Vicenç Navarro
Miembro fundador de Procés Constituent
Presentación de Vicenç Navarro en la Asamblea de Procés Constituent a favor de su confluencia con Catalunya Sí que es Pot
Artur Mas, Presidente de la Generalitat de Catalunya, ha
convocado unas elecciones autonómicas en Catalunya para el 27 de
septiembre de este año. El movimiento independentista, hegemonizado hoy
por una coalición político-social, liderado por el partido CDC
gobernante, presenta tales elecciones como plebiscitarias, a fin de que
la posible victoria de la lista electoral pro SIxSI se instrumente como
un mandato popular a favor de la independencia de Catalunya. En
realidad, tal victoria implicaría la continuación del gobierno Mas,
siguiendo con sus políticas de claro corte neoliberal que han hecho un
enorme daño al pueblo catalán.
Frente a esta coalición se ha establecido una coalición de
partidos y movimientos sociales que intentan centrar el debate político
en el tema social, sin permitirle al gobierno Mas que utilice la bandera
para ocultar la responsabilidad de tal gobierno en el enorme deterioro
del bienestar de las clases populares. Dicha coalición tampoco permite a
Mas y a su coalición presentarse como los defensores de la nación
catalana, mostrando el gran daño que sus políticas han causado al pueblo
catalán. Esta coalición de movimientos sociales y partidos políticos
incluye Podem, Iniciativa per Catalunya–Verds, Esquerra Unida i
Alternativa (con el apoyo de Barcelona en Comú), habiéndose invitado al
Procés Constituent a que se sumara a tal coalición. En la última
Asamblea se debatió esa posibilidad. El discurso que se publica es el
realizado por Vicenç Navarro, uno de los fundadores de tal movimiento, a
favor de la confluencia.
Permitidme que antes de proponer qué es lo que tendríamos que hacer
como Procés Constituent (PC), haga una breve exposición de qué es lo que
está pasando en Catalunya, por qué está pasando y qué es lo que podemos
hacer.
Y creo que la mayoría de la Asamblea del PC, reunidos aquí en
Cornellà, estará de acuerdo al establecer que el mayor problema de
Catalunya es el gran deterioro del bienestar y de la calidad de vida de
las clases populares, que son la mayoría de la población catalana. La
gran crisis está causando un gran dolor entre nuestra población. Solo
dos indicadores que reflejan este enorme dolor. El porcentaje de
suicidios ha crecido un 30% en los últimos cinco años. Y la distancia
entre la esperanza de vida de Pedralbes, barrio burgués y acomodado, y
Nou Barris, de clase trabajadora, que ya era una de las más altas de
Europa, de siete años, repito, siete años (no siete días, no siete
meses, sino siete años), ha crecido todavía más en estos años.
¿Por qué pasa esto?
Los grandes medios de comunicación de la Generalitat, TV3 y Catalunya
Ràdio, y el gran número de periódicos de habla catalana en Catalunya
reproducen la explicación que dan las voces hegemónicas del movimiento
independentista, atribuyendo este dolor al expolio de Catalunya por
parte de España. Nosotros en el PC siempre hemos enfatizado que no es
España sino el Estado español, controlado primordialmente por las
derechas españolas, el que está explotando y ahogando nuestra nación, y
no nos sentimos representados por este Estado. Y acentuamos que el mismo
Estado está oprimiendo a las clases populares de otros pueblos y
naciones de España con las cuales nos sentimos hermanados.
Ahora bien, esta explicación del supuesto expolio no trata la mayor
causa del dolor de las clases populares, que no se tiene que buscar en
Madrid sino aquí en Catalunya. Y esto es de lo que los independentistas
hegemónicos no hablan y no quieren hablar, puesto que la mayor causa de
este dolor es el enorme dominio que las derechas catalanas tienen sobre
la Generalitat de Catalunya y sobre los grandes medios de comunicación
catalanes, dominio que tuvieron durante la dictadura, y que continúan
teniendo ahora. El 80% de todo el tiempo desde el inicio del periodo
democrático, Catalunya ha sido gobernada por las derechas. Esta es la
realidad que se intenta esconder.
