"Un 3 de octubre, el rey toca el silbato y empieza a tener una relación con nosotros que se confunde mucho con
la relación que podría haber tenido Susana Díaz –la presidenta de
Andalucía y líder del PSOE en esta comunidad–.Esto es muy mala noticia", lamentó en una entrevista concedida a Europa Press.
En esta línea, Echenique criticó que a pesar de que Sánchez ganó las
primarias "hablando de plurinacionalidad, diciendo que quería echar al
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y que quería ser socio de
Podemos", ahora son "muchas" las diferencias que mantiene con el PSOE,
empezando por
su negativa a presentar una moción de censura contra el jefe del Ejecutivo."Cuando había una posibilidad de echar a Rajoy,
nos reunimos con Pedro Sánchez e intentamos que funcionara. Es una pena
que, a las órdenes de Felipe VI, Pedro Sánchez cambiara de hoja de
ruta, aunque a lo mejor nunca fue su hoja de ruta", sugirió. No ve que el PSOE tenga "ninguna gana" de cambiar
Aunque señaló que sería una buena noticia que el PSOE "rectificara" esta actitud, Echenique ha reconocido que "de momento no parece que tengan ninguna gana".Además, avisó de que su partido no puede estar "permanentemente mirando al PSOE".
"El camino lo están marcando los pensionistas en la calle, las mujeres el 8 de marzo o la Plataforma de Afectados por la Hipoteca
(PAH). Nosotros fundamentalmente tenemos que mirar a esa sociedad
movilizada que está reclamando sus derechos. No podemos estar esperando a
que el PSOE decida dar un paso adelante y echar a Rajoy", afirmó.
Además, explicó que aunque su formación se ponga de acuerdo con el PSOE
para sacar adelante proposiciones de ley, estas no tienen muchas
posibilidades de prosperar porque el Gobierno tiene capacidad de veto, y así lo lleva demostrando a lo largo de toda la legislatura.
"Aunque nos pongamos de acuerdo, si luego el Gobierno utiliza su capacidad de veto para que esas leyes no salgan adelante, lo que hay es una foto bonita en los medios de comunicación pero no suben las pensiones", avisó.
Por ello, insistió en que la única manera de "poder hacer leyes que ayuden a la gente" pasa por echar a Rajoy. "Esto hay que decírselo a la ciudadanía. Si no, se provoca frustración.
Cuando el PSOE sale anunciando una medida en los medios que parece que
puede ayudar a que la gente viva mejor, si se le olvida la segunda
parte, que es que el Gobierno va la va a vetar, puede provocar
frustración", enfatizó.
Acusa a Sánchez de "engañar" y "mentir"
"A la gente no hay que engañarla con medidas que suenan bien pero que luego no se pueden sacar adelante
porque Rajoy las veta. Es mala política hacer esto y en los últimos
meses lo estamos viendo. Creo que no es buena idea hacer esto. A la
gente hay que decirle la verdad. Mientras siga estando Rajoy en La
Moncloa, por mucho que nos pongamos de acuerdo el PSOE y nosotros, nos
va a vetar las leyes", reiteró.
Echenique también criticó que el PSOE haya vuelto a acusar a Podemos de estar apoyando a los independentistas. "Puede haber personas que se crean las mentiras si se repiten mucho. Lo que pasa con la mentira es que tiene patas muy cortas", avisó.
"Es una estrategia cortoplacista que funciona durante un tiempo, que
normalmente es bastante corto. En el corto plazo puede haber gente que
se crea la mentira de que Podemos apoya al independentismo, pero en el medio plazo, no, porque el pueblo español es inteligente", aseveró.
"Es mala estrategia mentir, con todo el cariño a Pedro Sánchez.
Es mejor estrategia que tuviera el valor suficiente como para plantear
una moción de censura a Rajoy, porque eso sí puede contribuir a
solucionar el conflicto y mentir, pues no", remachó.
Educación para la patriotería
Juan José Téllez
Follow @jjtellezrubio
31-3-2018- eldiario.es
Defensa vuelve a izar la bandera a media asta
en nuestros cuarteles por la muerte de Jesucristo. Tan laico como que
el Tribunal Constitucional ampare de golpe y porrazo a la educación
segregada del Opus Dei o que la educación concertada de este país
aconfesional se base en la infraestructura, la propiedad y los claustros
de los colegios religiosos.
Cuando despertamos del sueño de la
transición el dinosaurio del nacional-catolicismo seguía ahí. Agazapado
como un inquisidor en horas bajas pero que no renunciara a su condición
de cruzado contra infieles y ateos. Como el polvo que escondemos debajo
de la alfombra, como la asignatura pendiente de la que no estamos
dispuestos a examinarnos, como el expediente incómodo e irresoluble que
encerramos en un cajón cuya llave hemos arrojado al río de la historia.
Hasta la Oficina del Defensor del Pueblo
ha tenido que salir al paso de la cristianización de las fuerzas
armadas que, de ser cierto su amparo a todas las creencias, tendrían que
bajar también los pabellones durante la Pascua Judía, el ramadán de los
musulmanes, los 1650 años de la defunción de Buda o para conmemorar en
mayo los 240 años del fallecimiento de Voltaire.
En estas horas,
España es el tercio de la legión izando cristos ante la arrobada mirada
de los ministros, recién salidos del Consejo donde el Gobierno indulta
presos a petición de las cofradías de Semana Santa. Cierto es que a
amplias capas de la opinión pública de nuestro país no sólo no les
parece todo esto extraño sino que les resultaría inconcebible que fuera
de forma distinta. No estamos acostumbrados a que la religión se
circunscriba a la intimidad de los corazones o a eventos públicos en los
que el Estado tan sólo aporte protección y servicios como a cualquier
otra fiesta cívica. La fe en lo sobrenatural y no en los valores
democráticos sigue siendo el mayor credo de la oficialidad
contemporánea.
En gran medida, se trata del imaginario impuesto
durante cuarenta años de democracia por la jerarquía eclesiástica que
inmatricula bienes inmuebles a granel o se atrinchera en el espeluznante
alcázar de la amnesia colectiva que sigue siendo el Valle de los
Caídos, el mayor monumento a la dictadura que hemos sido incapaces de
reconvertir en un lugar de memoria democrática.
