sábado, 12 de enero de 2019

Hay mejores soluciones que las mantas, las palabras de consuelo entre los cartones y el termo con café


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Personas sin hogar levantan un improvisado campamento para hacer frente a las noches de frío en Valencia

  • Agencia Atlas/Público
Con su vida a cuestas, unos cartones y de compañera la soledad, cerca de 400 personas malviven en la calle en Valencia. Una casa sin paredes ni techo que se vuelve mucho más insoportable con temperaturas heladoras. Por la ola de frío hay un dispositivo especial de tres unidades que se dedican específicamente a todas las personas sin techo y sin recursos. Cruz Roja y Policía Local reparten, estos días gélidos, comida, cafés, mantas que alivian el frío y palabras que calientan el alma. Casi 90 agentes pendientes de ellos para ayudarles a sobrellevar el crudo invierno. -Redacción- 
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Valencia capital dispone de bastantes edificios públicos vacíos e inútiles que en momentos como estos, de emergencia climática y desahuciadora, pueden servir de techo y resguardo; edificios enormes, que han sido construidos con el dinero de todas y que ahora, con buena disposición e inteligencia, deberían ser utilizados como centros de refugio en emergencia social. Por ejemplo, ¿alguien puede explicarnos para qué sirve y qué uso se da al gigantesco mamotreto vacío y fantasmal de la antigua sede de Hacienda en medio de la calle Guillem de Castro, en el corazón del Cap i Casal, cuya entrada cada noche, se ha convertido en dormitorio de la familia Sintecho cada vez más numerosa, por desgracia? Solo en ese edificio caben las 400 almas sin techo que deben soportar temperaturas bajo cero ( ayer en Bocairent, estuvieron a -13º), porque además ese edificio dispone de un sistema de calefacción central.
Por no hablar de la antigua Escuela de Magisterio situada junto al Jardín de Tùria, a la altura del parque Gulliver, otro fantasma arquitectónico en manos de un deterioro perfectamente evitable, y que ha sido demolida este año pasado tras años de cierre y abandono inexpliacable e irresponsable, por parte de la administración; un solar evidentemente inútil pero dispuesto para la especulación constructora del ladrillo (¿para qué restaurar y reciclar edificios si se pueden demoler y gastar en ello tres veces el presupuesto de una rehabilitación adecuada, verdad, cerebros del forring office?), un edificio propiedad de la Universidad pública para colmo, mientras faltan locales habitables para acoger refugiados que no sean cárceles como el CIE de Zapadores, y cientos de personas sin techo se congelan por los rincones de esta ciudad tan amante de la juerga y el despilfarro campechano.
¿No sería lógico, solidario y justo, establecer un impuesto municipal para los casales falleros que tanto molestan y que debemos soportar (o escapar  de su fervor si el bolsillo lo permite), para poder hacer frente a estas emergencias ciudadanas con la misma dignidad y tanto "orgullo" como se despilfarra en  las exhibiciones festeras? Si hay tanta pasta para divertirse y joder la vida al resto de ciudadanía en sus momentos petardistas e incendiarios o gastando millonadas en luces colgantes, bien podrían cooperar con los más desfavorecidos, de un modo regularizado y responsable. La gente valenciana en general es muy solidaria y empática con el sufrimiento del prójimo que ven tirado por ahí.
Además si el Ayuntamiento tiene un poco de mano izquierda al proponerle al fallerismo esa cooperación como un gesto de grandeza ejemplar y no como una multa, seguro que se los mete en el bolsillo, porque el afán fallero por hacer lo que nadie hace es una herramienta estupenda para educarles cívicamente y que empiecen a sentirse orgullosos de sus buenas obras y no sólo de su exhibicionismo pirómano, hortera y bullanguero. Una manera de canalizar la energía chunga y bruta mediante las acequias del bien común y sus turno de riego. Pague vostè, tome vostè, com es fa al Tribunal de les Aigües. No es tan difícil y valdría la pena hacerlo.

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Antigua Hacienda hoy vacía




Una persona sin hogar durmiendo en la puerta de la antigua sede del PP, en la calle Quart. / consuelo chambó
Una persona sin hogar durmiendo en la puerta de la antigua sede del PP, en la calle Quart. / consuelo chambó

En la antigua sede del pp ante el Botánico hoy vacía, se han instalado varios mendigos que duermen a la intemperie junto a los restos faraónicos del pasado. ¿Justicia poética? No. Desvergüenza social y desorganización gestora. Los pobres de la tierra nunca deberían ser los paganinis de la injusticia y la crueldad de los acaparadores de poder y pasta (pp), creadores de deudas públicas astronómicas con las que llenan sus cuentas en Suiza o Panamá o Luxemburgo o donde quiera que se lo permitan.

Y por supuesto, que también debería implicarse en este desolador asunto de todos y todas, y como institución chupóptera de primera línea para más inri,  la santa madrastra iglesia católica que tiene media Valencia en propiedad, no paga el IBI ni por equivocación y alquila sus pertenencias y desahucia rigurosamente a los que si comen y pagan la luz no pueden pagar el alquiler y por supuesto donde no hay lugar para el que carece de la mínima renta para pagar un techo... Ella ya con La casa de la caridad y las limosnitas de Caritas cubre el expediente evangélico sui generis, se siente la reina del mambo limosnero y cree que con eso ya se ha pagado el billete al cielo con amnistía para los pederastas si pasan el cepillo y así, con lo que sobre del culto, limosnear céntimo a céntimo, para que Dios pase por alto todo lo demás...haga la vista gorda y se haga el loco con su misericordia selectiva. En fin. Una maravilla antropológica como estudio profundo de la evolución: de la caverna a la catedral, pasando por los ayuntamientos, los partidos políticos, los cuarteles, las comisarías, y las banderas, claro...

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