Y no hay nada tan parecido a las derechas españolas como las derechas
catalanas. El gobierno presidido por el Sr. Artur Mas ha ido aprobando
en las Cortes Españolas y aplicando en Catalunya reformas laborales
responsables de un gran crecimiento de la desocupación, del paro y de la
precariedad. Y el gobierno Mas ha ido llevando a cabo algunos de los
mayores recortes que se han visto en España y en Europa, a la vez que se
han recortado los impuestos. El daño a la sanidad pública catalana, por
ejemplo, ha sido enorme. Están destruyéndola bajo la dirección del que
fue el Presidente de la Patronal Sanitaria Privada que, en una de las
primeras declaraciones que hizo cuando fue nombrado Consejero de Sanidad
del Gobierno de la Generalitat, aconsejó a los catalanes que
contrataran seguros sanitarios privados a través de las compañías de
seguros. Esta es la Catalunya del Sr. Artur Mas, apoyada por nada más y
nada menos que ERC, el partido independentista que sostiene que todo el
drama y daño que el pueblo catalán sufre se arreglará al conseguir la
independencia, argumento también sostenido por el pensamiento hegemónico
independentista, apoyando con su comportamiento la continuidad del
gobierno Mas, el cual utiliza, una vez más, la bandera para defender sus
intereses de clase.
¿Qué podemos hacer?
Recordemos que algunos de nosotros, hace ya años, incluyendo Arcadi
Oliveras, Teresa Forcades y otros, fundamos el Procés Constituent en el
intento de movilizar la población para presionar y facilitar la
confluencia de movimientos sociales y partidos políticos para construir
una nueva Catalunya. No nos sentimos representados por el Estado
español. Pero tampoco nos sentimos representados por el Estado actual
aquí en Catalunya. No nos sentimos representados por ninguno de ellos, y
queríamos construir una nueva Catalunya de abajo hacia arriba, con
participación ciudadana, y muy en especial con participación de las
clases populares, en la construcción del país. Así nació el PC.
Pues bien, estamos cada vez más cerca de esto. Se ha creado en
Catalunya una coalición de nuevos y viejos partidos (Podem, Iniciativa
per Catalunya-Verds, Esquerra Unida i Alternativa) que nos han invitado a
integrarnos con ellos como parte de un proceso de confluencia hacia
Catalunya sí que es Pot. Cada
uno de estos partidos tiene sus pros y contras, que han aparecido en
las negociaciones sobre la posible coalición con nosotros,
negociaciones, por cierto, en las que también han participado
observadores de
Barcelona en Comú, que siempre estuvieron deseosos de que la confluencia se llevara a cabo y de que el PC fuera parte de ella.
¿Dónde estamos ahora?
Ya hemos conseguido mucho. En primer lugar, y de manera destacada,
logramos la aceptación del manifiesto que hicimos nosotros. Esto es muy
importante, pues es lo que define el marco ideológico del proyecto. Es
claramente nuestro manifiesto. Lo redactamos nosotros. Y fue aceptado y
hecho suyo por los partidos de la coalición.
La segunda victoria fue que Arcadi Oliveres y Teresa Forcades estarían en la lista, con Arcadi en el número 1.
Y como tercera conquista, extraordinariamente importante, se expandió
la lista electoral de la coalición con la incorporación de
representantes y/o personas procedentes de los movimientos sociales y
contestatarios. Pedimos 3 y obtuvimos 2, siendo los primeros números de
la lista de
Catalunya Sí que es Pot.
Creo que estas cesiones son importantes. Ni qué decir tiene que había
otras propuestas que no fueron atendidas. Pero aquí quiero corregir
algunas de las informaciones producidas hoy. No es cierto que los
partidos de la coalición se opusieran a las primarias, como
constantemente se dice por personas que no quieren que nos integremos en
la confluencia. Todos los partidos indicaron que en principio estaban
de acuerdo, pero subrayaron, con razón, que no se podían hacer ahora,
pues no había el censo electoral, y lo más pronto que podrían hacerse
sería a mediados de agosto, que no es la mejor época para hacer las
primarias.
Otra información sesgada que se ha dado es que la coalición
prohibiría la libertad de voto en el grupo parlamentario. No es cierto.
Es obvio que es esencial que haya disciplina en el grupo, pero cabe
dentro de él la expresión de voces diferentes en situaciones previamente
pactadas.