Durante décadas,
por ejemplo, quienes consideramos que el laicismo debiera ser una
convicción ecuménica para cualquier demócrata, crea en lo que crea,
amagamos con asignaturas de Educación para la ciudadanía que
supuestamente nos reconciliarían con la realidad democrática cotidiana,
sin sectarismos ni dogmas más allá de la santísima trinidad de la
libertad, la igualdad y la fraternidad que debieran inspirarnos a todos.
No fue así. Tachada de sectaria, dicha asignatura fue eliminada de los
planes de estudios por la santa alianza de la curia y la caverna, sin
que la progresía patria ensayara ni un breve réquiem para sus exequias.
Faltó determinación y argumentos. Sobraron complejos y cobardía.
Así nos va: sin conocer los rudimentos de la democracia, no nos
indignamos como debiéramos por el encarcelamiento de raperos, tuiteros,
titiriteros y otros peligrosos delincuentes, sino que aplaudimos con
denuedo y sin un simple pero la prisión provisional crónica de unos
cuantos responsables públicos acusados de rebelión por convocar un
referéndum que ni siquiera fue un referéndum, por más que su inspirador
fuera recientemente detenido –querido Berlanga-- junto a un historiador
de guardia.
Ahora, en cambio, el Gobierno pretende llevar al
currículo escolar la importancia de los ejércitos, los himnos patrios y
otras nobles querencias. Una especie de Educación para la Patriotería sobre la que no se rebelarán los telepredicadores.
Mientras, año tras año, amagan con liquidar las materias de literatura y
filosofía porque probablemente no consideren españoles y muy españoles a
Séneca o a Quevedo, a Miguel de Cervantes o a Maimónides, a María
Zambrano o a Federico García Lorca, las Fuerzas Armadas entrarán en
clase a través de una guía elaborada por los ministerios de Defensa y de
Educación. ¿Conocerán las escolanías nuestras penas y glorias militares
a través del Trafalgar de Pérez Galdós o de las crónicas de la guerra
de Africa de Pedro Antonio de Alarcón o de Colombine? ¿Amarán la España
de Manuel Chaves Nogales o la de Manu Leguineche, el arrojo de Alvar
Núñez Cabeza de Vaca en sus “Naufragios”, las expediciones de la
Ilustración en busca del árbol de la Quina o del meridiano del mundo?
Nada de eso, sino monsergas cuarteleras que seguramente no invitarán a
leer el “Ardor guerrero” de Antonio Muñoz Molina.
Las
evaluaciones incluirán juegos rojigualdas con el pasodoble de la
banderita a los himnos de la Armada y el Ejército del Aire que prometen
que hay que morir o triunfar en nombre de la patria. Visionados de los
desfiles, ni una palabra del pacifismo, información sobre reclutamiento y
actividades tituladas: “Queremos ser militares”. Nuestro país vuelve a
vestir de caqui y no nos hemos coscado.
¿Incluirán el orgullo de
vivir en un país donde las diferentes lenguas han creado milagros
comunes como la Sagrada Familia y el Museo del Prado, el Observatorio de
Maspalomas y la Selección de fútbol? Me temo que no habrá espacio
tampoco para la Atlántida del catalán Verdaguer sobre el pentagrama del
andaluz Manuel de Falla; ni para recordar que Federico García Lorca
escribió poemas en gallego; o que Bernardo Atxaga, en cuyo pueblo se
hablaba euskara y español pero se oía el latín de las misas o el inglés y
el francés de las películas y de las canciones, nos recuerda que el
primer libro en vascuence data de 1545. ¿Por qué la España oficial no
presume de ser diversa y prefiere el gris al arcoíris? Sigue siendo un
misterio.
El alumnado que disfrute de este aprendizaje no
recordará sin duda que el supuesto de las armas de destrucción masiva,
aunque no existieran, justificó la guerra de Irak; pero también seguirá
ignorando –porque los manuales escolares no informarán sobre dicha
circunstancia– que el Estado español se dedica a venderlas a terceros
países, como la Arabia Saudita que sigue usándolas a mansalva en Yemen.
Finalmente, los libros de texto nos sermonearán, en esa misma línea,
contra los peligros que encierra la inmigración clandestina: "Nuestro
país –aseguran–, al igual que en el resto del entorno europeo, se
enfrenta a múltiples desafíos derivados del asentamiento de las
corrientes migratorias irregulares". Y, digo yo, en esta misma línea, lo
mismo crucifican como vendepatrias a conocidos traficantes de esclavos
como ProActiva Open Arms o Helena Maleno de Caminando Fronteras, por más
que se dediquen a salvar vidas en lugar de uniformarlas.
Será
–dirá seguramente Mariano Rajoy desde el altar del plasma– el modo que
la Moncloa tiene de contribuir al laicismo: combatiendo a las
bienaventuranzas.
Ayuntamiento de Madrid: Carmena reduce en un 40% la deuda de Madrid que heredó de Botella y Gallardón
efe
31-3-2018-Público
El equipo económico del Ayuntamiento de Madrid está ganando la guerra a la deuda que heredó del PP. Cuando Manuela Carmena accedió a la alcaldía de la capital en junio de 2015, la ciudad de Madrid debía 5.636 millones de euros; ahora debe 3.424 millones de euros, un 39,26% menos.
Madrid sigue siendo la ciudad más endeudada —cada uno
de sus habitantes debe todavía 1.076 euros— pero pese a ese abultado
compromiso, también es la ciudad española que más rápido está reduciendo su deuda,
tanto en términos relativos como absolutos. Sólo en 2017 la reducción
de la deuda alcanzó los 445 millones de euros, un 11,5% respecto al
total; ahora debe 2.213 millones de euros de lo que debía al llegar
Carmena.
Esa amplia reducción de la deuda de Madrid ha permitido que en términos generales los llamados ayuntamientos del cambio hayan reducido su deuda un 27,5%.
Si no hubiera sido por Madrid, el dato de los municipios del cambio
habría crecido en este tiempo en 39,3 millones (un 1,73% más), por el
mayor endeudamiento de Barcelona y de Zaragoza. En Valencia, Joan Ribó
ha reducido la deuda desde que tomó la vara de mando en 184,2 millones,
un 25.03% menos.
El ritmo de amortización en Madrid es tan sostenido
que el objetivo declarado de los gestores económicos del consistorio es
tener deuda cero en el año 2030. Además,
por primera vez desde 2005 la deuda de Madrid ha caído por debajo de
los 3.500 millones de euros. Hay que recordar que la ciudad alcanzó su
máximo histórico de deuda en 2012 con 7.733 millones de euros, bajo el
mandato de Ana Botella.
