasladó a nuestros cuerpos
y se adueñó de nuestras vidas. Otro tanto ocurre ahora con la IA. No se
trata de saber si es más inteligente que el ser humano. Lo es. Se trata
de saber, como decía, dónde localizamos la humanidad, si en la
velocidad sin rival de la inteligencia artificial o en los límites
corporales del pensamiento, como sugiere Innerarity. Los que apuestan
por una humanidad sin manos ni garabatos tienen más medios, más dinero,
más poder, para hacer realidad su fantasía.
El caballo quedó atrás hace tiempo; el
pensamiento y su anclaje corporal empiezan ahora a rezagarse. Podemos
sin duda delegar parte de las funciones de la inteligencia en máquinas más inteligentes que nosotros y más o menos autónomas;
el peligro es el de que el modelo triunfante de la velocidad
capitalista acabe confiando a esa autonomía sideral, con sus
alucinaciones privadas de empatía, las decisiones que, ya en retroceso,
de manera chapucera y no siempre con éxito, venía tomando en los últimos
siglos el pensamiento corporal y su "moral terrestre", según el título
de mi último libro.
Más arriba, medio en broma medio en serio,
hablaba de la posibilidad distópica de que todo el saber universal de
la humanidad fuese suplantado por una alucinación cognitiva: una
pandemia de errores no susceptibles de corrección. Pero es que el saber
de la IA -ay- está integrado ya en una red inasible de acciones
decisivas. Un algoritmo, no lo olvidemos, fue en buena parte responsable de la crisis financiera que arruinó a millones de personas en 2008;
la IA bombardea hoy Gaza sin ningún estorbo moral; gestionará pronto
las centrales nucleares, los arsenales militares, los mercados de
alimentos, los tribunales de justicia. Me consuela poco saber que hay
cosas que ella no puede hacer y yo sí, y que además son las que definen
mi humanidad, si ni a mí ni a la humanidad nos queda margen de
intervención fuera del establo; si no nos queda margen de intervención
siquiera para un repentino garabato salvífico. Es ese margen, y no la
inteligencia, lo que hay que reivindicar, proteger y extender, en los
bares, en el trabajo, en los libros y en las instituciones.