En cuanto al manifiesto, tampoco es cierto que no se aprobara el documento adjunto preparado por el PC, en el que
Catalunya Sí que es Pot
se comprometía a hacer el referéndum dentro de un periodo de tiempo. El
hecho de que los partidos de la coalición propusieran incluirlo en el
programa más tarde, y no ahora en el manifiesto, no era, como
maliciosamente se insinuó, un intento de no hacerlo, sino un
reconocimiento de que el manifiesto se había ya enviado a todos los
militantes de los otros partidos. Yo, como miembro del equipo
negociador, percibí que había voluntad de incorporarlo en el programa.
¿Cuáles son las alternativas que el PC tiene delante?
Tengo que empezar esta parte de mi presentación señalando que me he
encontrado muchas veces en situaciones similares en los diferentes
países en los cuales he vivido durante mi largo exilio. Por una parte,
están los que acentúan la necesidad de mantener a toda costa nuestros
principios. Y desean continuar solos sin estar “contaminados” por unas
prácticas políticas que no aceptan. La otra postura es la posibilista,
que está más dispuesta a flexibilizar la aplicación de algunos de estos
principios con el fin de alcanzar el desarrollo de otros que se
consideran superiores. Esta dicotomía aparece constantemente en
cualquier movimiento transformador de orientación progresista.
Estas dos posturas existen dentro del PC. Una es la que da gran
énfasis a mantener los principios que se consideran básicos y
fundamentales para dar la identidad y personalidad al movimiento Procés
Constituent. Y sistemáticamente se escoge el mantenimiento de los
principios como tema prioritario. Pero existe otra postura, la
posibilista, que está más dispuesta a flexibilizar algunos de estos
principios para conseguir otros que se consideran superiores. Como he
acentuado antes, esta dicotomía aparece constantemente en cualquier
movimiento que intente una transformación profunda de la sociedad.
Permitidme que reflexione sobre uno de los casos más claros, que viví en
EEUU, en los años ochenta, cuando asesoré a Jesse Jackson (el discípulo
predilecto de Martin Luther King), dirigente y fundador de la Rainbow
Coalition (RC), que es la alianza de movimientos sociales y de carácter
progresista en EEUU. Jesse Jackson es un sacerdote sumamente religioso, y
muy dado a posturas del primer tipo, que se definían como las
fundamentalistas. El año 1984, en las elecciones al Congreso, se
presentó como “la conciencia de EEUU”. Y el establishment norteamericano
lo trató con todo respeto. Se convirtió en el referente moral del país y
los medios de comunicación trataron el movimiento muy favorablemente.
Sus líderes aparecieron en televisión muy frecuentemente. Y el
movimiento, inmerso en su propia cultura, se mantuvo con una gran
cohesión y orgullo institucional.
Pero en 1988 Jackson se presentó, no como la conciencia de EEUU, sino
como el instrumento de cambio radical, aliándose con otras fuerzas
políticas de diversas sensibilidades dentro del Partido Demócrata. Y
habló claramente de la lucha de clases que tenía lugar en EEUU, apoyando
a la clase trabajadora en contra del establishment económico,
financiero, político y mediático que gobierna Estados Unidos. Éste
predeciblemente respondió con una enorme hostilidad.
Cuando ello ocurrió, muchos miembros del RC se sintieron
traicionados, puesto que entrar en política aliándose con otros partidos
implicaba “ensuciarse”, abandonando algunos de sus principios. A éstos
se les definía como posibilistas. Pues bien, si no hubiera sido por la
Rainbow Coalition, el Partido Demócrata no hubiera aprobado establecer
un Sistema Nacional de Salud, una de las propuestas que están dentro del
Partido Demócrata (tengo el gran honor de haber sido el que escribió el
borrador de esta propuesta). Hoy, muchos norteamericanos tienen una
atención sanitaria que no tendrían si la Rainbow Coalition se hubiera
mantenido muy pura y muy limpia, continuando siendo “la conciencia de
EEUU”.
¿Cuál es la decisión?
Entonces nos tenemos que preguntar: ¿queremos seguir siendo la
conciencia de Catalunya, con TV3 y Catalunya Ràdio y todos los medios
entrevistando a Arcadi y a Teresa como los referentes morales del país?
¿Queremos sentirnos bien, moralmente superiores, puros y limpios? ¿Con
nuestro orgullo institucional fiel a las dos figuras morales, Arcadi y
Teresa? ¿Queremos limitarnos a bendecir y dar la
imprimatu a
aquellos partidos que pasen la prueba de pureza que nosotros
establecemos? Yo respeto esta vía, y tengo gran respeto y aprecio por
los dos, y ellos lo saben. Ahora bien, esta no es mi vía.