Las perspectivas para el futuro son bastante buenas:
el Ayuntamiento de Madrid cerró 2017 con un superávit de 1.120 millones
de euros, lo que permite seguir asegurando la reducción de deuda. El
año pasado, los ingresos ascendieron a 5.130 millones de euros, un 4,9 %
más que en 2016, mientras que los gastos bajaron un 11,1%, hasta los
4.257 millones.
Y todo eso, además incrementando el gasto social y la inversión por habitante, que en 2017 superó los 128 euros frente a los 84 euros de 2014,
cuando gobernaba el PP. La ejecución del gasto social alcanzó los 567
millones de euros, registrando el gasto en programas de educación un
crecimiento superior al 20% respecto a 2016.
El bosque: principio y fin del cambio global
Medio ambiente
Jordi Martínez-Vilalta
31-3-2018- eldiario.es
Entre 2012 y 2015, una sequía
extraordinariamente intensa, sin precedentes en los últimos 1.000 años,
provocó la muerte de 100 millones de árboles, según el servicio forestal
estadounidense. Episodios similares, aunque a menudo de menor magnitud,
se han observado en prácticamente todos los biomas de la Tierra,
incluyendo las selvas tropicales y, por supuesto, los bosques de nuestro
entorno mediterráneo. En nuestro entorno, estos episodios de
decaimiento afectan principalmente a especies que tienen su límite sur
de distribución en la cuenca mediterránea, como el pino silvestre o el
haya. ¿Qué indica este fenómeno y qué relación tiene con nosotros y con
el cambio global?
Es difícil sobreestimar la importancia de los
bosques. Desde el punto de vista cultural muchos historiadores sostienen
que la madera ha sido el material más importante en la historia de la
civilización, por encima de la piedra o los metales. La madera ha sido
el elemento de construcción por excelencia y también la principal fuente
de energía a lo largo de la historia de la humanidad. Todavía hoy,
nuestra energía procede en su mayor parte de combustibles fósiles,
formados a lo largo de millones de años a partir de restos vegetales.
Desde una perspectiva más biofísica el papel de los bosques es
también formidable: albergan la mayor parte de la biodiversidad de la
Tierra, controlan el clima y los ciclos biogeoquímicos globales,
incluyendo el del carbono y el del agua. Los bosques con su
transpiración retornan a la atmosfera más de la mitad de la
precipitación que cae sobre los continentes en forma de agua o nieve. En
otras palabras: circula más agua a través de los troncos de los árboles
que a través de todos los ríos de la Tierra juntos. En buena medida los
bosques dan forma al planeta tal como lo conocemos.
A largo
plazo, la distribución de los bosques viene determinada por el clima. No
encontramos bosques de manera natural en lugares donde las condiciones
son demasiado frías, como las cimas de las montañas, o demasiado secas,
como los desiertos. El tipo de bosque depende también del clima: no
existen selvas lluviosas fuera del clima cálido y húmedo de los
trópicos, ni podemos esperar que crezcan hayedos bajo el clima seco del
sur de España.
A lo largo de la historia de la Tierra la
distribución de los bosques ha cambiado siguiendo los cambios en el
clima. Algunos de estos cambios ocurrieron hace millones de años, como
los que atestiguan los bosques fósiles en distintos lugares del mundo,
que a menudo muestran troncos petrificados de árboles tropicales en lo
que ahora son desiertos prácticamente sin vegetación. Otros cambios son
mucho más recientes y ocurrieron mucho más rápido. Hasta hace unos 4.500
años amplias zonas de lo que actualmente es el desierto del Sahara
estaban cubiertas por praderas y bosques tropicales. Un cambio en el
clima modificó el régimen hidrológico de la zona y propició la
transición hacia el desierto desprovisto de vegetación que actualmente
conocemos. Centenares de ejemplos similares, aunque no siempre tan
dramáticos, se han documentado en otras regiones. La conclusión es
clara: si cambia el clima, cambian los bosques.
Y si hay alguna
cosa de la que estamos seguros es de que estamos modificando el clima.
Por desgracia, el cambio climático está aquí para quedarse. Por supuesto
hay todavía mucha incertidumbre en cuanto a cuál va a ser la magnitud
del cambio. Ésta dependerá en buena medida de la progresión de nuestras
emisiones de gases de efecto invernadero, pero también de la propia
respuesta de los bosques.
Investigadores estudian el vínculo entre los bosques y la salud de las personas
EFE
Un sumidero de dióxido de carbono
Casi un tercio de las
emisiones entrópicas de dióxido de carbono, principal causante del
calentamiento global, son absorbidas por ellos. Si no fuera por este
sumidero la magnitud del cambio climático sería mucho mayor. Sin
embargo, todas las evidencias apuntan a que esta capacidad de sumidero
de los bosques se reducirá a medida que las condiciones sean más cálidas
y más secas, pudiendo incluso llegar a revertirse.
Las sequías
extremas que padeció la Amazonía durante los años 2005 y 2010, por
ejemplo, provocaron que el conjunto de la selva tropical amazónica se
convirtiera en una fuente neta de dióxido de carbono; es decir, en un
contribuyente neto al calentamiento global. Lo mismo se observó en
extensas zonas del continente europeo durante la ola de calor del verano
de 2003.
Los bosques, pues, son protagonistas del cambio
climático por partida triple: como origen de los combustibles fósiles
que utilizamos y por tanto de nuestras emisiones de dióxido de carbono,
como reguladores de la concentración de este gas en la atmósfera, y como
sistemas particularmente sensibles a los cambios en el clima.
¿Qué hace que los bosques sean tan sensibles a la sequía? Las plantas
necesitan agua en grandes cantidades para mantener su funcionamiento. En
condiciones favorables, un solo árbol puede llegar a transpirar cientos
de litros de agua en un solo día. Toda esta agua es absorbida del suelo
y transportada a través de los troncos hasta las hojas, donde casi toda
se evapora a la atmósfera (una pequeña parte se utiliza en la
fotosíntesis).