Hagámonos, pues, la siguiente pregunta: ¿queremos resolver los temas
inmediatos que la explotación de clase que existe en Cataluña impone en
nuestro pueblo, colaborando con partidos que han hecho suyo el
manifiesto que redactamos nosotros, trabajando también con los
movimientos sociales independientes que nosotros propusimos hace unos
días como condición de que continuáramos hablando? Se nos dirá que nos
estamos “ensuciando”, pues en la vida política, muy a menudo se tiene
que escoger entre lo malo y lo peor. Pero la lucha por el cambio exige
trabajo de movilización a nivel de calle y también a nivel político y
parlamentario. Tenemos que continuar movilizándonos en la calle, pues es
de ahí de donde surge el poder contestatario. Pero para incidir en el
cambio también tenemos que mojarnos y ensuciarnos participando en la
vida parlamentaria y en el gobierno de las instituciones, donde el pacto
y la negociación son intrínsecos en la vida política, y muy en especial
para las izquierdas, que frecuentemente no tienen la mayoría. Las
clases populares a las que deseamos servir tienen el derecho de
exigirnos que estemos ahí, en el Parlament y en el gobierno de la
Generalitat para defender sus intereses, hoy tan desatendidos. Los que
sufren la crisis no pueden permitirse el lujo de que nosotros nos
conservemos puros y limpios, alejándonos de la vida política y de
coaliciones con partidos que no siempre han actuado como deberían haber
hecho.
Hoy, la única alternativa que existe en Catalunya que puede ganar las
elecciones es esta coalición de partidos y movimientos sociales que
hemos ayudado a establecer, acabando el asfixiante dominio de las
derechas sobre nuestras instituciones. Lamento que les CUP no se hayan
añadido. Tengo mucha simpatía por esta formación política. Pero ella
sola no ganará. Y no ha querido juntarse a la coalición. Y el PC solo,
todavía menos.
Yo creo que es momento de, por un lado, apoyar a la coalición, que es
la mayor oportunidad de romper con el continuismo y, por el otro,
cambiar nuestro propio instrumento, es decir, el PC, pues tenemos que
aceptar que hay excesivos personalismos y escasa capacidad de
autocrítica y excesiva supuesta superioridad moral en nuestro
movimiento, percepción derivada de la cultura predominantemente
cristiana del PC, superioridad moral que francamente considero
inmerecida.
Esto es lo que yo os propongo, parar esta guerra de clases cotidiana
que está sucediendo en contra del pueblo catalán, guerra cotidiana
realizada por las derechas catalanas, ocultas detrás de la lista del Sí
que, en temas económicos y sociales, siempre se alía con la derecha
española. Así de claro.
Os aseguro que si votáis
no a la confluencia, las derechas
catalanas y españolas estarán muy contentas y los medios controlados por
la derecha catalana os darán mucha visibilidad mediática. Por favor, no
contribuyáis a su alegría. Y ayudad a cambiar nuestro país para parar
tanto dolor creado por los que siempre lo han gobernado. Y esto requiere
participar activamente en la lucha política, con todo aquello que
comporta, por muy desagradable que muchas veces esta lucha sea. Creo que
esto es lo que nos piden las clases populares, que son la mayoría del
pueblo catalán.
Sábado, 25 de julio de 2015. Cornellà.
Traducción del original en catalán.
En las votaciones que tuvieron lugar durante la Asamblea, la
propuesta de confluencia del PC con Catalunya Sí que es Pot consiguió
126 votos, frente a 220 a favor de la propuesta hecha por Arcadi
Oliveras, que votó en contra de la confluencia, favoreciendo la no
participación del PC en el proceso electoral del 27 de septiembre. La
opción de presentarse como partido político, apoyada por Teresa
Forcades, consiguió 35 votos. La opción de aliarse con las CUP consiguió
60 votos. Vicenç Navarro dimitió del PC, del cual fue fundador junto
con Arcadi Oliveras y Teresa Forcades. Vicenç Navarro apoyará a
Catalunya Sí que es Pot, viendo este movimiento político como el
instrumento más eficaz para terminar con el enorme dominio que el
establishment político y mediático nacionalista catalán ha tenido sobre
las instituciones políticas, económicas, financieras y mediáticas de
Catalunya desde que se instauró la democracia en Catalunya, hoy
dramáticamente controlada por tal establishment.