La energía solar, que provoca la evaporación del
agua en las hojas, es la que genera la fuerza de succión necesaria para
subir el agua hasta las copas de los árboles, que pueden llegar a estar a
más de 100 metros del suelo. A mayor temperatura mayor es la capacidad
evaporativa de la atmósfera y, por tanto, mayores los requerimientos
hídricos de las plantas.
Embolia por sequía
En
condiciones de sequía, la fuerza de succión necesaria para transportar
el agua aumenta hasta el punto de que puede producirse la rotura de la
columna de agua que conecta las raíces con las hojas. Cuando esta
columna se rompe, se forman embolias de aire que obstruyen los
conductos. Si estas embolias se propagan por el sistema conductor la
planta deja de poder transportar agua, su copa se seca y finalmente
muere.
Este mecanismo de disfunción hidráulica, análogo en muchos
aspectos a las embolias que se producen en el sistema circulatorio de
los mamíferos, explica la muerte de las plantas en condiciones de
sequía, desde las plantas que olvidamos sin regar en nuestras casas a
los bosques de coníferas en California con los que comenzábamos el
artículo.
La cuestión no es pues si los bosques responderán a
cambios en el clima, puesto que no hay ninguna duda que lo harán, si no
cuan cerca estamos de que los cambios en el clima produzcan
modificaciones irreversibles en los bosques. Los episodios de mortalidad
forestal que estamos observando sugieren que en muchas zonas no estamos
lejos. Al mismo tiempo, sabemos que los bosques tienen una notable
capacidad de ajuste que a menudo les permite recuperar sus
características básicas poco tiempo después de padecer perturbaciones
intensas. La capacidad de rebrotar después de los incendios o la sequía
de muchas especies mediterráneas es un claro ejemplo de este
comportamiento.
La clave está en determinar el punto de no
retorno, el límite de cambio ambiental a partir del cual el sistema
colapsa y es sustituido por un nuevo ecosistema, vegetado o no. Una de
las mayores dificultades a la hora de determinar estos umbrales es que
la dinámica de los bosques responde a muchos factores que interaccionan
entre ellos de maneras complejas. De manera que cuando se observa un
cambio no siempre es posible atribuirlo a una única causa, o aislar la
contribución de un factor determinado (climático, por ejemplo).
La dinámica reciente de los bosques en la península Ibérica ofrece un
buen ejemplo de esta complejidad. Los datos de los últimos inventarios
forestales, que contienen información muy detallada de la composición y
estructura de nuestros bosques, han permitido detectar cambios
importantes en las últimas décadas.
Parque Nacional Bialowieza.
Cambio del uso del suelo
Los planifolios, especialmente
encinas y robles, están aumentando en detrimento de los pinos. Estos
cambios tienen implicaciones importantes para el funcionamiento de los
bosques y se han producido al mismo tiempo que la temperatura promedio
en España ha aumentado aproximadamente 1 °C y las sequías se han
intensificado notablemente.
Sin embargo, otros factores han
variado, y mucho, a lo largo del mismo periodo. En particular, el uso
del suelo y el aprovechamiento de los bosques se han modificado
muchísimo en los últimos 50 años en España. Hemos pasado de una
situación en la que la madera y la leña eran recursos económicos
importantes y el carbón vegetal era esencial como fuente de energía
doméstica, a una situación en la que el valor económico de estos
recursos es tan bajo que prácticamente no se explotan en muchas zonas
del país.
La reducción en la intensidad de la explotación ha
afectado, sobre todo, a los planifolios, lo cual podría explicar su
expansión. ¿Cuál es pues el factor dominante en la dinámica reciente de
los bosques ibéricos? Parece claro que los cambios en el manejo son los
que han tenido un papel más importante en los cambios observados hasta
ahora, pero el efecto de la sequía no es desdeñable.
Las masas
forestales relativamente jóvenes y en crecimiento resultantes del
abandono de la gestión (o de la agricultura) en muchas zonas implican un
aumento progresivo de la competencia por el agua. En condiciones de
sequía esta elevada competencia se traduce en episodios de mortalidad
causados directamente por la falta de agua (disfunción hidráulica) o
favorecidos indirectamente por ésta, como las infecciones y plagas
forestales (escarabajos barrenadores, procesionaria) que afectan a los
bosques debilitados por la sequía.
Los cambios en la composición
de los bosques no son ni buenos ni malos en sí mismos, aunque si se
producen de manera imprevista acostumbran a producir impactos negativos
sobre las sociedades. Los servicios ecosistémicos, entendidos como el
conjunto de los beneficios que los humanos obtenemos de un ecosistema,
ofrecen una manera de visualizar estos impactos. En el caso de los
bosques estos servicios incluyen la provisión de madera (todavía
importante en muchas zonas) pero también la provisión de alimentos como
las setas, la regulación climática, la regulación del ciclo hidrológico o
los valores recreativos y espirituales.
El marco de los
servicios ecosistémicos permite comparar distintas alternativas de
gestión y escenarios futuros tomando en consideración la multiplicidad
de beneficios que obtenemos del bosque. Al mismo tiempo, es un marco que
promueve una visión antrópica y utilitarista de la naturaleza y, por
tanto, no está exento de problemas, especialmente si los servicios
ecosistémicos se acaban traduciendo en valores monetarios.
Los
bosques del futuro vendrán determinados en buena medida por nuestras
acciones, ya sea directamente mediante la gestión o indirectamente a
través de nuestro impacto sobre el clima. Su futuro está pues en
nuestras manos, y el nuestro va unido al suyo.
Los bosques han
generado a lo largo de la historia una compleja combinación de
reverencia y hostilidad, ya que a menudo se han visto como la antítesis
de la civilización, como aquello que hay que eliminar, o como mínimo
controlar, para que ésta florezca. Esta paradoja está presente ya en la
obra literaria más antigua que conocemos, la épica de Gilgamesh, donde
el héroe somete primero el bosque de cedros que crecía cerca de la
ciudad de Uruk, en la antigua Mesopotamia, para después lamentar la
degradación que sigue a la destrucción del bosque. Es de esperar que
4.000 años de historia nos hayan enseñado a hacerlo algo mejor.
“Si algo nos enseña el Evangelio
es a desobedecer […]- Las leyes mordaza son la guinda del imperio
vigente de invisibilizar a los pobres, como si no tuvieran rostro”.
Quien habla así es el párroco de Entrevías, Javier Baeza
30 marzo 2018
El Cristo de la madrileña parroquia San Carlos Borromeo amordazado contra la Ley Mordaza (@EntreBorromeos)
“Jesús era un hombre que iba por
ahí con su madre y con una prostituta, María Magdalena, echando de los
templos a los banqueros de entonces por usureros, señalando a los
corruptos por ser los responsables de la situación de los pobres,
rodeándose de los indeseables, de los miserables y los leprosos”. Quien
habla así de su gran referente es una jubilada cuya pensión no
contributiva no le llega para ducharse todos los días con agua caliente.
Y desde luego no es por su Dios por quien la ministra de Defensa ha
ordenado que las banderas ondeen a media asta de nuevo esta Semana
Santa, después de aprobar un aumento de 10.000 millones de euros para el
Ejército mientras su gobierno impide un aumento real de las pensiones. Y
tampoco le ofende a esta creyente que nadie ‘se cague en Dios’, pero sí
que a estas alturas y en este país, haya quien se enfrente a condenas
por expresarse libremente, cuando ella por poco paga con cárcel luchar
contra la dictadura franquista.
“Si algo nos enseña el Evangelio es a desobedecer
[…]- Las leyes mordaza son la guinda del imperio vigente de
invisibilizar a los pobres, como si no tuvieran rostro”. Quien habla así
es el párroco de Entrevías, Javier Baeza, que esta Semana Santa
escribía en su cuenta de Twitter “como
creyente cristiano debemos -junto con la jerarquía- oponernos a la
manipulación de unos sujetos que en nombre de Dios compran armas para
matar, elevan alambradas que matan y persiguen a ciudadanas que salvan
vidas. No, no creemos en el mismo Dios”.
El Dios en el que cree Baeza es el que le hace estar en las
movilizaciones que desde hace años piden la despenalización del top
manta, el fin de las políticas asesinas de extranjería, de las redadas
racistas, de los Centros de Internamiento de Emigrantes y de las
políticas sociales basadas en el paternalismo y la superioridad moral.
Por eso, cada domingo, en la homilía que celebran en su parroquia de San
Carlos Borromeo se reúnen católicos, musulmanes, evangelistas y ateos
bajo una fotografía de un inmigrante que se pasó horas encaramado a la
valla de Melilla porque sabía que, si se daba por vencido, sería
deportado ilegalmente por el Gobierno español al lado marroquí de las
concertinas. El Dios de Baeza se revolvería si viese que en este país se
encarcela a titiriteros por representar obras de teatro, a raperos por
cantar o que se imputa a la concejala Rommy Arce por pedir en sus redes sociales el fin del hostigamiento policial contra los manteros tras la muerte en Lavapiés de Mame Mbaye.
Policía de Madrid persigue a inmigrantes vendedores ambulantes. Foto: Javier Bauluz (2013)
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
En Melilla, en Ceuta, en Lavapiés, en los invernaderos de Almería, en
la selva colombiana, en las favelas brasileñas, en el apartheid
israelí, en el puerto de Nuadibú de donde partían las pateras, en la
frontera jordana donde llegaban los sirios huyendo de la guerra… Allá
donde el Estado no protege o donde, directamente, es el enemigo de los
despojados, siempre me he encontrado con cristianos y cristianas dando
la batalla contra las multinacionales, contra las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad, contra el terrorismo de Estado, contra la corrupción y la
desolación.
Allá donde solo hay miseria, injusticia y violencia siempre me he
encontrado con hombres y mujeres que vivían compartiendo su fe en la fuerza de los pequeños,
en el imparable poder de la rebeldía, en la contagiosa alegría de la
resistencia y en el consuelo de haber enarbolado la bandera de la
dignidad para cuando haya muertos. Porque saben que siempre habrá
muertos, “porque hay muchas maneras de matar: con las balas, pero
también de miseria, de explotación, de enfermedad y de desesperanza”,
como dice la misionera laica Carmina Bascarán.
Soy atea, pero creo inquebrantablemente en estos activistas. Personas
que no lideran, sino que van de la mano; que no se ponen al frente de
la pancarta, sino que se quedan en la retaguardia por si a alguien le
falta el aliento; que odian las entrevistas porque al salir en la foto
invisibilizan a los verdaderos protagonistas; que no hablan de dioses,
sino de María que luchó por parar su desahucio; de Manuel, que una noche
más no tendrá plaza en los albergues de Madrid; de Mamadou, al que
después de quince años en España le siguen denegando los papeles; de
Pepa, que con su trabajo de mierda no tiene ni para para pagar la luz. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Soy atea, pero no es por eso por lo que me ofende ver procesiones,
sino porque en un Estado laico vayan escoltadas por alcaldes, guardias
civiles, policías y militares. Porque si el Jesús de los Evangelios
resucitase en uno de esos tronos se bajaría para sumarse a las protestas
de Lavapiés, a las manifestaciones por las pensiones, contra la Ley
Mordaza o contra las políticas de cierre de fronteras. Porque si ese
Jesús en el que creen muchos amigos en los que yo creo viviese hoy le
acusarían de antisistema y de populista. Porque si Cristo resucitase
este domingo se iría a protestar frente al Congreso de la mano de los
manteros, de los lateros, de los personas racializadas, desahuciadas,
precarizadas, empobrecidas y feministas para gritar, hasta hacer
estallar los cristales de sus ventanas, “¿Por qué nos habéis
abandonado?”.
A estas alturas es una evidencia que elcaso Cifuentesera también un caso URJC
,
y que podía extender su sombra sobre la universidad pública. Como todo
el mundo sabe, tras la polémica en torno a la obtención por la
señora Cifuentes de un título de máster por la URJC, ésta abrió una
investigación, encomendada a la jefa de Inspección de Servicios de la
URJC, Pilar Trinidad, profesora titular de Derecho Internacional. Pero
la necesidad de reaccionar para evitar más sombras sobre la propia URJC y
sobre las universidades públicas ha quedado acreditado por el hecho de
que, por primera vez ante sucesos de este tipo, un rector (y nada menos
que el presidente de la Conferencia de Rectores, el respetado
historiador Roberto Fernández) hizo una declaración matizada, en la que deslizó la sugerencia de que la URJC se había precipitado en el apoyo a la posición de la señora Cifuentes.
Al poco, se produce el giro significativo: el propio rector de la URJC
solicita de la CRUE un inspector externo y la respuesta afirmativa desde
la CRUE es inmediata…
Mientras tanto, la principal interesada se niega a discutir públicamente
las dudas que le afectan y ha lanzado el aviso de la presentación de
dos querellas contra la periodista autora del reportaje en eldiario.es y
contra su director,mientras alardea de su condición de víctima de campañas oscuras que serían la venganza contra su implacable voluntad de limpieza y transparencia en lo público.
¿Transparencia? ¿Puede hablar de
transparencia quien se niega a responder y a proporcionar los datos más
elementales requeridos por la investigación? ¿Por qué me vendrá a la
cabeza aquello de Aguirre de que era ella quien había destapado latrama Gürtel?
¿Democracia sin control, sin transparencia?
Sobre la dimensión política de este asunto se ha escrito y se escribirá
aún, estoy seguro. Me limitaré a apuntar algo que sugería Máximo Pradera
y que considero importante subrayar para denunciar una de las
confusiones más habituales en la discusión.Una falacia argumentativa
tan básica como comúnmente ignorada: la confusión entre
presunción de inocencia, principio jurídico básico en el ámbito penal y
administrativo, y la exigencia de respeto a la "presunción de inocencia"
en política,
que no sólo no es un derecho, sino es un grave error.
Como recuerda Max
Pradera, pedir presunción de inocencia en política destruye el
principio básico de la democracia, ejercer control continuo y no
superficial. Porque la democracia se basa en la experiencia de que hay
que sospechar de todo aquel que ejerce el poder y, por ello, la
necesidad de someterlo a control. La democracia –lo explicó
Aristóteles– no se basa en la pregunta ¿quién debe gobernar? sino en la pregunta ¿cómo se debe gobernar?,
es decir, en la institucionalización de medios que permitan exigir
responsabilidad a quien gobierna, lo que requiere poder controlarlo.
Cuanto más, mejor.
Por eso, en política se invierte la carga de la prueba:
es el político quien debe demostrar que no ha actuado mal. Y por eso la
tarea de la oposición en el Parlamento, y de los otros poderes
(básicamente el judicial y el cuarto poder, los medios libres), es sobre
todo actividad de control.
No hay democracia sin controles, que a su vez no pueden existir sin la
publicidad, sin la transparencia, conforme al principio que dejara
enunciado Kant y que es referencia obligada: "Son injustas todas las acciones que se refieren al derecho de otros hombres cuyos principios no soportan ser publicados".
En realidad, la exigencia de publicidad entronca con el leit motiv
de la obra de Kant y los ilustrados, esto es, la defensa de la libertad
de crítica como expresión de la razón. Es sabido que Kant insistía en
la prioridad del "tribunal de la crítica" y todo el mundo (salvo la
señora Cifuentes y alguno más, me temo) recuerda su dictamen recogido en
la Crítica de la razón pura: "Todo ha de someterse a ella. Pero la religión y la legislación pretenden de ordinario escapar a la misma. La
primera a causa de su santidad y la segunda a causa de su majestad. Sin
embargo, al hacerlo, despiertan contra sí mismas sospechas justificadas
y no pueden exigir un respeto sincero, respeto que la razón solo
concede a lo que es capaz de resistir un examen publico y libre".Esto
es lo que parece olvidar la señora Cifuentes: sólo obtendrá respeto si se somete a ese examen.
Quien se hurte a él podrá quizá seguir gobernando, pero sin poder a su
vez exigirnos respeto. Y aquí cabe evocar aquello del cardenal de Retz,
tantas veces mal atribuido a Lichtenberg: "Cuando los que gobiernan
pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto". Difícilmente
podrá exigir la señora Cifuentes que le respeten los madrileños si ella
actúa tan desvergonzadamente.
La Universidad y el tribunal de la libre crítica
Recordado lo anterior, me interesa sobre todo una dimensión que la
señora Cifuentes parece ignorar también y que, de ser así, evidenciaría ignorancia culpable, habida cuenta de su condición de funcionaria de la administración universitaria: si hay una comunidad que no puede existir sin máxima apertura y libertad de crítica, esa es la Universidad.
Añadiré que, a mi juicio, una parte de los males de nuestras
universidades resultan del estrechamiento de eso que es, que debe ser,
nuestro hábitat natural. Porque las finalidades de la Universidad
–investigación, formación especializada a través de la docencia,
difusión y transferencia del conocimiento– exigen la máxima publicidad,
en el sentido de la mayor transparencia, de la máxima libertad de
crítica.
Ante todo, porque lo mejor que tratamos de hacer en la Universidad lo hacemos para que pueda ser discutido y criticado.
Ninguno de nosotros en la Universidad escribe artículos, libros, tesis
de grado o doctorales para que queden enterrados y nadie los lea y
discuta. Y si alguien acude al subterfugio de la protección de la
privacidad es que no ha entendido dónde ni para qué está. Salvo que,
obviamente, se trate de descubrimientos de tal importancia que hayan de
ser protegidos hasta que quede garantizada su autoría. A mi juicio, no
parece que fuera el caso, por ejemplo, de la tesis doctoral de Francisco
Camps, que pretendió ser hurtada a la publicidad y que, cuando por fin
se pudo conocer, no supuso (que yo sepa) ninguna revolución en los
modelos electorales. Sinceramente, tampoco creo que sea el caso de ese
Trabajo Fin de Máster de la señora Cifuentes, si es que aparece o cuando
aparezca.
De paso, por supuesto, habrá que convenir en que este ideal que debería
caracterizar a la comunidad universitaria es eso, un modelo, una
idea-guía. Ergo los universitarios somos los primeros comprometidos por
esa exigencia, lo que quiere decir que no cabe esconderse bajo el alegato gremial y negar que existen situaciones poco compatibles con el modelo.
No: no todo funciona bien, ni todo es igual en las universidades
públicas (y no les digo de las privadas). Hay que reconocer que no todos
los estudiantes, los PAS, los profesores e investigadores y los equipos
de gobierno, con sus rectores, están –estamos– a la altura de lo
exigible y por eso la atención crítica debe ser constante para corregir y
mejorar. Eso exige la máxima transparencia. Aunque conviene añadir,
para quien no lo sepa, que los universitarios somos probablemente los profesionales más sometidos a evaluaciones y controles.
Otra cosa es que el sistema de evaluación y control no sea, a su vez,
manifiestamente mejorable. Pero habrá que decir a la opinión pública,
por ejemplo, que los másteres y programas de doctorado deben pasar por
la revisión de comisiones externas de evaluación y de las agencias de
evaluación de las comunidades autónomas y de la estatal. Y reciben
calificaciones, de las que depende no ya su prestigio, sino su
supervivencia.
Si aún así se producen anomalías, como las que acabamos de conocer, es evidente que hay que trabajar más y con más transparencia en el control. Porque
quizá estos comportamientos tan poco elogiables que hemos conocido sean
sólo la punta del iceberg y sea mayor de lo que pensamos la presencia
de malos usos derivados, por ejemplo, de ciertas puertas giratorias: me refiero a malas puertas giratorias entre
la Universidad y centros de poder, los partidos políticos, las
empresas, los bancos, los medios de comunicación. Insisto: malas
puertas, porque el contacto y la transferencia entre la Universidad y esos ámbitos no sólo es conveniente,
sino necesario. Pero bajo la máxima transparencia posible. Y hay que
corregir asimismo –a mi juicio– ese riesgo de contaminación que
significa la adopción prioritaria y cada vez más extendida de criterios
economicistas en la Universidad. No digo que no nos importen la
eficiencia ni la rentabilidad en la Universidad, pero –a mi juicio– la
docencia, la investigación, la creación y difusión de conocimiento no
deberían regirse sólo ni aun prioritariamente por ese rasero. Temo que
la señora Cifuentes no comparta nada de lo dicho cuando, por ejemplo,
emprende un modelo de regulación de las Universidades en su Comunidad
como la ley que ha presentado. Los universitarios debemos reaccionar. Y
llevar nuestras críticas ante el tribunal de la libre discusión por
parte de todos los ciudadanos. Parece que el presidente de la CRUE se
mueve en esa dirección. Yo sé que él sí ha leído a Kant.
_________________
Javier de Lucas es catedrático de Filosofía del Derecho y Filosofía Política y director del Instituto de Derechos Humanos (IDH).
En fraude de ley
Javier Pérez Royo
31-3-2018 -eldiario.es
Laeuroordenes
simultáneamente un instrumento de cooperación intra e interjudicial. Es
intrajudicial porque en ella intervienen únicamente jueces. En el punto
de partida está el juez emisor de laeuroorden. En el
punto de llegada está el juez receptor que tiene que decidir si la
acepta en los mismos términos en que ha sido emitida o no. Es también
interjudicial porque el juez que está en el punto de partida es de un
país distinto al del juez que está en el punto de llegada.
La finalidad de laeuroordenes clara: se trata de dejar a losgobiernos
de los distintos países fuera de la operación. Únicamente un juez debe
tomar la decisión acerca de la solicitud de otro juez para que un
determinado ciudadano le sea entregado, a fin de proceder penalmente
contra él.
Laeuroordendescansa en la confianza.
Descansa en la presunción de que todos los jueces de los países en los
que opera dicho instrumento de colaboración actúan como se espera que lo
haga un juez en un Estado democrático de Derecho. Se entiende que nadie
va a intentar dar gato por liebre, es decir, dar una calificación
jurídicaa unos hechos distinta de la que les corresponde.
Se presume, por tanto, que ningún juez va a pedir autorización para
perseguir penalmente a un ciudadano por una conducta que no es
constitutiva del delito por el que se le pretende procesar de acuerdo
con el relato de los hechos construido por el propio juez emisor.Dicho en pocas palabras, se presume que ningún juez va a emitir unaeuroordenen fraude de ley.
Y sin embargo, esto es, justamente, lo que ha hecho el juez Pablo
Llanera al dictar la euroorden contra Carles Puigdemont y otros cuatro
dirigentes nacionalistas catalanes. El juez califica como delito de
rebelión conductas en las que no está presente el elemento central del
tipo penal de dicho delito que es la violencia.
Para que exista
un delito de rebelión es necesario que se produzca un "alzamiento
violento", expresión que, en la interpretación prácticamente unánime de
la doctrina, no es el resultado de yuxtaponer un adjetivo al sustantivo,
sino que "alzamiento violento"es un conjunto inescindible. El delito de rebelión es un alzamientoviolento, en el que la violencia tiene que estar desde antes de que empiece el alzamiento, desde el momento preparatorio del mismo ydel
que no desaparece durante todo su desarrollo. No se trata de que haya
episodios violentos, sino de que no haya prácticamente nada más que
violencia.
Y este alzamientoviolento simplemente
no ha existido. Ha habido episodios violentos de muy diferente entidad,
que pueden ser o no constitutivos de delito, pero que, en ningún caso,
pueden serlo del delito de rebelión. Y esto resulta meridianamente
claro a partir dela lectura de los autos sucesivos que ha dictado el juez instructor.
Afortunadamente van a ser órganos jurisdiccionales de cuatro países
democráticos los que va a tener que pronunciarse. Cada uno de ellos es
independiente. No es un órgano colegiado el que va a intervenir, sino
cuatro órganos independientes. Pero a nadie se le oculta y menos que a
nadie, a los jueces de esos cuatro países que van a tener que tomar la
decisión, que la misma va más allá del caso concreto que se somete a su
consideración. Lo que van a decidir es el canon europeo del delito de
rebelión, es decir, qué debe entenderse por rebelión en la democracia
europea del siglo XXI.
Aunque cada órgano judicial va a tomar la
decisión de manera independiente, todos son conscientes de que se trata
de un asunto del que está pendiente la opinión pública europea, y no
solamente la europea, que espera de ellos que definan el común
denominador europeo del delito de rebelión.
Y ese común denominadorno puede ser el que figura en los autos y en laeuroordendel
Juez Pablo Llarena. El fraude de ley va a quedar retratado en las
decisiones de los cuatro órganos jurisdiccionales europeos de manera
inequívoca e inapelable.
El abuso de confianza se acaba pagando siempre. Laeuroordense va a volver como un boomerang contra la justicia española, que va a sufrir un descrédito evidente.
España, a la deriva en materia de política de residuos – Ecologismo de emergencia
Juan López de Uralde
Como los plásticos que flotan en los mares a la deriva, así está a
día de hoy la política de residuos en España. O mejor dicho, la falta de
políticas. En los años noventa del pasado siglo la cuestión ocupó buena
parte de los debates ambientales en nuestro país, ante la saturación de
los vertederos y la multiplicación de proyectos de incineradoras. Pero a
día de hoy parece haber desaparecido de la agenda política. Nos
encontramos con un Ministerio de Medio Ambiente en el que, en general,
el peso de las políticas ambientales ha caído en picado, y en concreto
la de residuos se puede dar por desaparecida.
En fechas recientes hemos conocido el retraso del Real Decreto con el
que se iban a prohibir las bolsas de plásticos en 2020, la única medida
realmente novedosa que se había anunciado en los últimos años en
materia de residuos.
Aunque las competencias de gestión de basuras están legalmente en
manos de municipios y Comunidades Autónomas, lo cierto es que la
política de residuos está absolutamente condicionada por los llamados
“sistemas integrados de gestión”, que en realidad son empresas privadas
como Ecoembes. Gran parte de la gestión de la basura se encuentra en
manos de Ecoembes, que se ocupa de la gestión de envases y embalajes a
través del cubo amarillo. Ecoembes recibe su financiación de las
empresas, que pagan un canon en función de la cantidad de envases que
ponen en el mercado. Pero, más allá de la publicidad, a la que Ecoembes
dedica grandes sumas de dinero, los resultados de este sistema de
recogida se han quedado estancados, y muy por debajo de los objetivos
europeos.
España debe cumplir con los objetivos europeos de reciclaje
fijados para 2020 para alcanzar, como mínimo, el 50% exigido por Europa.
Pero ¿dónde estamos ahora? Para buscar datos fiables hay que acudir a
Eurostat, ya que los datos de las empresas de gestión son confusos y
tienden a un optimismo reciclador muy alejado de la realidad. Según
Eurostat España se encuentra muy por debajo de la media europea en
reciclaje y compostaje con unos índices del 20% y del 10%
respectivamente. Estamos por tanto muy alejados de los objetivos
europeos.
La situación genera mucha preocupación, ya que si no hay cambios, no
vamos a llegar en ningún caso a cumplir con los objetivos europeos. A
ello hay que añadir la denuncia por los múltiples incendios en plantas
reciclaje que han ocurrido en España, y que está siendo investigada ya
por la Fiscalía. Pero, lo más grave es que los residuos se
siguen acumulando sin freno, que no hay ninguna política de prevención,
ni se impulsa la reutilización mientras, como queda dicho, los datos de
reciclaje están estancados.
La situación es grave y requiere de un replanteamiento de las
políticas de residuos ante el estancamiento de la situación. Pero el
actual Gobierno no está por la labor de acometer los cambios necesarios
en política de residuos.
*Juan López de Uralde es coportavoz federal de EQUO y diputado en
Grupo Parlamentario Unidos Podemos, donde es portavoz de Cambio
Climático, Energía y Medio Ambiente.
Otro colegio rural que se libra de la amenaza de la despoblación en el interior de Castellón
EDUCACIÓN
MARINA RONDA
Portell (Castellón)
El colegio de Portell ha estado a punto de cerrar sus puertas. EL MUNDO
El Ayuntamiento de Portell garantiza dos puestos de trabajo y un alquiler simbólico a familias que matriculen a sus hijos
Una
docena de familias dispuestas a trasladarse al pueblo y dos puestos de
trabajo estable disponibles han sido garantías más que suficientes para
convencer a las dos familias -cuyos hijos iban a ser los únicos alumnos del colegio de Portell durante el próximo curso escolar- de mantener a los menores en el centro y salvar así el colegio de un cierre inminente.
El
alcalde de Portell, Álvaro Ferrer, explica tras asistir a la reunión
con el Consejo Escolar que las dos familias implicadas en la
problemática de la escuela se han inclinado finalmente por matricular a
sus hijos en el colegio del municipio de Els Ports durante el próximo
curso. La razón: el éxito obtenido con la llamada de socorro del consistorio.
Hace
apenas un par de semanas, tras conocer la intención de los padres, el
ayuntamiento lanzó un mensaje ofreciendo un lugar de trabajo estable y un alquiler simbólico de 50 euros para aquellas familias con hijos en edad escolar
que quisieran trasladarse a Portell y evitar el cierre del aulario, ya
que ante la falta de alumnado las dos familias que quedaban en el mismo
se planteaban matricular a los niños (dos hermanos y dos hermanas) en
otro colegio de alguna localidad vecina.
Ferrer, que la semana pasada ya había recibido una docena de solicitudes de interesados
y estudiaba formas de contratación a través del Servei Valencià
d'Ocupació i Formació (Servef) y las subvenciones Empuju y Emcuju, ha
podido confirmar también este lunes en el Consejo Escolar la decisión de
una empresa local de ofrecer dos puestos de trabajo estables a los
nuevos habitantes.
Los interesados ya han hablado y ahora
que le toca mover ficha al municipio las acciones serán igual de
rápidas que las reacciones. En este sentido, el alcalde ya ha convocado
para el próximo martes 3 de abril a las familias solicitantes -en tramos
de media hora que comenzarán a las 10.00 horas- para enseñarles el pueblo y la escuela.
Y las prisas no son en vano ya que para el mes de mayo se han de cerrar
las inscripciones en el colegio y desde el consistorio de la localidad
de Els Ports el alcalde desea que en esas fechas ya haya nuevos
habitantes y trabajadores asentados en el pequeño municipio de apenas
200 habitantes según el último censo de 2016.
Cabe recordar que en la provincia de Castellón hay más de una treintena de municipios con un censo menor de los dos centenares de habitantes.
Como Portell, estas pequeñas localidades se enfrentan al problema de la
pirámide poblacional invertida. Motivo por el cual Ferrer anima a
cuantas familias jóvenes quieran trasladarse al municipio para combartir
«una media de edad que debe rondar los 50».
Además de
los trabajos que ha ofrecido la empresa local que se ha solidarizado con
la causa del colegio, el Ayuntamiento de Portell continua interesado en atraer más familias a su localidad a través de las ayudas de Diputación
para contratación de personas jóvenes, y las subvenciones de la
Generalitat Valenciana enmarcadas dentro de los planes Empuju y Emcuju.
Debido
a su gran interés en materia de formación, os enviamos este boletín
especial con enlaces a los vídeos de los múltiples actos y charlas que
hemos organizado en los últimos meses, así como los vídeos completos de
las mesas y plenarios de la Escuela de Verano 2017 de IU que estaban pendientes de publicar. ¡Salud y república!